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Psicologia Positiva


Enviado por   •  21 de Febrero de 2014  •  2.912 Palabras (12 Páginas)  •  266 Visitas

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Martin E.P. Seligman es un psicólogo y escritor norteamericano en los últimos años ha destacado por su trabajo e influencia en el campo de la Psicología positiva. Desde finales de 2005, ejerce de director del Departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania, tras ostentar el cargo de presidente de la American Psychological Association desde 1996 hasta el 2002. Paralelamente, ha desempeñado la función de redactor jefe de la prestigiosa revista "Prevention and Treatment", que es el boletín electrónico que periódicamente publica la APA (Asociación de Psicólogos Americana). Durante su mandato, su principal objetivo fue conjugar práctica y ciencia, sus iniciativas más destacadas estuvieron relacionadas con la prevención de conflictos armados étnico-políticos.

La psicología positiva estudia las bases del bienestar psicológico y de la felicidad así como de las fortalezas y virtudes humanas. Tradicionalmente la ciencia psicológica ha dedicado mucho esfuerzo a estudiar los aspectos negativos y patológicos del ser humano (ansiedad, estrés, depresión, etc), dejando de lado a menudo el estudio de aspectos más positivos como, por ejemplo, la creatividad, la inteligencia emocional, el humor, la sabiduría, la felicidad, la resiliencia, etc. Este enfoque es denominado también por algunos autores como salugénico

El impulso definitivo para la creación de la psicología positiva fue dado por el Prof. Martin Seligman de la Universidad de Pennsylvania y antiguo Director de la Asociación Americana de Psicología.

A finales de los años 1990 este conocido investigador, tras destacar la necesidad de investigar de forma decidida los aspectos saludables del ser humano, propuso la creación de la psicología positiva como corriente específica dentro de la psicología, y contó para ello con investigadores de gran renombre como Mihaly Csikszentmihalyi (quien fue director del departamento de psicología de la Universidad de Chicago).

Se pueden encontrar antecedentes de la psicología positiva en filósofos como Aristóteles, que dedicó parte de sus escritos a la eudaimonia (término griego habitualmente traducido como felicidad), pero también en psicólogos como Abraham Maslow o Carl Rogers, pertenecientes a la corriente llamada psicología humanista. Una de las características definitorias de la psicología positiva respecto a sus antecedentes históricos radica en que dentro de sus principios se establece que se enmarcará dentro del método científico. De esta forma, los hallazgos obtenidos así como las aplicaciones tendrán la garantía de haber sido validadas científicamente.

La perspectiva de la psicología positiva: LA CIENCIA DE LA FELICIDAD Y LAS FORTALEZAS HUMANAS

Durante mucho tiempo se pensó que la ciencia psicológica debía centrarse en solucionar males como la depresión, las fobias, o los problemas sexuales. Como un efecto secundario de esta hiper-focalización en el ser humano con problemas, se fue generando una concepción esencialmente patológica del mismo: Salvo contadas excepciones todas las personas parecían estar llenas de conflictos inconscientes, de déficit de habilidades, de tendencias perversas más o menos reprimidas... etc.

Sin embargo, durante mucho tiempo nadie se percató de que estas partes oscuras –la sombra lo llamaban algunos- eran en la mayoría de las ocasiones una parte pequeña en comparación con los aspectos positivos que también estaban presentes aunque en un segundo plano. Los psicólogos y psiquiatras habían sido entrenados sólo para ver lo negativo y lo disfuncional, y en consecuencia, muchos eran absolutamente incapaces de ver ningún aspecto positivo en las personas a las que trataban. Ahora, por suerte, las cosas han empezado a cambiar. Ahora empezamos a ser conscientes de que la mayoría de hombres y mujeres, aún con aspectos siempre mejorables, de lo que estamos realmente llenos es de potencialidades positivas.

El psicoanálisis, aunque en su momento aportó una visión muy novedosa de algunos procesos mentales, ha sido probablemente también muy responsable de este negativismo en la concepción del ser humano. El lenguaje escalofriante con el que a menudo se describían los problemas de la gran mayoría de los pacientes es una prueba de ello: pulsiones orales y anales, deseo de matar al padre, miedo a la castración, deseos narcisistas,... Como se puede ver, no son más que exhibiciones gratuitas de lenguaje siniestro que por desgracia empañaron las, en ocasiones, geniales intuiciones de Sigmund Freud. Desde entonces la tarea ha sido, entre otras muchas, desandar el camino andado y construir un lenguaje que sea más ecuánime y más justo con el ser humano. Recogiendo la inestimable influencia de los psicólogos humanistas de mitad del siglo XX –Carl Rogers y Abraham Maslow fundamentalmente–, cada vez es más habitual que los psicólogos hablemos de fortalezas, de bienestar, de desarrollo, de satisfacción, de resiliencia o de salud. Curiosamente, este movimiento de distanciamiento de lo negativo también se ha venido produciendo en el ámbito de la medicina la cual está ahora mucho más volcada en conceptos como la calidad de vida, el fomento de la salud y la prevención,...etc. Dentro del ámbito de la psicología en los últimos años se ha constituido una corriente especializada en este tipo de aproximación al ser humano llamada Psicología Positiva

Presupuestos teóricos definidos descriptos como áreas de la psicología positiva

La felicidad: El ser humano ha tendido siempre a perseguir la felicidad como una meta o un fin, como un estado de bienestar ideal y permanente al que llegar, sin embargo, parece ser que la felicidad se compone de pequeños momentos, de detalles vividos en el día a día, y quizá su principal característica sea la futilidad, su capacidad de aparecer y desaparecer de forma constante a lo largo de nuestras vidas.

Otra de las controversias en torno a este tema es dónde buscar la felicidad, si en acontecimientos externos y materiales o en nuestro interior, en nuestras propias disposiciones internas. Aún hoy es difícil responder a esta cuestión. Por esta razón, y desde un punto de vista psicológico, el estudio del bienestar subjetivo parece preferible al abordaje de la felicidad.

La felicidad, concepto con profundos significados, incluye alegría, pero también otras muchas emociones, algunas de las cuales no son necesariamente positivas (compromiso, lucha, reto, incluso dolor).

Es la motivación, la actividad dirigida a algo, el deseo de ello, su búsqueda, y no el logro o la satisfacción de los deseos, lo que produce en las personas sentimientos positivos más profundos.

Los hombres olvidan siempre que la felicidad

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