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Enviado por   •  23 de Julio de 2011  •  4.841 Palabras (20 Páginas)  •  2.234 Visitas

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Manejo Reproductivo en Aves

María Fernanda Peralta y Raúl Miazzo

Cursos de Introducción a la Producción Animal y Producción Animal I. 2002. FAV UNRC.

Aparato reproductor

Generalidades

El aparato reproductor de las aves presenta la estructura básica de los mamíferos, aunque tienen ciertas particularidades que los diferencian de aquellos. Las investigaciones de la anatomía aviar datan de mucho tiempo atrás, pero los mecanismos de acciones hormonales, que regulan la madurez y el funcionamiento de los órganos reproductivos y de la postura en el caso de las hembras, aún son motivo de investigaciones.

Anatomía del aparato genital masculino

En las aves, el aparato reproductor masculino está constituido por tres unidades morfofuncionales: los testículos, las vías deferentes y el órgano copulador (figura 8-1).

Figura 8-1.- Situación del aparato reproductor masculino (Sauveur, 1992).

Testículos:

Son órganos pares, de forma arriñonada, internos, situados entre la base de los pulmones y el segmento intermediario de los riñones. Aunque está próximo a los sacos aéreos, su temperatura es la misma que la temperatura corporal del animal (41 - 43º C). En consecuencia, la espermatogénesis tiene lugar a esa temperatura y no a una inferior, como ocurre en algunos mamíferos.

Estructura del testículo:

El parénquima testicular no está tabicado, a diferencia de lo que ocurre en algunos mamíferos. Está compuesto de :

• un compartimiento tubular (aproximadamente el 85 - 95 % del volumen testicular), constituido por los tubos seminíferos. En el epitelio de estos túbulos se efectúa la espermatogénesis.

• un compartimiento intertubular, que incluye algo de tejido conjuntivo, una red arteriovenosa y linfática y una red nerviosa, adrenérgica y colinérgica.

Contiene además, las células de Leydig, que secretan los andrógenos, dentro de los cuales se destaca la testosterona.

Vías deferentes:

Los tubos seminíferos se terminan en la proximidad inmediata del cordón testicular, donde se conectan con los túbulos de la rete testis, que se comunican a su vez con los conductos eferentes, que desembocan lateralmente en el canal del epidídimo. Este último se prolonga por el conducto deferente, muy replegado, donde se realiza la maduración y almacenamiento de los espermatozoides, y puede ser comparado con el epidídimo de mamíferos. Este desemboca, a través de la vesícula espermática, en el urodeo. Cada una de las dos vesículas espermáticas concluye en una papila eyaculadora con estructura de pene (figura 8-2).

Figura 8-2.- Vías deferentes en el gallo (Sauveur, 1992). Los tubos seminíferos del testículo (T) se interconectan en la rete testis (RT), la cual a su vez está conectada por medio de finos canalillos al canal epididimario, que se prolonga por el conducto deferente (DD).

ÓRGANO COPULADOR:

Esta denominación abarca el conjunto de los repliegues linfáticos de la cloaca, el falo y los cuerpos vasculares paracloacales. Estos últimos son cuerpos ovoides, incrustados en la pared de la cloaca, que se llenan de linfa en el momento de la erección. Dicha linfa transuda en la cloaca, a través de los repliegues linfáticos, en forma de un fluido transparente, que puede mezclarse con el semen. En el momento de la erección, los repliegues redondeados de la cloaca se hinchan, formando una ligera protuberancia hacia el exterior de la cloaca y constituyen un pequeño canal por donde se evacua el esperma.

El falo, vestigial en el gallo y el pavo, está bien desarrollado y provisto de un canal de forma espiral en las palmípedas. En el momento de la cópula, solamente hay un contacto entre las cloacas del macho y la hembra en el primer caso, mientras que en el segundo, hay una verdadera penetración.

Espermatogénesis:

Este proceso es muy importante, ya que nos permite evaluar y utilizar los machos reproductores y poner a punto métodos de cría y recría, mediante la evaluación y el control de la producción testicular. Sin embargo, existen diferencias de producción en función de :

• la edad

• el individuo

• el origen genético

• las condiciones del medio.

Podemos definir espermatogénesis como el conjunto de transformaciones sufridas por las células germinales desde las espermatogonias hasta los espermatozoides, procesos que ocurren en el epitelio seminífero. Estas transformaciones se efectúan en estrecha relación con las células somáticas del epitelio seminífero, las células de Sértoli y están bajo control de las hormonas gonadotropas hipofisarias.

Brevemente, la espermatogénesis tiene lugar en 3 fases consecutivas: divisiones espermatogoniales, meiosis y espermiogénesis. Durante estas fases, las espermatogonias producen varias generaciones de espermatogonias, y de la última de ellas se originan los espermatocitos que, a su vez, se transforman en espermátides, para finalmente dar origen a las gametas masculinas, los espermatozoides.

Organización de los túbulos seminíferos:

Los túbulos seminíferos están limitados por la túnica propia, que aisla el epitelio seminífero del compartimiento intertubular y por lo tanto, de la red arterio-venosa del testículo. Esta pared, responsable de los intercambios entre los dos compartimientos, está formada por dos capas: externa, que colabora en el transporte de los espermatozoides hacia la salida del testículo, e interna, ó membrana basal, que regula los intercambios extra e intratubulares de esta gónada.

El epitelio seminífero propiamente dicho, está formado por las células de Sértoli y las células germinales, con sus tres categorías principales: espermatogonias, espermatocitos I y espermátides.

La organización de las diferentes células germinales en capas concéntricas, que se extienden desde la membrana basal hasta la luz central, llamada ciclo del epitelio seminífero, que ha sido

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