TERAPIA NARRATIVA

TERAPIA NARRATIVA

Michael White y David Epston son co-autores de lo que actualmente se conoce en psicoterapia como “Narrativa”. Son originarios de Adelaida, Australia, el primero, y de Auckland, Nueva Zelanda, el segundo. La terapia narrativa surgida de la terapia familiar, se postula que las familias cuentan de sí mismas una historia llena de problemas que las definen. Esta historia sin embargo no presta atención a otras experiencias no problemáticas, o menos problemáticas, de la familia ya que no concuerdan con lo negativo que la historia mantiene (White y Epson 1990). Así pues aquello relacionado con las habilidades y los recursos que la familia tiene, está infravalorado y enterrado bajo los problemas.

La terapia Narrativa se atreve a calificar a las dificultades por las que a traviesa el paciente como un problema, palabra que ha sido evitada por diversas corrientes psicológicas para evitar adjetivar a dichas dificultades, por lo cual su premisa básica plantea que “el problema es el problema”, es decir, la persona no es problema, ni la gente que le rodea o todas las conductas que se han desplegado para perpetuar el problema. El problema para la terapia narrativa, es un ente en sí mismo con forma y propiedades únicas y que es vivido como aquel acompañante con el que el paciente ya no desea estar, es el “enemigo” a vencer y es por ello que resulta básico comprender que ese ente se encuentra fuera y no dentro de la persona a esta condición de cosificar al problema se le llama externalización .

Al comprender la características que tiene el problema como un ente individual y ajeno a la persona se produce el proceso de “objetivación” del mismo, es decir, el ente externalizado, se vuelve tangible, material, observable toma forma.

Es así que el terapeuta busca en la entrevista el reconocimiento de las características del problema, así como el conocimiento de las fortalezas y debilidades que lo caracterizan. La objetivación del problema nos permite entender que ese ente como cualquier otro merece ser llamado por su nombre, el cual ha de ser designado por el paciente o bien con el apoyo de la familia que le acompaña, ya que a todos les ha provocado alguna reacción. Al mencionar al problema por su nombre adquiere una mayor desvinculación del sujeto y sabremos que ese personaje con nombre y personalidad propias es el detractor y no el yo.

Las preguntas que plantea la terapia narrativa, son de influencia relativa, para explorar como y de qué manera el problema ha afectado a cada uno de los miembros de la familia o bien las personas que son cercanas y que han tenido conocimiento del problema; así mismo cada una de esas personas le ha otorgado fuerza y poder al problema a través de sus acciones e incluso de sus omisiones, pero también en algunas ocasiones le han restado fuerza de alguna manera, por lo tanto las preguntas

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