Teoria Sobre La Psicogenesis De Un Caso De Homosexualidad Femenina

OBRE LA PSICOGÉNESIS DE UN CASO DE HOMOSEXUALIDAD FEMENINA

La homosexualidad femenina, tan frecuente como la masculina, aunque menos ruidosa. Una muchacha de 18 años, bonita, inteligente y de elevada posición social, provoca el disgusto y la preocupación de sus padres por la ternura con que persigue a una dama de “sociedad” 10 años mayor, de la cual Los padres aseguran que es una cocotte.

Ella no se preocupa por continuar su formación, no da valor alguno al trato social ni a los entretenimientos juveniles, y sólo conserva la relación con algunas amigas que pueden servirle como confidentes o auxiliares.

Los padres no han notado en la muchacha interés hacia los hombres jóvenes, en cambio en los últimos años se insinuó hacia personas del sexo femenino, despertando el enojo y el rigor del padre.

2 aspectos de su conducta: Aparentemente opuestos, provocaron desagrado a sus padres: la imprudencia con la que se muestra públicamente en las calles concurridas con su amada de mala fama, sin cuidado de su propia honra, y que no ideaba ningún medio de engaño, ni mentira para posibilitar y encubrir sus encuentros con ella. Demasiada publicidad por un lado y total disimulación por otro.

Un día, el padre encontró a su hija acompañada por la dama en cuestión, paso al lado de ellas con una mirada rabiosa que no anunciaba nada bueno. Tras lo ocurrido la muchacha escapo y se precipito por encima del muro a las vías del ferrocarril que pasaba por allí abajo. Este intento de suicidio lo pago con una larga recuperación, por suerte no sufrió ninguna lesión permanente, pero después de su restablecimiento la situación fue más favorable. Los padres ya no osaron contrariarla con su elección y la dama, que la había rechazado, comenzó a tratarla amistosamente.

El padre era un hombre serio, respetable, en el fondo muy tierno y algo distanciado de sus hijos por su impostado rigor. Su comportamiento hacia su única hija estuvo limitado por miramientos hacia su mujer, la madre de ella. Cuanto tuvo conocimiento por primera vez de las inclinaciones homosexuales de su hija se enfureció y quiso sofocarlas mediante amenazas, quizás oscilo entre diversas concepciones, todas penosas, sobre su hija no sabia si verla como un ser vicioso, degenerado, o enfermo mental, aun después del accidente le costaba resignarse. La homosexualidad de su hija tenía algo que provocaba furia y estaba decidido a combatirla por todos los medios.

La madre: era una mujer todavía juvenil, no quería renunciar a la pretensión de agradar ella misma por sus encantos. No tomaba tan a lo trágico la preferencia sexual de su hija y no le indignaba tanto como al padre. Durante algún tiempo había gozado de la confianza de la muchacha en relación a su enamoramiento de aquella dama, al parecer tomo el partido contrario movida por la nociva publicidad con que la joven declaraba sus sentimientos. Ella había sido neurótica, gozaba de gran consideración de parte de su marido, trataba a sus hijos de manera poco equitativa, era dura con su hija y excesivamente cariñosa con sus 3 hijos. Los informes de la paciente sobre su madre contenían siempre una reserva que ni por asomo se mantenía en caso del padre.

Iniciar un tratamiento analítico con esta muchacha tenía varias dificultades: no se estaba frente a la situación que demanda el análisis y la única en la que se puede demostrar eficacia. Esta situación, presenta alguien dueño de si mismo, que sufre de un conflicto interior al que por si solo no puede poner fin. No es raro que un marido acuda al médico con la siguiente queja: mi mujer es neurótica por eso nos llevamos mal, cúrela para que podamos ser un matrimonio feliz. Esto es imposible de cumplir, el médico no puede producir el resultado en post de lo que desea el marido. Cuando la mujer queda libre de sus inhibiciones neuróticas se separa de su marido, la continuación del matrimonio sólo era posible bajo la premisa de la neurosis de ella. A veces son los padres quienes demandan la curación de un hijo que es neurótico y rebelde. Para ellos, un niño sano, es un niño que no les crea dificultad alguna y sólo les provoca contento. El médico puede lograr el restablecimiento del niño, pero tras la curación el emprende su propio camino más decididamente y los padres quedan mas insatisfechos que antes. No es indiferente que un individuo llegue al análisis por su propia voluntad o porque otros se lo llevaron.

Factor a tener en cuenta: La muchacha no estaba enferma y la tarea propuesta no consistía en solucionar un conflicto neurótico, sino en trasportar una de las variante de la organización genital sexual a otra, es decir eliminar la inversión genital u homosexualidad (nunca es fácil). Sólo en circunstancias particularmente favorables es posible, pero el éxito consiste en abrir el camino hacia el otro sexo, bloqueado antes, restableciendo su plena función bisexual. La sexualidad normal descansa en una restricción de la elección de objeto, mudar a un homosexual a heterosexual no es mucho más prometedor que lo inverso, solo que a esta ultima no se la intenta por razones prácticas.

Los éxitos de la terapia psicoanalítica en el tratamiento de la homosexualidad no son muy numerosos. Regla, el homosexual no puede resignar su objeto de placer, no se logra convencer de que con el cambio, reencontraría en el otro objeto el placer al que renuncia. Si se somete a tratamiento será por motivos externos que lo forzaron a ello, si lo que motivo la demanda de curación son los padres y allegados a quienes se ama, las cosas suceden de manera algo diversa. En caso de una organización vacilante o nítidamente bisexual, puede presentarse más favorable el propósito de la terapia psicoanalítica.

El análisis se divide en 2 fases separadas: En la primera se procura el médico el conocimiento necesario del paciente y después le explica la construcción de la génesis de su sufrimiento. En la segunda fase, el paciente se adueña del material que se le expuso, trabaja con el, y de lo que hay en su interior supuestamente reprimido, recuerda lo que puede e intenta recuperar lo otro en una suerte de reanimación. No siempre estas 2 fases aparecen separadas entre si de manera tajante en el decurso de la cura analítica, para que ello ocurra la resistencia debe sujetarse a determinadas condiciones. Cuando sucede, puede compararse con los 2 tramos de un viaje. El primero comprende todos los preparativos necesarios, hasta que por fin se abandona la carta de viaje y uno pone el pie en el andén y consigue su lugar en el vago. Ahora tiene el derecho y la posibilidad de viajar hasta ese lejano país, pero pese a todos los trabajos previos aun no se esta ahí, ni se ha avanzado hacia la meta, aun es preciso hacer el viaje de una estación a la otra y esta parte del

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