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Fotovolt.


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2013  •  Informes  •  1.950 Palabras (8 Páginas)  •  198 Visitas

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Potencia:

La capacidad energética nominal de los módulos fotovoltaicos se indica en vatios-pico (Wp), lo cual

indica la capacidad de generar electricidad en condiciones óptimas de operación.

La capacidad real de un módulo fotovoltaico difiere considerablemente de su capacidad nominal,

debido a que bajo condiciones reales de operación la cantidad de radiación que incide sobre las celdas es

menor que bajo condiciones óptimas. Por ejemplo, un módulo de 55 Wp es capaz de producir 55 W más o

menos un 10 % de tolerancia cuando recibe una radiación solar de 1.000 vatios por metro cuadrado (W/m2)

y sus celdas poseen una temperatura de 25 ºC. En condiciones reales, este mismo módulo produciría una

potencia mucho menor que 55 W.

Apenas si podía distinguir la silueta del campanario a la luz del alba, de camino a la

capilla. Una vez dentro, reparé en que la antigua estructura hexagonal de madera estaba

perfectamente conservada. Las paredes estaban ricamente adornadas con vidrieras que

representaban diferentes escenas. Las seis paredes convergían en el centro en un alto techo,

al estilo de las catedrales, formando la aguja. Había cientos de cirios encendidos por todo el

santuario, y las vacilantes sombras que bailaban en las paredes y las vidrieras formaban un

interesante calidoscopio de manchas y colores. Al otro extremo de la puerta de la igle sia se

alzaba un sencillo altar compuesto por una pequeña mesa de madera con los objetos de la

liturgia. Justo en frente del altar había tres hileras de bancos dispuestos en semicírculo, y en

cada una once sencillos asientos de madera, donde obviamente se sentaban los treinta y tres

monjes. Sólo uno de ellos tenía brazos, así como un gran crucifijo tallado en el respaldo;

supuse que era el que correspondía al abad. Dispuestas a lo largo de una de las paredes

adyacentes al altar había seis sillas plegables, que deduje rápidamente estaban allí para los

participantes del retiro. Me acerqué discretamente hasta una de las tres que quedaban libres y

me senté.

Mi reloj marcaba las cinco y veinticinco, y sólo la mitad de los treinta y nueve asientos

estaban ocupados. Nadie hablaba y, mientras la gente entraba en silencio a la capilla, sólo se

oía el melódico tictac de un enorme reloj de caja en la esquina de atrás de la capilla. Los

monjes llevaban sus largos sayales cogidos a la cintura con una cuerda; los participantes iban

vestidos de sport. Hacia las cinco treinta todos y cada uno de los asientos estaban ocupados.

De repente, la enorme campana a nuestras espaldas empezó a tocar la media.

Inmediatamente los monjes se levantaron y empezaron con unos cantos litúrgicos,

afortunadamente en inglés. A los participantes del retiro se nos había dado unas hojitas para

seguirlos, pero pronto me hice un lío y me perdí entre tantos salmos, antífonas, himnos y

respuestas cantadas. Finalmente desistí y me limité a sentarme y escuchar.

Recordé que nuestro párroco había dicho que los monjes practicaban los antiguos cantos

gregorianos. El año anterior, Rachael había comprado un compact del popular Cántico

(grabado por unos monjes españoles) y yo le había tomado mucha afición. Los cánticos

aquellos eran parecidos, aunque la letra era en inglés.

Algunos de los monjes más jóvenes miraban de vez en cuando sus libros de himnos y sus

misales, pero había otros muchos que no necesitaban ese tipo de ayuda, recitaban con soltura

La paradoja. Un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo James C. Hunter

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las distintas partes del complicado servicio que parecían saberse de memoria. Resultaba muy

impresionante.

A los veinte minutos, más o menos, el servicio concluyó, tan repentinamente como había

empezado, y los monjes salieron en fila detrás del abad por la parte trasera de la iglesia. Me

fijé en cada una de las caras, intentando identificar a Len Hoffman. ¿Cuál de ellos sería?...

Nada más acabar el servicio me dirigí a la pequeña biblioteca, que estaba cerca de la

capilla. Quería hacer una búsqueda en Internet, y un monje de edad venerable,

extremadamente servicial, me ayudó a conectarme.

Encontré más de mil referencias sobre Leonard Hoffmano Después de una hora de

búsqueda di con un artículo de hacía diez años sobre Leonard Hoffman, publicado en Fortune,

y empecé a leer fascinado.

En 1941 Len Hoffman obtuvo una diplomatura en Empresariales por el Lake Forest State

College. Poco después, los japoneses atacaron Pearl Harbor, segando la vida de su mejor

amigo de infancia; esto fue un golpe terrible para Hoffman y le llevó a unirse a los miles de

muchachos que se alistaron en aquella época. Hoffman ingresó en la Armada como oficial y

ascendió rápidamente a capitán de un torpedero cuya misión era patrullar islas en Filipinas. En

una misión de rutina

...

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