Actividades Para El Desarrollo De La Psicomotricidad Para Niños En El Primer año De Vida.

En estos primeros meses de vida la actividad psicomotriz se sustenta en la unidad existente entre el desarrollo sensorial, motor y afectivo; estos se consideran como un conjunto ya que existe una interdependencia armónica entre ellos.

Las actividades psicomotrices se desarrollan tomando como punto de partida los reflejos que acompañan al niño al nacer, con el objetivo de satisfacer sus necesidades de movimiento y de conocimiento del mundo que los rodea.

Las actividades en todo este primer año de vida se dividirán en tres categorías diferentes:

Actividades para la activación específica de complejos musculares.

Actividades dirigidas a un objetivo concreto y específico.

Actividades modulares, que engloban varios objetivos que se han de trabajar de manera simultánea.

El desarrollo del niño en el primer año de vida se da de una manera increíblemente rápida, lo que obliga al educador a organizar los programas de las actividades de estimulación psicomotriz en períodos muy cortos, que como máximo pueden ser de un trimestre.

Toda actividad estimulatoria que se realice con niños de estas edades iniciales ha de formar parte de un sistema científicamente dirigido y tomando en consideración sus particularidades del desarrollo.

Procedimientos generales para las actividades psicomotrices en el primer año de vida.

Estas pueden llevarse a cabo en la mesa o en el suelo. Si el niño se encuentra en el primer semestre de su vida es preferible que se realicen en una mesa. Si se realiza en el suelo se han de colocar colchonetas planas y duras donde los niños y niñas puedan gatear y moverse con libertad.

Antes de comenzar, el educador se ha de lavar las manos, manteniendo sus uñas limpias y cortas.

El educador ha de establecer una comunicación afectiva positiva con el niño, la cual mantendrá durante toda la actividad.

Los medios y juguetes que se utilicen para estas actividades, además de poseer colores brillantes y efectos sonoros, tendrán diferentes formas, texturas y tamaños, estarán limpios y sin partes desprendibles, para evitar algún peligro.

Si el educador realiza sus módulos a partir de los ejemplos ofrecidos, ha de tener en consideración las probables diferencias individuales de sus pequeños, y sustituir o variar aquellas tareas que no se correspondan con el desarrollo de cada niño.

Recordemos que los módulos de actividades no son secuencias fijas y estáticas, sino que se pueden o deben adecuar conforme a las particularidades individuales de cada niño.

Para la realización de las actividades psicomotrices el educador ha de colocarse delante del niño, inclinarse y hablarle suavemente, y así movilizar los recursos afectivos de los lactantes y prepararlos para la acción a llevar a cabo.

Para formar las conexiones audiovisuales han de utilizarse objetos sonoros (sonajeros, cascabeles, campanillas, etc). Cuando los niños aprenden a seguir un objeto que se mueve, se les llama por su nombre o se les habla desde distintos lugares (parándose por detrás, por el lado, etc.); se les está estimulando a buscar la fuente productora del sonido dentro y fuera de su campo visual, activando mucho más los músculos mediante estos movimientos activos de mayor recorrido o amplitud, como son el arqueo y torsiones del tronco, los giros activos, entre otros.

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