Juan Eudes

Con una gran muestra de amor y muy temprana devoción hacia Dios, Juan Eudes comenzaba desde muy pequeño a encarar el innegable amor hacia las enseñanzas de Jesús y las doctrinas evangélicas; adoptando, como si fuese parte de sí mismo, la misericordia, la ayuda y no menos importante, el amor hacía el prójimo.

Siendo el Sagrado Corazón de Jesús el más grande instrumento de devoción y símbolo absoluto de su representación tanto gráfica como introspectiva, Juan Eudes luchó por dejar una senda de compasión por donde quiera que fuera.

Mientras una epidemia de peste atacaba Normandía, Juan Eudes se hacía voluntario innato para continuar construyendo aquella vida de ayuda al prójimo y a sus hermanos, que años más adelante lo convertiría, no bajo opinión propia, sino más bien vox populi, en un predicador ungido, como era comúnmente reconocido entre los fieles y el clero.

Tendiendo su finita mano hacia mujeres arrepentidas de llevar una mala vida, Juan Eudes alquila una casa para alojarlas en tanto encuentran una forma de sustentación decente, la cual termina siendo atendida e instruida por religiosas que otorgan sus cuidados y enseñanzas a dichas mujeres.

Con numerables misiones, Juan Eudes, entre otras cosas, forja sobre su vida una reputación de santidad y seguidor indeleble de Jesús y María, por lo que formaría una congregación con ese mismo nombre “Congregación de Jesús y María”; enfáticamente promulgo el amor legalista hacia María, estando impregnado recónditamente su corazón, dentro del corazón de Jesús, distintivo absoluto de la congregación.

Más allá ser una persona que trato de seguir al pie de la letra las enseñanzas de Jesucristo, y luchar innegablemente por llevar su amor a lo más recóndito de su tierra francesa; Juan Eudes es sólo un buen hombre que ayudó, amó, y llevó edificación, más que a su propia vida, a quienes hacían parte de su vida y camino.

Luego de leer los aportes literarios y audiovisuales sobre la vida de San Juan Eudes, me doy cuenta de la entereza y sacrificio de una persona íntegra, amorosa con el prójimo auxiliadora de los pobre, sin importar sus afecciones tanto espirituales ni físicos, predicando la misericordia y el apego de todo lo material, diciéndonos que para llegar a El debemos interceder con María Madre de Dios y el espíritu Santo por medio de La Santísima Trinidad, como lo hizo en 1643 en el Día de la Anunciación bajo el nombre de “La Congregación de Jesús y María” en el que María es símbolo místico del amor eterno de Jesús por los hombres.

De tomar bajo la formación cristocénica a aquellas personas que aun en nuestros días son juzgadas y señaladas de mala manera por sus trabajos como el de la prostitución ayudándolas a tomar nuevos rumbos en una espiritualidad cristiana de misión transformando desde dentro el corazón del prójimo que el ayudaba, y donde el también

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