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Sobre El Martirio


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2011  •  6.768 Palabras (28 Páginas)  •  444 Visitas

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Wieslaw Bar

SOBRE EL PROCESO DE BEATIFICACIÓN DE LOS MẢRTIRES DE PARIACOTO.

HISTORIA, ESTADO ACTUAL, PROYECCIÓN

SUMARIO: 1. La Comprobación: A. El concepto del martirio en la Iglesia; B. Dictamen del martirio y la actualidad del tema en la Iglesia - requisitos introductorios - 2. El Procedimiento: A. Fase Diocesana; B. Fase de estudio en la Congregación de las Causas de los Santos –

APÉNDICE: Elementos jurídico-canónicos del martirio en el proceso de verificación.

Información sobre el proceso de beatificación de los Siervos de Dios – padre Zbigniew, padre Michal y sacerdote Alessandro - voy a tratar de exponer el tema de una manera accesible, teniendo en cuenta las leyes vigentes y la práctica de la Congregación para las Causas de los Santos . Al mismo tiempo, en este tipo de estudio es difícil explicar todos los conceptos y procedimientos utilizados.

1. La Comprobación

A. El concepto del martirio en la Iglesia

El martirio canonizado es el que ha sido reconocido en la Iglesia a través del acto de la beatificación o de la canonización de los mártires, a los cuales ahora se les puede dar culto público, en la medida y la forma debida a su santidad.

Detrás de esta idea se encuentra el concepto teológico del martirio. El martirio canonizado basa en la ciencia formulada por Próspero Lambertini, el que luego se convertiría en el Papa Benedicto XIV: "El martirio es la aceptación voluntaria de la muerte en nombre de la fe en Cristo o por alguna virtud relacionada con Dios." Lambertini distinguió el martirio "para con Dios" (Coram Deo), y "para con la Iglesia" (Coram Ecclesia). Este último se basa en un procedimiento especial, encaminado al entendimiento sensorial y racional del hombre y considera un entendimiento conceptual más estrecho que el primero; por lo tanto la totalidad de los considerados mártires por la iglesia son mártires Coram Deo, pero, sin duda, muchos mártires "para con Dios", no son reconocidos por la Iglesia a través de la beatificación o la canonización. Sin embargo, se les puede rendir culto privado y su testimonio no debería ser olvidado, fue lo enunciado por Juan Pablo II durante el Gran Jubileo del año 2000. Por otro lado una comisión especial preparó El Directorio de Testigos de la Fe del Siglo XX (con alrededor de 13.400 nombres y declaraciones de "soldados desconocidos para la causa de Dios” provenientes de 106 países) . La Congregación para las Causas de los Santos en una nota especial, del 28 de diciembre de 1999, aclaró que estar nombrado en los catálogos no es equivalente a la beatificación. Esto se puede hacer únicamente después de la verificación del martirio a través de un proceso especial, el cual permite tener una seguridad moral por parte del juez eclesiástico, es decir el Papa, que lo reconoce basándose en las pruebas completas del proceso de canonización, ya que en estos casos el martirio es un bien de la Iglesia y requiere un mayor grado de certeza moral que lo tenga el juez según derecho canónico .

La jurisprudencia sobre estas cuestiones es extensamente conocida gracias a los documentos conservados desde 1588, es decir, desde la creación de la Congregación de Ritos (ahora la Congregación para las Causas de los Santos). Los documentos confirman la vieja práctica de la investigación de las pruebas legales y canónicas del martirio, que incluían: un mártir, un perseguidor de la persona (artículos personales), la muerte(componente físico), los temas de las tareas de la muerte y la aceptación (elementos formales). En el curso del proceso se debía demostrar que: la muerte de un candidato a la santidad era verdadera (real), que fue recibida por el candidato como resultado del amor a la fe y que el crimen (los autores) se configuró por el odio a la fe.

B. Dictamen del martirio y la actualidad del tema en la Iglesia - requisitos introductorios

Aún cuando los elementos antes mencionados relacionados al martirio parecen obvios, es necesaria una investigación especial. En primer lugar, se debe hacer una evaluación preliminar para comenzar el proceso: “La causa de beatificación y canonización se refiere a un fiel católico que en vida, en su muerte y después de su muerte tuvo fama de santidad, viviendo heroicamente todas las virtudes cristianas; o bien goza de fama de martirio porque, siguiendo al Señor Jesucristo más de cerca, sacrificó su vida en el acto del martirio.” La fama de santidad o de martirio es la opinión extendida entre los fieles . Asegurándose de que hay la fama de santidad de la vida o la fama de martirio, y si es así, se debe comprobar si es verdadera, si es una opinión estable, resultado de razones racionales de personas no sugestionables ni sospechosas, de lo contrario se entiende que el proceso ha sido solicitado por personas que no están interesadas en el proceso de canonización.

El Obispo diocesano tiene que comprobar si la fama de santidad o bien de martirio es espontánea, auténtica y extendida entre una parte significativa de los fieles – personas dignas de fe - y hay entre ellos la opinión sobre las gracias y favores recibidos a través de la intercesión del candidato.

Rápidamente se reforzó la convicción de que los padres Michal y Zbigniew murieron como mártires, ellos fueron los verdaderos pastores, los que no dejaron a las ovejas que se les confió y de esta manera confirmaron que no eran mercenarios. P. Lanfranco Serrini, el Ministro General de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales en la carta desde el 1 de novimbre de 1991 y Luis Bambarén, el Obispo de Chimbote, en la carta con la fecha del 9 de noviembre de 1991, han presentado sus intenciones para promover la causa de beatificación.

El Obispo Bambarén hablando sobre su entrevista con el Santo Padre Juan Pablo II le cita: “en cuatro momentos me dijese: ‘Son mártires, verdaderos mẚrtires’, desde entonces empleé yo con mẚs seguridad este hermoso término”. En el enero de 1992 los obispos de Perú han aprobado por unanimidad la iniciativa para empezar la causa.

Los testigos atestan:

«Debo admitir una conciencia unánime de martirio entre los presentes en los funerales y en la Iglesia peruana» ;

«Estaba claro que los participantes en el entierro los creian mártires de la fe. Esto me consta de los informes de la TV y de los informes de los testigos presenciales» ;

«He oído

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