Viaje Astral Atraves Del Sexo Femenino

TEMA: METEMPSICOSIS SEXUAL DE UN HUMANO

TITULO: VIAJE ASTRAL A TRAVES DEL MUNDO DEL SEXO FEMENINO

PREGUNTA: ¿ES POSIBLE LOGRAR QUE UNA PERSONA EXPERIMENTE UNA RELACIÓN SEXUAL ASTRAL?

HIPÓTESIS: múltiples sensaciones nos producen aquellos instantes cuando el placer de lo prohibido alcanza su mayor expresión sostengo que estos estados de lujuria van más allá de lo terrenal y trascienden a un plano astral.

Ella me siente, sabe que la miro, que le respiro, que estoy presente. Su cuerpo reacciona, me da su conveniencia para entrar a darle vida, a sentirse como una gelatina cuando se derrite, eso le produzco cuando estoy en ella: Lo cierto es que cada que la busco me materializo dentro de ella siento como su cuerpo respira agitado y convulsionado, como queriendo decir: sigue, no salgas quédate y se liberan sus sensaciones. Dura unos instantes más, pero para ella es fatal dejarme ir. ¡Es su alma la que se va!

Sito este párrafo….para explicarles como una transmigración sexual puede ser posible en el plano astral y como se materializa en el plano material si te das cuenta cuando tienes sueños que sobrepasan la imaginación te liberas de tu cuerpo viajas a través del pensamiento inconsciente y llegas a un mundo astral donde sientes y cumples con fantasías atrofiadas necesitarías solo de un sueño profundo y del ambiente adecuado y tu disposición para alcanzar lo que no vemos y no sentimos, puede materializarse en los sueños

Es como imaginar cuando una mujer experimenta un orgasmo en los instantes previos a lograrlo y el momento, esos instantes fugaces en los que se logra liberar el cuerpo del alma y se ataca el cuerpo en convulsiones internas parece como si la mujer entrara en un transe o como si estuviera poseída por un espíritu es esta la sensación que ocurre en un acto sexual astral. Así lo experimenta una mujer y un hombre al llevarlo a cabo.

TRANSMIGRACION SEXUAL

No lamento tener que morir porque espero subsistir en alguna cosa, y más aun sé que puedo salir de mi cuerpo para entrar en otros y si muero se que lo disfrutare aun mas.

Espero pasar del elemento tierra al del fuego, luego al del agua, y cuando sea convertido en viento, colarme por donde quiera.

He de subir entre las piernas de las mujeres para mantenerles fresco el sexo y el agujero del trasero.

Convertido en porcelana, harán de mí un hermoso orinal donde se meen las chicas lindas. Una vez cambiado en fuego, ellas me pondrán bajo sus faldas para que les seque la vagina.

Después, una vez transformado en agua, me encantará lavar el sexo de una mujer honesta.

Espero renacer bajo la forma de una flor que alguna graciosa dama coloque entre sus senos para perfumarlas.

Tal vez seré convertido en lino, y luego en tela fina de la que corten una toalla para una bella. Gozo imaginando cómo, con esa toalla, ella habrá de frotar su joya. Más tarde, hecho retazos, serviré mes con mes para contener la sangre de las reglas.

Deseo volverme un gusano, con cuya seda confeccionen unas enaguas; tendré así el deleite de vestir una pierna hermosa. Con la seda harán también corpiños muy de moda que mantengan los senos tibios. Y harán calzones cortos para conservar calientes los muslos.

A saber si no seré el abanico que una doncella luzca paseándose por el pueblo.

Mi alma saltará al cuerpo de un perrito que la preciosa acostará a menudo en su propio lecho.

Ya imagino el placer de escurrirme hasta su trasero, y si me castiga, de deslizarme entre sus nalgas para lamerle el sexo toda la noche.

Si tuviera la suerte de ser un pajarito, alguna cara encantadora me daría alpiste de sus labios; me tomaría graciosamente en su mano y me mostraría como entrar y salir de la jaula.

Sólo de imaginar que podría encarnar en un cuerpo de mujer, y poseer también una vagina, me embarga de alegría; pues sabría si la dama cuyo sexo recibe un pene siente más placer que el hombre que la penetra.

¡Ay!, si yo renaciera en forma de mujer, y de una mujer hermosa, cómo disfrutaría tentando penes. Y si acaso no sintiera deseo alguno, lo mismo andaría aquí y allá, dando por caridad mi trasero a quien lo deseara.

No me haría la remilgosa, como ciertas damas que fingen sacrificarse cuando entregan su amor.

Cumpliría todos mis caprichos, siendo prudente, mas tratándose de un buen miembro actuaría con conciencia laxa.

Pensando en mis placeres escogería un hombre robusto, fuerte, bien dotado para tener relaciones. Es decir, bien formado y sano, los testículos de un felino y el pene como un asno.

Me figuro que después de tantas transmigraciones podré tener de nuevo

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