QUÉ LUGAR OCUPA EL CONOCIMIENTO EN EL SER HUMANO?

GERALDINE PEDRAZA

ENSAYO DE EPISTEMOLOGIA

UNIVERSIDAD REFORMADA

FEBRERO 2014

QUÉ LUGAR OCUPA EL CONOCIMIENTO EN EL SER HUMANO?

Responder al interrogante sobre qué lugar ocupa el conocimiento en el ser humano, requiere, como primera instancia, tener presente que el conocimiento ha sido conceptualizado y definido desde la tesis de diversos autores. Así, como intento de solución ante la gran pregunta, empezaron a surgir categorías conceptuales en pro de hacernos llegar a respuestas que acertaran al gran interrogante.

Tradicionalmente, se empezó a entender al conocimiento como la facultad o la capacidad o función que integra la naturaleza humana y que como tal ha existido desde que el hombre, como ser pensante, existe. Entonces, el conocimiento existe porque los hombres existen y se conoce porque tenemos la facultad para hacerlo. Desde este punto de vista, el lugar del conocimiento en el ser humano, sería el lugar de su misma existencia, lo que implicaría que la desaparición del mismo, sería el final de los seres humanos (Tapia, W. citando a Ortega y Gasset, 2005). Por otro lado, Xavier Zubiri, nos dice que “el conocimiento es un modo de intelección” es decir, el conocimiento es la acción y el efecto de entender una cosa.

Ortega, afirma que “el conocimiento no es algo autosuficiente, algo que tiene un sustento en sí mismo. Más bien, resulta que el conocer está apoyado en la vida, radicado en ella, y son precisamente los problemas que depara la circunstancia los que hacen que se ponga en funcionamiento el conocer. Dicho de otra forma: el conocimiento complica la existencia de la realidad de la Vida Humana” (Ortega y Gasset, 1984).

En esta cita anterior, Ortega, nos dice que el conocimiento no es una facultad humana, sino que tiene un carácter histórico y ha estado presente durante toda la existencia del ser humano y que en caso de ser una facultad del hombre, no podría ser una facultad en abstracto, es decir, desconectada de la vida humana, lo que viene a significar que el conocimiento tiene un sentido que le trasciende: la vida misma.

Según lo anterior, el conocimiento vendría a ocupar en la vida del ser humano, el mismo lugar que tiene la existencia misma, porque no hay conocimiento en abstracto, es decir, que no existe conocimiento en sí mismo y por sí solo, si no, que existe en relación a la vida misma, en relación a nuestras experiencias y circunstancias diarias que son las que hacen que pongamos en funcionamiento, el acto de conocer. El conocimiento nos hace personas pensantes, esto nos ayuda a cada vez alcanzar mayores niveles de existencia. Así podríamos concluir diciendo que el conocimiento

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