Basic

La importancia de la industria de la defensa para las Fuerzas Armadas comienza en los albores de la patria, donde la ingeniería nacional se hace presente bajo el liderazgo de Fray Luis Beltrán, quien da el primer impulso a nuestra industria de defensa hacia el año 1811, produciendo cañones, pólvora, municiones y armas livianas, lo que permitió sortear la situación de extrema precariedad debido al corte de suministros desde Europa . Después del desastre de Rancagua, en 1814, el mismo Fray Luis, desde las Maestranzas de Plumerillo, en Mendoza, producía los cañones y las municiones necesarias para permitirle al Ejército de los Andes cruzar la cordillera y consolidar la independencia.

Posteriormente, durante los largos años que duró la guerra del Pacífico, en el siglo XIX, tenemos un ejemplo muy pertinente al tema que aquí se ha debatido, y que tiene que ver con la forma de abordar y gestionar la complicación que genera la introducción de tecnologías y la ventaja del desarrollo de capacidades para la industria nacional.

En los años previos a este conflicto, nuestras fuerzas enfrentaban el problema de la multiplicidad de calibres de las armas, especialmente de los fusiles, que en esa época eran objeto de frecuentes innovaciones para aumentar su cadencia de fuego y precisión. Esta situación fue advertida por los mandos como un problema que podía tener graves consecuencias en el apoyo logístico del campo de batalla. Es así como la ingeniería militar debió emprender un proceso de convergencia de calibres, que llevó finalmente a que durante el conflicto nuestras fuerzas combatieran únicamente con cuatro tipos de fusiles

...