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La Historia Y La Fenomenología


Enviado por   •  25 de Julio de 2013  •  3.558 Palabras (15 Páginas)  •  267 Visitas

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La historia y la fenomenología

Como ciencias positivas de la religión, han desarrollado estudios esclarecedores acerca de la configuración simbólica de los ángeles. Este fenómeno se dio principalmente en los cultos monoteístas, predominando de manera más pura en el Judeocristianismo, en el Mazdeísmo y en el Islamismo; a partir del advenimiento de ciertos reformadores, como Zoroastro (forma griega de Zaraustra) Jesús y Mahoma.

Es digno de mención, que Filón (siglo I) dudó de la existencia de estos seres angélicos y los llamó "emanaciones y fuerzas del universo", como critica a lo que parecía ser un fenómeno reciente en su época; pero lo cierto es que en los núcleos míticos de las principales religiones desde tiempos muy antiguos (entre ellos Grecia y Mesopotamia), aparecen estas entidades ambivalentes intermedias entre los dioses y los humanos con funciones de ordenadores del cosmos y ejecutores de la voluntad divina.

Según los antiguos babilonios, el aire estaba poblado por fuerzas malignas que causaban enfermedades, representadas en el principio del "ZI", especie de vampiros con alas provenientes de los espíritus de ultratumba. Ellos reconocían, independientemente de su panteón politeísta, siete principios personales en el viento, la tempestad y el torbellino(1). Es posible que el libro sapiensal de Job (cap. 1 y 2), en donde el diablo asesina a sus hijos en una tormenta de viento, tenga su origen en estas creencias. Los seguidores de Pitágoras pensaban que nuestra atmósfera estaba poblada de seres espíritus bajo el control de un jefe que tenía su asiento en el imperio del aire, probablemente esta idea fue inspirada en los silfos de la mitología germana, como pequeñas entidades manifestadas en los elementos; gracias a ello se entiende el pensamiento cristiano acerca de Satanás, que es presentado en Efesios 2: 2 como "el príncipe de la autoridad del aire"(2).

Siguiendo con esta línea de pensamiento, podemos encontrar motivos de estas criaturas en jarrones y murales griegos y etruscos, donde a menudo se los representan con sexo femenino o en forma de niños(3). Esto no recuerda a las Nuris, "vírgenes canónicas" que aparecen en la mitología islámica, en formas de ángeles femeninos, cual Valkirias hiperbóreas de las que tanto nos habló Lamartine. También era cosa común entre los Persas representar a sus reyes como seres alados (4). En la "puerta de Ciro", en las ruinas Pasargada, encontramos un bajorrelieve del monarca con cuatro alas saliendo de su torso. Al igual que el dios principal prezoroastrico Atar, el fuego solar en su carro (luego reemplazado por Ahura Mazda), era plasmado con una apariencia similar pero viajando dentro del disco astral remero, como se puede ver en la pared de la inaccesible tumba de Jerjes y Darío II(5). No obstante, el desarrollo pleno de estas estructuras angélicas se da para una etapa tardía de la historia de un pueblo por razones que expondremos en el siguiente trabajo.

ACERCA DE LOS ANGELES

La palabra ángel era conocida por el mundo paleosemita como "algo santo" (Del término arameo IRIM: Lit. sagrado, separado). Sin embargo, en el hebreo primitivo adoptó la forma de Mal’ak, que se traduce principalmente como mensajero o enviado de alguien "santo". En las fuentes testamentarias, el término Mal’ak, muchas veces significa "espíritu" o "viento"(Tal vez aludiendo a la velocidad del mensajero), pero esto depende del contexto(6).

Esta idea esta apoyada por un conjunto de idiomas arcaicos como el ugarítico, el arábigo (Malik)y el etíope, donde su significado es de uso similar(7). En algunos pasajes bíblicos como el de II Reyes 20: 2, 3, él término Mal’ak, aplica a los mensajeros reales que envió el rey Ben-Hadad de Siria al reino de Israel en una misión diplomática. En todos los casos parece atribuirse a alguien que ha sido designado como correo real y que debe transitar a través de una gran distancia con el fin de comunicar "algo importante" a "alguien influyente". Sin embargo, en la mayoría de los casos expuestos, el término se adjudica a seres sobrenaturales que cumplen papeles comunicativos en carácter de asignación divina(8).

Pero ¿Quiénes eran estas entidades propias de algunas mitologías? ¿Por qué se los presenta en muchos núcleos míticos como seres ambivalentes, es decir, de una naturaleza santa, pero a la vez demoníaca sin llegar a ser dioses? ¿Por qué propenden a desarrollarse estas figuras simbólicas de una manera más notable en el seno del monoteísmo?

ESTUDIO ESTRUCTURAL DE LAS IMÁGENES ANGELICAS

Si bien la configuración angélica se da con más viveza y trascendencia en los cultos monoteístas, no es exclusivo de ellos. Este fenómeno también se observa muy a menudo en las grandes religiones politeístas, como Egipto, Mesopotamia, India, Grecia y Roma.

El hombre vive lo sagrado a través de la multiplicidad de las figuras divinas, al menos es así en los sectores generales de una civilización. El devoto común que tiene dificultades para comprender lo divino en el terreno de alguna especulación metafísica, hermética, propia de los círculos intelectuales o sacerdotales (de los cuales nos disertan sobre una unidad con el absoluto), expresa lo religioso a través de lo que le es más simple, en la naturaleza y su diversidad de aspectos(9). Por ello los monismos más ejemplares, como en el caso del panteísmo hindú, son vividos dentro del más explícito politeísmo.

La oscilación del pensamiento teológico entre la multiplicidad de divinidades hasta llegar a configurar una sola, es decir, la movilidad entre el politeísmo y el monoteísmo, esta determinada en buena medida por los procesos históricos de cada pueblo(10). Así sucedió en Egipto en el sincrético culto al disco solar de Aton, durante el reinado de Amenofis IV, en donde todo el poder político y religiosos fue manipulado para que caiga sobre un solo hombre, el Faraón.

En el monoteísmo, el único Dios, reúne todas las facetas que están repartidas en el panteón de los dioses del politeísmo. Por ejemplo, en la etapa temprana del culto israelita, Yahvé era el Dios del que procedía el bien y a su vez él era el originador de las catástrofes (Deuteronomio Cap. 28), mientras que en el politeísmo existe una divinidad para cada función. A este Dios un, también se lo presenta con aspecto humano, antropomórfico (Exodo 15: 4, quizá esta endecha sea uno de los escritos más antiguos del Pentateuco), donde se lo describe como un varón, es decir con sexo, como los dioses egipcios o fenicios, con rostro; manos; se pasea por el jardín; busca al hombre sin encontrarlo, etc.(Génesis

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