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Los Cuatro Acuerdos Para El Cristiano


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2012  •  1.413 Palabras (6 Páginas)  •  2.560 Visitas

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LOS CUATRO ACUERDOS PARA EL CRISTIANO*

por: Tania Fernández Cancel

1. Seré impecable con mis pensamientos y palabras:

La palabra impecable significa limpio o libre de pecado. Debemos tratar de estar conscientes de que cada una de nuestras acciones, desde lo más simple hasta lo más grande, desde mover un dedo hasta realizar una tarea complicada, todo comienza en el pensamiento. De la misma manera, el pecado es algo que se origina en nuestra mente. Consciente o inconscientemente nuestras acciones son generadas por un pensamiento, el cual, en ocasiones se convierte en una acción o en palabras, otras tan solo queda en nuestra mente. Pero sea como sea es en nuestros pensamientos y palabras donde todo comienza. Cuando pensamos y hablamos negativamente, esto se refleja de una u otra manera en nosotros y afecta a quienes nos rodean. En cierta ocasión dijo Jesús que es lo que sale de la boca del hombre lo que contamina1 y es una verdad de la que debemos estar conscientes. En la medida en que cuidemos nuestros pensamientos y palabras será más fácil para nosotros identificar y combatir el pecado. Cuando identificamos un pensamiento o palabra negativa en nosotros, debemos rectificar y sustituirlo por un pensamiento cristiano. Nuestra naturaleza humana es a veces egoísta y no debemos permitir que sea esa humanidad la que hable por nosotros. Una fórmula que da resultado es muy sencilla, pregúntate ¿Qué haría o cómo pensaría Jesús en esta situación? En la medida en que vayas integrando esto a tu diario vivir te darás cuenta de que te sentirás mejor con Dios y contigo mismo.

2. No tomaré nada personalmente:

Muchas veces las personas actúan de formas que realmente nos molestan. Tendemos a creer que las personas nos hacen daño con intención. Si bien es cierto que hay ocasiones en que las personas hacen cosas adrede, lo es también que a veces esas personas tienen motivaciones poco cristianas que creen son acertadas. Puede que una persona esté molesta por algo que nada tiene que ver contigo y sin darse cuenta descarga su ira contra ti. Pero otras veces las personas hacen daño y nos ofenden con toda la intención de hacerlo. Como cristianos debemos entender que sea con o sin intención nuestra actitud debe ser siempre la de no tomarlo personal. Y debes estarte preguntando ¿Cómo no lo voy a tomar personal si lo es? Cuando Jesucristo estaba en la cruz y le dijo: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen"2 nos dio una gran enseñanza. Esta lección no nos habla únicamente de perdonar, estas palabras tienen una gran profundidad que pasamos por alto. Cuando las personas actúan de determinada manera, lo hacen pensando que tienen razón, que están en lo correcto. De la misma manera que nosotros pensamos que lo correcto es tener una actitud cristiana, probablemente esa persona piensa que eres tú quien no tiene la razón. Y debemos tener eso en mente siempre y recordar que no es nuestro trabajo el juzgar a los demás. El juzgar es trabajo de Dios, el tuyo como cristiano es ser misericordioso, perdonar, orar e interceder por esa persona ante nuestro Padre, tal como lo hizo Jesús en la cruz del Calvario. Porque El en su grandeza entendió que esas personas no estaban conscientes de que con sus acciones se estaban condenando a sí mismos.

3. No haré suposiciones:

Hacer suposiciones es algo que hacemos constante e inconscientemente. Debemos tratar de hacer la costumbre de no llegar a conclusiones. Y si es demasiada tu inquietud, es mejor preguntar. El llegar a conclusiones, es una manera de juzgar a los demás. Dios nos llama a no juzgar a los demás3. Sólo Dios tiene el poder de conocer nuestros pensamientos. Muchas veces llegamos a conclusiones y desencadenamos toda una serie de acciones que hubieran tenido un final completamente diferente si hubiéramos llegado a otra conclusión. Este pequeño relato es un ejemplo de cómo podemos cambiar el rumbo de nuestro destino tan sólo con una pequeña conclusión errada:

Marta iba tarde para un examen y con la prisa

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