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Bienaventurados Los De Limpio Corazón Porque Ellos Verán A Dios


Enviado por   •  22 de Mayo de 2013  •  821 Palabras (4 Páginas)  •  568 Visitas

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Bienaventurados los de limpio corazón porque ellos verán a Dios

La palabra de Dios es invariablemente verdadera y se cumple tal como está escrita en forma absoluta y completa.

La palabra limpio quiere decir transparente y puro.

“No lo que entra en la boca contamina al hombre mas lo que sale de la boca, esto si contamina al hombre”

Lo que sale de la boca del corazón sale y esto contamina al hombre porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias; estas cosas son las que contaminan al hombre.

Dios nos examina el corazón, no solamente las acciones que hacemos, si tenemos el deseo de matar a alguien pero no lo hacemos es como si hubiéramos cometido asesinato.

Dios dice que si solo tenemos una maldad en nuestro corazón ya hemos pecado y nuestro corazón es impuro.

“Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida, y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”

Por lo tanto no será salvo.

Todo aquel que aborrece a su hermano no tiene vida eterna en Dios.

Dios escudriña nuestro corazón y quiere que esté limpio, no solamente quiere obras santas y limpias sino que también quiere que tengamos nuestros corazones limpios.

Dios odia todo lo que contamina nuestro corazón.

El hombre no puede juzgar a nadie, solamente Dios escudriña los corazones, no debemos juzgar por apariencias o por acciones externas, es Dios quien mira el corazón, aquellos que juzgan y condenan tienen mayor maldad en su corazón.

“Sed pues vosotros perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”

Solo saber la palabra de Dios como mero conocimiento no es suficiente. Tenemos que guardarla en nuestra mente y ponerla en práctica y hacer que nuestro corazón sea limpio y puro.

No importa lo mucho que queramos transformar nuestro corazón en un corazón puro, no podremos cambiarlo nosotros mismos.

Cortar el pecado no puede lograrse con nuestro solo esfuerzo humano, tenemos que recibir la fortaleza de Dios.

Sin la palabra de Dios no podemos llegar a ser santos. Solamente la palabra de Dios nos enseña lo que es la verdadera bondad, la verdadera santidad, la verdadera servidumbre y la única y auténtica verdad.

Solo por la palabra de Dios y por la oración llegamos a santificarnos, si no oramos no tendremos la fortaleza necesaria para controlarnos ni para dominar al diablo.

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