Analisis Critico Del Sistema Capitalista Agro Venezolanao

ANALISIS CRÍTICO DEL SISTEMA DE PRODUCCION Y DISTRIBUCION CAPITALISTA EN EL AGRO VENEZOLANO.

Participantes:

- Flores José Miguel

- González Wilymar

- Sección 803.- Prosec. Agroalimentación

- Asig. Economía Política

Acarigua, Enero de 2013.

INTRODUCCION

El sistema capitalista consiste en producir a bases del capital si, del dinero, este sistema de producción esta creado para obtener un porcentaje alto de ganancias, y este sistema existe debido a que, con el dinero las personas de altos poderes políticos y sociales solo invierten su dinero y no se preocupan por nada mas, compran a cada raro acciones en empresas, del mismo modo como alguien compra un auto o una vivienda. Es importante aclarar que los países capitalistas son los países centrales del mundo, en realidad son los países que se aprovechan del trabajo duro de los países latinoamericanos, ya que la materia prima y la mano de obra que requieren para la producción en masa o en serie, les sale muy económica quedándoles así un alto margen de ganancia a este tipo de empresas. en otras palabras el capitalismo esta basado en un intercambio de bienes y no en la producción de bienes.

ANALISIS CRÍTICO DEL SISTEMA DE PRODUCCION Y DISTRIBUCION CAPITALISTA EN EL AGRO VENEZOLANO

Al hablar de Capitalismo, lo primero que pasa por nuestros pensamientos son Los Estados Unidos y es por que estos países del norte se encargaron de crecer en poder a través de este sistema.

El mundo está en crisis. Los modelos de desarrollo basados en el capitalismo, y en la versión extrema del neoliberalismo, que se han puesto en práctica en el planeta, han dado al traste con la vida en general. Es creciente y sostenido el deterioro ambiental y el colapso de los sistemas de producción agrícola basados en el conocimiento, la ciencia y la tecnología que sustenta esa enfermedad llamada revolución verde. Nos encontramos en un punto cercano al fin de una era histórica, pues el capitalismo se acerca a su conclusión, mercantilizándolo casi todo y extendiéndose a casi todos los rincones del planeta. Y esta conclusión se está produciendo en medio del agotamiento ecológico de la tierra. Las crisis son profundas y todos nos encontramos en el gran conflicto de la civilización, el cual exige una revisión fundamental de las relaciones de la humanidad con el resto de la naturaleza. La humanidad se encuentra en un momento de definición en la historia. Nos enfrentamos a una perpetuación de las distintas disparidades existentes entre las naciones y dentro de ellas, a un recrudecimiento de la pobreza, el hambre, las enfermedades y el analfabetismo, así como al continuo deterioro de los ecosistemas de los cuales dependemos para nuestro bienestar. En nuestro país y en el mundo entero, la agricultura capitalista ha fracasado en lo que debería ser su objetivo: alimentar correctamente a la humanidad. Donde se han generalizado sus técnicas, ella ofrece alimentos desequilibrados, con carencias nutricionales y presencia de residuos químicos indeseables. Este tipo de agricultura se ha orientado más que todo hacia la agricultura comercial, desplazando la agricultura autóctona y alimenticia de las tierras, provocando graves problemas de erosión de los suelos y de contaminación de los ecosistemas; agravando así, los problemas de hambre. Los alimentos son deficientes tanto en cantidad como en calidad. En el mundo se pierden más de 24.000 millones de toneladas de tierra por año y la quinta parte de sus tierras cultivables se han arruinado y en todo el planeta se usan más de 60.000 productos químicos diferentes (más de 1000 nuevos cada año) y se producen más de 2 millones de toneladas de pesticidas por año, que contaminan todos los ecosistemas, observándose en consecuencia, drásticas reducciones de 70 hasta el 90% de la actividad biológica de los suelos y de la biodiversidad vegetal y animal(Fundagraria,2009). Además, la resistencia de los insectos (y otras plagas) a los pesticidas ha crecido en forma exponencial, obligando a entrar en una espiral de consumo de venenos nuevos cada vez más peligrosos.

Tradicionalmente, y producto del modelo desarrollista

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