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Salvacion


Enviado por   •  27 de Mayo de 2014  •  3.387 Palabras (14 Páginas)  •  151 Visitas

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Hemos visto cómo el pecado se ha extendido en el género humano así como la ruina que ha traído. Hemos igualmente considerado el propósito de Dios en su gracia, tanto en lo que se refiere a la raza como al individuo. Este propósito de

Dios de salvar encuentra su revelación y los medios de su realización en

Jesucristo. Cristo es Salvador. “Y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). “El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). “Palabra fiel y digna de ser recibida de todos; que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores” (1 Timoteo 1:15).

I. LA MUERTE DE CRISTO POR NUESTROS PECADOS

A. El hecho de la expiación.

1) Probablemente nos ayudará el que consideremos primero algunos puntos que resalten en la enseñanza del Nuevo Testamento.

B. Nuestra salvación es la obra de Cristo.

1) En primer lugar, es una cosa muy clara que Cristo hizo algo de lo cual la salvación del hombre depende. Nuestra salvación fue su conquista. Esto se ve en algunas afirmaciones de Jesús como cuando dijo que el Hijo del hombre había venido a dar su vida en rescate por muchos (Marcos 10:45).

2) Cualquier otra cosa que esto significare, ello demuestra que Jesús hizo algo que fue necesario para nuestra liberación del pecado.

3) Otra declaración es la que hace Pablo cuando dice: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición” (Gálatas 3:13). La siguiente cita tomada del libro de los Hebreos da claridad al punto: (Cristo) “entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención (Hebreos 9:12). “Más ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo” (9:26). “En la cual voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Cristo hecha una sola vez”(Hebreos 10:10). “Pero éste (Cristo), habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado a la diestra de Dios” (Hebreos 10:12). “Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados” (Hebreos 10:14).

4) Encontramos en el Apocalipsis este lenguaje: “Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre” (Apocalipsis 1:5)

5) Pudiéramos dar otros pasajes, pero éstos son más que suficientes para demostrar que el Nuevo Testamento enseña que nuestra salvación dependió de algo que Cristo hizo a favor nuestro.

6) Cristo salva, y salva en virtud de algo que él logró alcanzar. Nuestra redención fue su adquisición. El hizo algo que hace posible el que nosotros tengamos una nueva relación con Dios.

C. La muerte de Cristo es su acto de redención.

1) Otra cosa que se desprende de los pasajes antes citados y de muchos otros, es que la muerte de Cristo constituyó su acto de redención. Resulta muy notable que desde el tiempo de la gran confesión en Cesarea de Filipo, Jesús hizo mucho énfasis sobre su muerte inminente. Cuando los discípulos anuncian su aceptación como el Mesías, Jesús dirige la atención de ellos hacia la enseñanza de la clase de Mesías que él sería, esto es: un Mesías sufriente. Esta fue la meta hacia la cual toda su vida se encaminó.

2) Jesús se dirigió deliberadamente hacia la cruz como el lugar donde su misión de redención debía de cumplirse. Sin ninguna duda, en su bautismo él se estaba ofreciendo a la muerte para la salvación del mundo.

3) Esto explica que él hubiese sido tentado a obtener su reino si le rendía adoración a Satanás. Esta tentación a hacer a un lado la cruz acompañó a Jesús durante toda su vida y llegó a su punto culminante en el huerto de Getsemaní (Juan 6:15; Mateo 26:36). Al exhalar su aliento Jesús dijo: “Consumado es” (Juan 19:30).

4) En los Evangelios Sinópticos hay dos dichos de Jesús en los cuales él habla no solamente de su muerte sino que expresa también la importancia redentora de su muerte. Uno de esos dichos es aquel en el cual él nos habla de dar su vida en rescate por muchos (Marcos 10:45). El otro lo pronunció en la institución de la Cena cuando nos dice que su sangre sería derramada para la remisión de los pecados de muchos (Mateo 26:28). Estos dos pasajes condicionan nuestra salvación por medio de su muerte.

5) En el Evangelio de Juan hay algunas declaraciones definitivas sobre este punto: una es el dicho de Juan el Bautista acerca de Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).

6) Evidentemente Juan está pensando acerca de Jesús como de quien sería sacrificado quitando de esa manera el pecado del mundo. La afirmación de (Juan 3:14 y 15) acerca de que el Hijo del hombre sería levantado así como Moisés había levantado la serpiente en el desierto, hace que la obtención de nuestra vida eterna dependa del levantamiento del Hijo del hombre.

7) Esta es también la idea expresada en el discurso sobre el pan de vida contenido en Juan capítulo 6. El pan que Jesús da es su carne, para la vida del mundo (v. 51). En Juan capítulo 10, Jesús dice que él es el buen pastor que da su vida por sus ovejas (vv. 14-17). Uno de los elementos que constituyen el evangelio, según el decir de Pablo, es que Cristo fue muerto por nuestros pecados conforme a las Escrituras (1 Corintios 15:3).

8) La determinación de Pablo fue la de no conocer nada entre los corintios sino sólo a Jesucristo y a éste crucificado (1 Corintios 2:2).

9) Mientras que la Palabra de la cruz era tropezadero para los judíos y para los griegos locura, para los llamados era el poder y la sabiduría de Dios (1 Corintios 1:18, 23, 24). Cristo fue hecho pecado por nosotros, a fin de que nosotros pudiéramos llegar a ser justicia de Dios en él (2 Corintios 5:21).

10) Fue por hacerse una maldición por nosotros al ser colgado del madero, que Cristo nos redimió de la maldición de la ley (Gálatas 3:13). Pablo se glorificaba únicamente en la cruz, la cual era el poder por el cual él estaba crucificado al mundo y el mundo estaba crucificado a él (Gálatas 6:14).

11) Dios ha propuesto a Cristo en propiciación por su sangre, a fin de que Dios sea el justo y el que justifica al que es de la fe en Jesús. (Romanos 3:21-26).

12) Nosotros somos justificados en su sangre (Romanos 5:9). Somos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo (Romanos 5:10). Tenemos nuestra redención por su sangre (Efesios 1:7).

13) El hizo una ofrenda perfecta

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