Opinion Sobre La Contaminacion En Arequipa

COMPROMETIDOS A NO CONTAMINAR

En los últimos la comunidad arequipeña ha sido testigo de dos principales acontecimientos: creciente contaminación debido al aumento del parque automotor y la disminución considerable de las áreas verdes y la campiña de la ciudad.

Es decepcionante ver que el crecimiento económico de la ciudad de Arequipa no va de la mano con el crecimiento en valores por parte de la ciudadanía, el respeto al medio ambiente parece haber desaparecido. Año tras año vemos como alcalde elegido promete renovar el problema del transporte, el problema del tráfico, realizar mejores obras de infraestructura, pero deja de lado el problema principal que encierra a los anteriores, que es precisamente el daño que se le está haciendo al medio ambiente arequipeño.

A la par de esta problemática esta la disminución progresiva de las áreas verdes, de los árboles en el centro de la ciudad y el aumento excesivo del cemento. Aquellas áreas donde la campiña arequipeña existía, ha ido desapareciendo reemplazadas por edificios o complejos habitacionales. El alcalde actual parece haber olvidado el lugar donde crecido, el aire puro que respiraba y las verdes praderas y andenerías con que contaba Arequipa en el siglo pasado. Las políticas adoptadas son contrarias a la que debería seguir un alcalde comprometido con la comunidad, tal como lo expresa el papa Benedicto XVI, se está en búsqueda de intereses miopes, proyectos que solo buscan lograr una aceptación a la población de ahora, sin tomar en cuenta a la futura población arequipeña.

El parque automotor ya llega a las 100 mil unidades y los estándares de contaminación permitidos se encuentran superados largamente, pero aun así las autoridades se guardan silencio y no promueven políticas que contrarresten esta problemática. Cada día el cielo celeste arequipeño se oscurece pero eso tampoco parece importarle al dueño de una combi, al chofer que la maneja o al transeúnte que hace uso de este servicio. Nadie se pone a pensar, como estará el ambiente de la ciudad en los 10 años posteriores, nadie imagina si se podrá salir a hacer las compras sin ninguna mascarilla como lo hacemos ahora, o si nuestros hijos podrán ir al colegio o jugar libremente en los parques como lo hacen ahora. Simplemente nadie piensa en el costo social y económico que dará en el futuro por contaminar la ciudad.

Es urgente que las autoridades los dueños de los vehículos, población arequipeña asuman un compromiso con ellos mismos, con la sociedad y con sus descendientes. Compete a nuestro gobierno local dar las indicaciones oportunas para contrarrestar de manera eficaz una utilización del medio ambiente que no lo perjudique, controlar el aumento de vehículos contaminantes, debe de tutelar los recursos, en este caso los forestales promoviendo la plantación de árboles en aquellos lugares donde exista mayor contaminación,

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