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Moniciones


Enviado por   •  9 de Enero de 2014  •  530 Palabras (3 Páginas)  •  614 Visitas

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Moniciones para el Quinto Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C

Moniciones para la Misa.

Tiempo Ordinario Ciclo C

Quinto Domingo: Vocación al seguimiento de Cristo

Monición de entrada:

La liturgia del domingo pasado nos refería la vocación del Profeta Jeremías. Las lecturas de esta celebración, quinto domingo del tiempo ordinario, nos presentan otra vocación y sus respuestas generosas a la invitación de Dios. La Iglesia necesita que cada uno de nosotros cumpla el compromiso de su vocación cristiana y seamos testigos fieles de Dios ante los hombres. Celebremos con profundo recogimiento y alegría el día del Señor. Pónganse de pie para que recibamos, cantando con entusiasmo, a los ministros de esta celebración.

Primera lectura: Isaías 6, 1-2a.3-8 (Vocación del profeta Isaías)

La misión de Isaías no será fácil porque deberá profetizar la ruina de Israel y Judá en castigo a sus infidelidades. Dios purifica los labios del profeta para que pueda cumplir su misión. Escuchemos con atención.

Segunda lectura: I Corintios 15, 1-11 (Evangelio de Pablo, que recuerda su vocación)

San Pablo, que se considera indigno y pecador, pero no ha defraudado la gracia que le ha sido concedida, explica cuál ha sido el contenido de su predicación. Que esta lectura ilumine nuestro diario actuar para no defraudar la gracia que Cristo nos da. Presten atención.

Tercera lectura: Lc. 5, 1-11 (Vocación de los cuatro primeros discípulos de Jesús)

La lectura del Evangelio de San Lucas nos refiere una pesca milagrosa. Pedro se confiesa pecador. En cambio el Señor llama a Pedro y a sus amigos para hacerlos pescadores de hombres. No importa lo que haya sido nuestra vida pasada, el Señor perdona y olvida. Pero exige una conversión auténtica. Nos quiere ahora santos a su servicio. De pie, por favor; cantemos el Aleluya, para luego escuchar la Buena Nueva.

Oración Universal:

• Por la Iglesia, santa y pecadora, purificada por el Espíritu de Dios y necesitada siempre de conversión, roguemos al Señor.

• Por los que admiran Jesús de Nazaret y no han descubierto en Él al Dios santo y misericordioso, que trasciende a todos y está cercano a nosotros, roguemos al Señor.

• Por los que trabajan, como los discípulos, pescando en el lago durante la noche: en la industria, en la tecnología, en los hospitales, en los servicios públicos, roguemos al Señor.

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