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Redes Sociales O Comunidades Virtuales: Un Fenómeno De Masas Abordado Desde El Psicoanálisis


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2011  •  2.095 Palabras (9 Páginas)  •  1.103 Visitas

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Redes Sociales o Comunidades Virtuales: un fenómeno de masas abordado desde el psicoanálisis

VERSIÓN CORREGIDA, AUMENTADA Y SUSTENTADA

Artículo publicado enel No. 11 de la Revista “El Conferencista”, Alemania, Julio 2009

¿Estás consciente de las implicaciones alrededor del uso y abuso de las redes sociales?

Nota: si eres estudiante y quieres utilizar este u otro material publicado para alguno de tus trabajos no plagies lo que aquí encuentras, usa lo que te sirva pero citalo adecuadamente de la siguiente manera:

Zimbrón, M. (2009). Redes Sociales o Comunidades Virtuales: un fenómeno de masas abordado desde el psicoanálisis . Recuperado dehttp://desdeeldivan.wordpress.com/2009/07/06/redes-sociales-o-comunidades-virtuales-un-fenomeno-de-masas-abordado-desde-el-psicoanalisis/ el día X del mes X del año X (dependiendo en qué fecha hayas llegado tú a este artículo)

Gracias por ser honesto y respetar el trabajo de los demás.

Arte, adicciones, religión… tres de las posibilidades que Sigmund Freud(1929 [1930]) plantea, en “El Malestar en la Cultura”, como opciones para “aligerar” el peso o la frustración de la vida y, a pesar de que también habla, en términos muy generales de la opción de distraernos en alguna actividad, evidentemente no se refiere, dentro de esas posibles actividades, a ser partícipe activo de una red social o comunidad virtual, como Facebook, Hi5, MySpace, Twitter, y muchas otras.

Hoy en día el avance de la tecnología y, específicamente el fortalecimiento del Internet están arrojando elementos y fenómenos nuevos como parte cotidiana de nuestra cultura y que, desde un punto de vista psicoanalítico dan entre otras cosas, infinidad de posibilidades nuevas para eludir la realidad, para distraernos de la frustración, para tratar de dar otro sentido a la vida. Pero que, a la vez, constituyen quizá armas de dos filos y tienen consecuencias sociales, y personales, que anteriormente no observábamos ni padecíamos, como nuevos tipos de adicciones, aislamientos, etc.

Facebook, como muchas de las otras redes sociales existentes, representan un espacio virtual en el que conformar un grupo de relaciones ciberpersonales[1].

Esta utilización del espacio virtual como una extensión o versión alterna de nuestra realidad, se ha vuelto tanto moda como necesidad producto de la cultura contemporánea y constituye una respuesta más ante el malestar generado por la misma cultura; en palabras de S. Freud, representa entonces otra opción para “aligerar” el “peso” de la vida.

Esta necesidad creada se apuntala en el hecho de que este espacio virtual provee a quienes lo utilizan un sentido de pertenencia al grupo-social-del-mundo, así como de una “vitrina” o escaparate que les permite exhibir su narcisismo y obtener también sensación de cierto “control” sobre el otro al cual pueden “visitar” para conocer detalles de su vida antes privada. En casos más extremos provee también de un falso self, o una falsa identidad pues el perfil y lo que a través de dichos espacios se muestra no necesariamente tiene que ser auténtico y da la posibilidad de crearse una personalidad que privilegie más al Yo Ideal, en un universo paralelo que implica una parcialización y fragmentación o incluso un desdoblamiento de la autoimagen puesto que en el mundo “real” somos lo que somos, mientras que en el mundo virtual podemos fingir ser lo que se nos ocurra y, ambas “personalidades” coexisten al mismo tiempo, una en el universo “real”, otra en el “universo” virtual.

Además, en este universo virtual, existe también la posibilidad de perder los límites habitualmente seguidos, esto por el anonimato que otorga el ciberespacio. Al tener esta posibilidad de quebrantar límites y reglas habituales, también existe la posibilidad de enfrentar el tabú y las normas culturales. Sin embargo, este quebrantar reglas, este ser lo que no somos responde más a un carácter pulsional, del Ello, en donde la ilusión es igual que la realidad, en un juego de “alucinaciones” que dan la sensación de satisfacción de las necesidades que originan una tensión que debe ser descargada. Esta posibilidad de satisfacción pulsional, de descarga de tensión, vuelve la práctica de constante participación en este tipo de redes o foros cibernéticos, susceptible de tornarse en adicción hasta el punto de alejar al individuo del mundo real en pos de la satisfacción continua e inmediata –aunque ilusoria- que le provee este medio.

Así, como en el plano de lo inconsciente, en el ciberespacio coexisten contradicciones entre lo que es la realidad y lo que no lo es, el anonimato y el exhibicionismo al mismo tiempo, la sensación de pertenecer aunque en la realidad no se pertenezca pues dentro de la red social se va conformando un “catálogo” de amigos, a los cuales, en la realidad uno no ve, ni convive con ellos y, en muchos casos ni los conoce. Si estos amigos fuesen tan importantes en nuestras vidas, a excepción de aquellos que vivan fuera del país, les llamaríamos y los visitaríamos en lugar de entablar una pseudo relación a través de Internet.

También esta tendencia a ser parte cada vez de más y más redes sociales y estar -a través ahora también de las famosas BlackBerrys- conectados permanentemente y en contacto a toda hora con todo mundo pareciera responder a una necesidad contemporánea de llenar el vacío (probablemente la falta básica no asumida) a través de estar contacto perpetuo con el mundo que constituye ya, en nuestras representaciones mentales, el ciberespacio. (Por si fuera poco, el mal uso de las redes sociales y todas estas herramientas van endetrimento de nuestra productividad y creatividad práctica)

En este sentido, alguna vez escuché decir de manera muy acertada, creo yo, que estar en Facebook es como “tener invitados en la sala de nuestras casa, husmeando, día y noche”.

Lo anterior proporciona una mirada general del individuo en función de la red social. Sin embargo, existe un componente social que merece la pena ser abordado y que constituye el objeto central del presente artículo.

Dentro del Facebook, así como en Twitter, existe un elemento denominado “estado” que permite al usuario expresar, en frases cortas lo que en ese momento están haciendo, pensando o sintiendo. En otras palabras permite comunicar a otros nuestras fortalezas o carencias del momento, deseando, de alguna manera llamar su atención. Esto sigue siendo a nivel individual, pero, dentro de las múltiples funciones o aplicaciones que ofrece Facebook, hay diversos grupos virtuales que representan una idea, un personaje, un movimiento, una época,

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