ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Psicologia Social Latinoamericana


Enviado por   •  29 de Octubre de 2013  •  6.760 Palabras (28 Páginas)  •  488 Visitas

Página 1 de 28

Hasta bien entrados los años 60, la Psicología Social en América Latina tendía a reproducir teorías, métodos y técnicas de estudio imperantes en USA y en Francia. Pero, ya en la década del ‘70, esa dependencia comenzó a cambiar. En tal sentido pueden distinguirse distintas fases en la evolución de la Psicología

Social en América Latina que van desde una “una protopsicología social” hasta la “fase de desarrollo propio de la Psicología Social Latinoamericana” (Montero, 1994, p. 19), atravesando distintos períodos y, obviamente, uno de crisis. La citada autora indica que fue hacia 1976, en Venezuela, que los psicólogos y las psicólogas sociales comenzaron a manifestar malestar en relación con la escasa utilidad que aportaba su trabajo para la sociedad. ¿Qué tipo de psicología social era aquella incapaz de ocuparse de los problemas psicosociales existentes que aquejaban a las personas y a la sociedad?

Para ese momento, 1976, junto con otros colegas, José Miguel Salazar propuso de idea de escribir un libro, el que finalmente se denominó Psicología Social y que intentaba aportar a la enseñanza de la disciplina, dado que los textos habituales representaban el estado del arte adecuado para su lugar de origen, pero nada decían sobre la realidad que se vivía en Latinoamérica. Al mismo tiempo, nuevas prácticas y concepciones teóricas comenzaban a introducirse. De ese modo, la Psicología Social fue acercándose cada vez más a las ciencias sociales, fue perdiendo su sesgo individualista, comenzó a encontrar nuevos enfoques metodológicos, mientras que a la vez adquiría relevancia social.

La disciplina buscaba un nuevo paradigma y, en síntesis, postulaba lo siguiente: apertura metodológica, carácter histórico de los fenómenos a estudiar, preferencia por la investigación en contextos naturales, rechazo a la hegemonía del modelo que se quería imponer desde las ciencias naturales, argumentando sobre el carácter activo de los sujetos de la investigación como productores de conocimientos que asumen un compromiso político y social, así como el carácter dinámico, dialéctico y simbólico de la realidad social.

La Psicología Social Latinoamericana se convertía en un campo “reconocible y reconocido” (Montero, 1994, p.23), pero con fronteras difusas, en la medida en que estaba generando permanentemente nuevas áreas: comunitaria, política, ambiental, a la vez que desarrollaba otras de carácter interdisciplinario: salud, educación, trabajo. Páez (1994) la caracterizó como una Psicología Social sobre América Latina, dado que abordaba los problemas que la aquejaban: la pobreza, la represión y la dominación, entre otros tópicos no menos importantes. Se trataba de una Psicología Social mucho más social y crítica que la europea y la de USA, pues sostenía una defensa de la diversidad cultural y una lucha contra la imposición de un único modo de hacer ciencia.

Modalidades de la Psicología Social en América Latina La Psicología Social Comunitaria, la Psicología Social Crítica y la Psicología Social y Política de la Liberación constituyen tres expresiones que atienden a las particulares configuraciones del poder que se instalan en América Latina, a la vez que pretenden contribuir a la transformación de las sociedades, los grupos, los individuos y sus relaciones, es por eso que cada una influye sobre las otras.

El análisis de Montero (1996a; 2004a) sobre el paradigma de la construcción y transformación críticas fundamenta a estas tres manifestaciones de la psicología y pone de manifiesto las dimensiones ética y política que explicitan los valores que lo orientan teórica y prácticamente, sin dejar de prestar atención a las tradicionales dimensiones ontológica, epistemológica y metodológica, reconocidas habitualmente. Las características más relevantes consisten en presentar una visión del ser humano como sujeto activo, de la sociedad en la que vive -y en la que sería deseable que viviera- así como del tipo de relación necesaria para la producción de conocimientos.

1. La Psicología Social Comunitaria

Fue definida hace ya tiempo como el estudio de los factores psicosociales que permiten desarrollar, fomentar y mantener el control y el poder que los individuos pueden ejercer sobre su ambiente individual y social para solucionar sus problemas y producir cambios en el ambiente y en la estructura social (Montero, 1982). Este enfoque aborda los procesos de cambio y transformación situando el origen en la propia comunidad o grupo, al considerar que sus integrantes son sujetos activos, o actores y actrices capaces de conducir y modificar sus vidas. Además no atribuye a los agentes y las agentes externas la función de ser rectores de tales transformaciones, sino sólo agentes de cambio y facilitación en una comunidad o grupo que es preexistente a sus intervenciones (Hernández, 1996; Montero, 1982, 2003; 2004b; Sánchez, Wiesenfeld y López, 1998; Sánchez, 2001; Serrano-García y Rosario-Collazo, 1992).

Esta psicología ofrece un marco que permite problematizar la cuestión del poder, la desigualdad, las transformaciones del ambiente y la constitución de una comunidad, aunque no sea sencillo delimitar los conceptos de comunidad y sentido de comunidad, porque el criterio geográfico no siempre resulta adecuado para tal definición (Giuliani, García y Wiesenfeld, 1994). Es decir que se trata de facilitar los cambios desde las propias comunidades, porque sus miembros son considerados sujetos constructores y transformadores de la realidad, capaces de reflexión y concientización, a partir de una historia previa que no puede obviarse (Giuliani y Wiesenfeld, 1997; Quintal de Freitas, 1997; Sánchez, Wiesenfeld y López, 1998).

El objeto de la psicología comunitaria coloca a la comunidad o al grupo y su auto delimitación como ámbito y sujeto de la acción psicosocial comunitaria y de sus transformaciones posibles. En ese sentido está referida al desarrollo local o comunal (Hernández, 1996), aunque mantiene diferencias con otras modalidades de trabajo comunitarias, porque uno de sus aspectos distintivos es la utilización de métodos participativos. Entre ellos es de uso frecuente la investigación-acción participativa, pero no como único método.

Este enfoque propone como tarea inicial la identificación de las necesidades como práctica realizada por la propia comunidad. Además, la participación y el compromiso son conceptos desarrollados por esta perspectiva que ya marcan un estilo definido. Algo similar podría decirse sobre los procesos psicosociales que la disciplina ha ido identificando y teorizado, como son los de naturalización, habituación, problematización y concientización, que a la vez se entrelazan con los desarrollos teóricos de los otros enfoques de la

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (41.7 Kb)  
Leer 27 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com