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DISCURSO SOBRE LA SOLEDAD DE MARIA - SABADO SANTO


Enviado por   •  28 de Marzo de 2012  •  1.327 Palabras (6 Páginas)  •  1.072 Visitas

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DISCURSO SOBRE LA SODELAD DE MARIA – SABADO SANTO

Hoy estamos todos aquí reunidos en torno a la soledad de María, nos acompaña la tristeza, el desconsuelo; observamos la imagen de la dolorosa y quizás, decimos “pobrecita la virgen como debió haber sufrido en esos momentos”

Qué complejos son los designios de Dios, cómo es posible que una muerte tan atroz haya sido la salvación del mundo; cómo es posible que una tarde tan oscura, haya alumbrado para siempre a la humanidad. Quizás lo que Dios quiere mostrarnos es un camino. Él nos regala, nos dona a su Hijo para que a través de Él, nosotros tengamos vida eterna, pero también nos regala la figura de María para que nosotras las mujeres encontremos en ella un modelo a seguir.

Hoy sábado santo después de haber conmemorado la pasión y muerte de Jesús, retumban en nuestras mentes dos palabras, Cruz y soledad. Quizás esta es la única época del año en que nos detenemos a contemplar estas dos situaciones:

María y su Hijo, han agotado hasta lo último todas las experiencias del sufrir humano .No hay un solo dolor que el hombre padezca que ellos no hayan padecido. En sus almas, agrandadas por una calidad humana excepcional y por la gracia, se resolvieron todos los pesares de nosotros los hijos del mundo.

La soledad de María es la soledad de muchas mujeres de hoy, de muchas madres que han perdido sus hijos en la guerra, de aquellas que han asesinado a sus hijos por miedo a perder su vida de comodidad, de aquellas mujeres que no tienen un esposo que las acompañe, que han sido abandonadas, las que hoy son maltratadas, física y sicológicamente, sin embargo, al igual que lo hizo María nosotros no podemos quedarnos en tristezas y soledades, nosotras las mujeres, debemos a ejemplo de María, ser valientes para caminar en la profundidad del dolor pero con la esperanza de salir victoriosas. La vida es demasiado corta para malgastarla en depresiones y soledades, el mundo nos necesita fuertes, perseverantes y llenas de Optimismo.

Si María no hubiese comprendido los designios de Dios y no hubiese sido lo suficientemente fuerte para levantarse después de su dolor y ver la gloria de su Hijo resucitado y ser pionera de la iglesia, ¿quién le habría dado fuerza a los apóstoles para continuar? allí radica la importancia de la mujer en la iglesia y en la sociedad, Ella no se detuvo en sentimentalismos. Bien había podido decir, “NO CONFIO EN USTEDES APOSTOLES POR QUE ME DEJARON SOLA CON MI HIJO EN LA CRUZ…No, ella comprendió su miedo y los llenó de valor, los impulsó para que siguieran adelante, por que ella tenia la fuerza del espíritu. Y es así, como hasta nuestros días nos sigue acompañando, nos sigue llenando de valor, nos precede en nuestro camino; es nuestra estrella de evangelización, es la madre a la cual podemos acudir en momentos de desesperación; ella siempre nos escucha y nos impulsa, nos da fuerza para continuar el camino, no nos deja desfallecer; siempre nos acompaña y camina con nosotros, ella es el rostro maternal de la Iglesia.

Nosotras hoy tendemos a vivir una vida llena de sentimentalismos, una cosa es el sentimiento y otra el sentimentalismo que es un acto egoísta; no hay tiempo mujeres, asumamos nuestro rol en esta sociedad con fortaleza, seamos cimiento para nuestros hijos, no nos creamos las mujeres mas sufridas del mundo, no seamos egoístas con nuestros hijos, no malgastemos la vida sufriendo y haciendo sufrir a los que nos rodean. Seamos mujeres Felices, agradecidas y valientes.

La soledad en si, no es un aspecto negativo, es el camino que nos permite ir hacia nuestro interior y encontrarnos con nosotros mismos, para revisar nuestra vida, y es una invitación a ser más contemplativos, es una invitación a vivir en el mundo sin pertenecer a el.

La cruz no debemos verla como un final sino como un camino que nos lleva

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