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EXTRACTO DE LAS CRONICAS DE NARNIA


Enviado por   •  23 de Octubre de 2012  •  5.295 Palabras (22 Páginas)  •  1.387 Visitas

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EXTRACTO DE LAS CRONICAS DE NARNIA “LA TRAVESÍA DEL EXPLORADOR DEL AMANECER

La travesía del Explorador del amanecer; Representa la vida espiritual del cristiano, aún cuando estoy en desacuerdo con muchos de los personajes ficticios creados por Lewis, ya que tienen una clara connotación demoniaca ( faunos, enanos, brujas, etc. ), la primera vez que lei este libro “La Travesía del Explorador del Amanecer” , quede impresionada por su relato en especial con el capitulo VII, que muestra una clara influencia cristiana y coincide con lo que Cristo pide al hombre; que debemos despojarnos de nuestras viejas costumbres o deseos (el viejo hombre) y lavarnos en su sangre que limpia de todo pecado, además hace énfasis en que el hombre por si mismo no es capaz de despojarse de sus pecados, sino que debe entregarse como un niño en las manos de nuestro Señor Jesucristo.

CAPITULO VII: COMO FINALIZO LA AVENTURA, Pág. 87, 88, 89

“El agua era tremendamente clara; pensé que si me metía adentro y me bañaba, se calmaría el dolor de mi pata……… Pero el León me dijo que antes tenía que desvestirme”

Aslan (Jesucristo) pide a Eustaquio (el hijo de Adán) que se desvista, ¿por qué?

Nuestros pecados (falsedades, fallas son la ropa que llevamos puesta, para poder entrar al agua y bañarnos debemos desvestirnos (despojarnos), porque que incomodo es nadar estando vestidos y que mal se siente uno al salir del agua y estar todo mojado. Además nadie se lava con ropa, es necesario quitarse la ropa completamente para asearnos, lo mismo pide Cristo en lo Espiritual, debemos despojarnos de nuestras viejas costumbres, y deseos ocultos, para poder acceder a lavarnos en la sangre que Cristo vertió en el madero.

Salmo 51:2 Lávame más y más de mi maldad…

Hechos 22:16 Ahora…. Bautízate y lava tus pecados

Hebreos 10:22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.

Isaías 64:6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia.

Colosenses 3:9, 10 habiéndoos despojado del viejo hombre.

“Estaba a punto de decir que no podia desvestirme, porque no llevaba ropa, cuando me acordé de que los dragones son una especie de serpientes y que las serpientes botan la piel. ¡Oh!, claro pensé, eso es lo que el León quiere decir. Y empecé a rascarme, y mis escamas empezaron a caer por todas partes; entonces me rasqué un poco más fuerte y, en vez de ser sólo escamas las que caían por aquí y por allá, toda mi piel comenzó a despellejarse maravillosamente, como ocurre después de una enfermedad, o como si yo fuera un plátano. En un par de minutos simplemente me salí de ella. La pude ver tirada detrás de mí, con un aspecto bastante desagradable. Fue una sensación muy deliciosa. Entonces empecé a bajar a la fuente, para darme un baño. Pero apenas iba a poner mi pie en el agua, miré hacia abajo y vi que estaba tan duro, áspero, arrugado y escamoso como antes. Está bien – me dije -. Quiere decir que tengo puesta otra vestimenta más ligera bajo la primera, y que también debo sacármela. Así es que comencé a rascarme y a desgarrar esta segunda piel, que se soltó a las mil maravillas, y salí de ella y la dejé tirada al lado de la otra y bajé al pozo para darme mi baño. Pero ocurrió exactamente lo mismo. Me dije: Ay, Dios mío, ¿cuántas pieles más tendré que sacarme?”

¿Puedo hacerme yo mismo perfectamente justo ante los ojos de Dios? No, no puedo. No importa cuánto me esfuerce, nunca podré hacerme perfectamente justo ante los ojos de Dios, tal como a Eustaquio quien intento quitarse la capa de piel, solo en su tercer intento fallido pudo entender que no podía.

Dios ha hecho tres cosas maravillosas para hacerme perfectamente justo: Dios se deshizo de mi vida vieja, Dios me hizo como una persona nueva en Cristo, y Dios me dio a Cristo como mi justicia.

Hechos 13:39 en él es justificado todo aquel que cree.

Romanos 5:9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

Gálatas 2:16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo….

Romanos 3:10 como está escrito: No hay justo, ni aun uno.

Mateo 23:28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.

“Ansiaba bañar mi pata. Me rasqué, pues, por tercera vez, y me saqué una tercera piel tal como las dos anteriores, y salí fuera de ella. Pero apenas me vi en el agua, comprendí que no había servido de nada. Entonces el León me dijo, pero no sé si me habló o no: …………..Tendrás que dejar que te desvista yo”.

Lo indispensable, pues para nacer del Espíritu, es arrepentirnos (reconocer nuestras faltas y confesarlas a Dios), con corazón contrito y humillado y espíritu quebrantado que anhelen no reincidir. Aceptar con plena fe y confianza, la persona y Obra del Salvador Cristo Jesús. Esta es la primera condición necesaria para recibir el nuevo nacimiento del Espíritu Santo.

Aquí nos demuestra que nuestros esfuerzos son vanos si no dejamos actuar a Dios en nuestras vidas, debemos permitir que sea él quien nos despoje de esta piel que nos corrompe como ser humano, a sabiendas que esto será doloroso ya que cuando descubrimos nuestra verdadera esencia nos damos cuenta que no somos los seres perfectos y buenos que creíamos ser, muchas veces pensamos ser merecedores de grandes recompensas o galardones y despreciamos a otros, al darnos cuenta que estamos llenos de envidia, falsedad, ira, soberbia, falsa modestia, mentes sucias, es entonces cuando estamos desnudos ante Dios (se ha caído la ultima capa de piel que nos cubría) y nos vemos tal cual nos ve él.

Colosenses 3:3 Porque habéis muerto, y vuestra vida esta escondida con Cristo en dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con el en gloria

Salmo 41:4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado.

Juan 16:13 Pero cuando venga el espíritu de verdad, él os guiará

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