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Un Vistazo Al Constructivismo


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2012  •  1.959 Palabras (8 Páginas)  •  392 Visitas

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Un vistazo al constructivismo

Alejandra González Dávila

El término ‘constructivismo’ forma parte del lenguaje educativo y se ha convertido desde hace tiempo en una palabra muy utilizada tanto para explicar el enfoque de los planes y programas oficiales de educación básica como por aquellos maestros e investigadores que pretenden ubicar su discurso dentro de la vanguardia pedagógica.

El vocablo es una aglutinación de ideas relacionadas con la adquisición del conocimiento y por eso conviene aclarar que no existe una teoría constructivista, sino un conjunto de visiones epistemológicas, psicológicas, educativas y socioculturales sobre el aprendizaje que tienen sus raíces en las investigaciones de muchos autores y escuelas de pensamiento, tales como los seguidores de la corriente Gestalt, Piaget, Wallon, Vygotsky, Bruner, Dewey, Gagné, Ausubel y Novak, entre otros.

No podemos hablar de la teoría del constructivismo, pero sí podemos hablar de aproximaciones constructivistas que han sido adaptadas específicamente para las matemáticas, las ciencias naturales, la psicología educativa, la antropología, la historia, la filosofía o la informática, por ejemplo. Algunas de estas visiones consideran que la adquisición del conocimiento es un proceso gradual que tiene lugar en el propio sujeto mientras que otras contemplan la interacción social como determinante en este proceso cognitivo progresivo.

Moshman (1982) elaboró una clasificación de las diferentes aproximaciones constructivistas que mostramos en el esquema 1.

El punto de convergencia de esta ramificación sobre las visiones del constructivismo se encuentra en el énfasis que las tres corrientes hacen sobre la actividad mental constructiva del alumno. El aprendizaje se convierte en un proceso de construcción del conocimiento (Glaser, 1991), mientras que la enseñanza es un proceso intencional de intervención que facilita el aprendizaje. Existe pues un papel activo del alumno en la construcción de mecanismos de comprensión que otorgan un sentido muy particular a la información del entorno, y en esto radica la gran diferencia con el conductismo. En esta última corriente se considera que solamente los estímulos externos que recibe un sujeto son determinantes en la conducta, de manera que bajo esta perspectiva los estudiantes tienen siempre comportamientos predecibles, observables y, por ende, medibles. El alumno recibe y acumula conocimientos, no los construye.

Algunas implicaciones pedagógicas

Tomando como referencia el planteamiento de Woolkfolk (1998) y algunas ideas propias surgidas de la experiencia docente en los niveles de secundaria y preparatoria en escuelas de la ciudad de México, podemos compartir algunas implicaciones pedagógicas de cada una de las tres visiones esquematizadas anteriormente, tratando de no caer en la tentación de presentar recetas didácticas generales aplicables a los alumnos de todos los niveles y grupos escolares del país.

La intención es reconocer dónde y cómo se puede aplicar el constructivismo en la práctica docente. Los maestros y amigos lectores podrán analizar, seleccionar o simplemente reafirmar las condiciones más propicias para hacer que sus alumnos comprendan contenidos de tipo cognitivo, procedimental o actitudinal de acuerdo con las necesidades de las materias que imparten.

Visión exógena

Dado que en esta perspectiva se plantea que la realidad del mundo exterior al sujeto sí es cognoscible, entonces la enseñanza procura que los alumnos elaboren representaciones simbólicas y semánticas de los conceptos que se enseñan sobre el mundo y la sociedad lo más fielmente posible. Para ello se necesita que el maestro formule y dé seguimiento a instrucciones de manera clara y precisa. Los alumnos pueden ejercitar sus habilidades de representación mental a través de gráficas o esquemas, por ejemplo; también pueden elaborar argumentaciones verbales sobre las relaciones que guardan los elementos de un problema, sus causas y efectos. Los maestros deben fomentar en los alumnos la elaboración de reglas causales (esta situación se presenta debido a...), analogías (lápiz es a árbol como zapato es a...), series numéricas (2, 4, 16...), clasificaciones (reinos en los seres vivos, semejanzas, diferencias) y relaciones. En la teoría del procesamiento de información que corresponde a esta visión, las estrategias y los materiales de enseñanza se convierten en los protagonistas educativos para la adquisición de habilidades que estructuren el pensamiento hipotético-deductivo. El alumno necesita de una estructura interna que le permita comprender, representar y operar con la información del mundo exterior y para ello se requiere de la manipulación sistemática del material didáctico.

Dentro de las muchas aplicaciones posibles, diremos que en el área de ciencias, por ejemplo, un maestro puede retomar ideas previas sobre el concepto de energía y a partir de ellas ofrecer una explicación demostrada con algún experimento y llevar a los alumnos a que elaboren ciertos principios básicos surgidos de ellos mismos. Si se pide a los estudiantes elaborar un modelo de este mismo fenómeno natural a través de sus propios medios de simulación de la realidad, como por ejemplo un esquema, una explicación verbal, un procedimiento escrito, una descripción, etc., estarán construyendo un sentido propio para las relaciones entre las partes de su modelo. Lo importante es que ellos, desde lo que conocen, verbalicen o escriban cómo ocurren los hechos y qué podría suceder si se alteraran las condiciones ‘normales’. Con esto se les conduce a elaborar inferencias e hipótesis, que son muy necesarias para la formación de una actitud reflexiva en las ciencias.

Visión endógena

Piaget pensaba que el conocimiento no es una copia de la realidad y que se conoce algo cuando se le ha modificado o transformado a través de las experiencias individuales de los sujetos, las cuales influyen en el pensamiento y en el propio conocimiento. En el ámbito educativo debe tenerse en cuenta que si los alumnos tienen procesos individuales y esquemas de pensamiento previos, los maestros deben promover ambientes de aprendizaje donde las actividades de exploración, reto y descubrimiento para el alumno sean más importantes que la enseñanza en sí. De esta manera, el estudiante se convierte en el protagonista del aprendizaje y no el maestro. Desde esta postura, el maestro requiere de una gran capacidad para observar y explorar las reacciones que van teniendo los niños en sus experiencias de aprendizaje para no adulterar

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