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Pensamiento Politico De Jesus De Nazaret


Enviado por   •  27 de Marzo de 2013  •  1.589 Palabras (7 Páginas)  •  2.420 Visitas

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Pensamiento político de Jesús de Nazaret.

Jesús fue un judío laico y marginal cuya acción histórica fundamental fue crear una comunidad de discípulos que intentaba ser signo e instrumento de una nueva sociedad constituida por hombres y mujeres nuevos: el reino de Dios.

Jesús tuvo un proyecto integral para su pueblo, arraigado en las tradiciones proféticas radicales, cuya matriz es la primera confederación de tribus, denominada "Reinado de Yavé". Por ello denominará a su proyecto "Reino de Dios". Es un proyecto revolucionario que implica una economía de solidaridad, basada en el "don" o "compartir", una política en la que el poder funciona como "servicio" y relaciones sociales fraternales.

Para ello organiza un movimiento que recoge las mejores tradiciones de los movimientos proféticos y apocalípticos de la historia del pueblo de Israel. De este movimiento participan hombres y mujeres de los sectores dominados. Lo prepara en el norte de la Palestina, en Galilea, y luego asciende a Jerusalén, para enfrentar a los poderes opresores hegemónicos.

Allí se produce su muerte, un verdadero asesinato político cometido por el Imperio Romano, cuyo dominio en la región se veía amenazado por la prédica y la práctica propuestas por Jesús. Después se produce la dispersión del movimiento, pero éste luego se recupera, comenzando así otra historia.

La Comunidad de Jesús no fueron los Doce, sino un grupo más amplio. La comunidad es anterior a los Doce y de ella fueron ellos seleccionados como símbolo del Nuevo Israel (las 12 tribus). La jerarquía no es anterior a la comunidad sino que nace de ella y está a su servicio.

Jesús no crea esta comunidad para dar “la salvación”, ya que en numerosas ocasiones dirá que para “salvarse” sólo es necesario cumplir los mandamientos, es decir, ser ético.

La Comunidad inaugura el Reinado, la nueva sociedad, que comienza ya en el propio Jesús. Para entrar en ella pide “que se renuncie al dinero”, es decir, a las ataduras con el sistema dominante y dominador (“el mundo”) que se basa en la desigualdad y la explotación del hombre por el hombre.

Las llamadas “Bienaventuranzas” son el programa que Jesús les propone, de ellas la fundamental es: elegir ser pobres para que Dios sea rey en nosotros, es decir, a diferencia de los políticos y los sacerdotes que buscan dominar a la gente, en la comunidad lo principal es servirse unos a otros, compartir con todos y debe reinar una igualdad básica. Recuerda mucho a lo que hoy llamamos el socialismo si bien con una fuerte vivencia mística.

Su programa no es reformar el sistema vigente es cambiarlo, hacer algo nuevo y diferente, Jesús en este sentido es un revolucionario y no un reformista.

El mensaje de Jesús no se puede reducir, por lo tanto, al ámbito de lo religioso, Jesús va más allá de lo religioso, hace ver que la religión es para la vida y que muchas veces la religión es un obstáculo para lograr esa vida plena.

Los primeros cristianos fueron muy críticos con la religión, viendo en Jesús la plenitud de lo que la religión pretendía, sin lograrlo. Así Jesús, el laico, es el verdadero sacerdote; Jesús, el siervo, es el verdadero rey; Jesús, el que murió en el madero reprobado por Dios según los sacerdotes, es el Señor.

Todo este lenguaje es utilizado de forma casi contracultural. Se utilizan términos religiosos para realidades seculares haciendo ver que la vida es donde se vive la realidad de la que la religión sólo es un símbolo. Y en ocasiones una deformación.

En Jesús, el obrero, laico, se descubrieron la plenitud de lo religiosos. El cristianismo rompió así con una mentalidad dualista, fragmentada, alienada, que separa lo sagrado y lo profano, descubriendo que lo secular, la Vida, está por encima de la religión. Jesús dirá: los últimos serán los primeros en el reino (en la nueva realidad espiritual y social que predica y vive). La “memoria de Jesús” se convertirá así en una “memoria subversiva”.

Poco a poco, a medida que el cristianismo se fue integrando en el sistema fue perdiendo este espíritu místico y político revolucionario. Cuando el imperio lo adopta como religión oficial ya se había transformado en una religión, Jesús se había sacralizado y todo se había reducido al ámbito sacral y religioso. Ahora, cuando a Jesús se le llamaba señor se intentaba legitimar el sistema político basado en la existencia de señores y siervos.

Lo religioso volverá a aparecer como superior a lo secular y lo secular alcanzará su plenitud sólo en lo religioso. Se recupera así al mentalidad alienada, se justificará la dominación de unos sobre otros y lo de los últimos serán los primeros se entiende en un sentido espiritual y no social.

Ahora bien, el espíritu del cristianismo original no ha desaparecido

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