Aprendizaje Humano

Desde el principio de los tiempos, el ser humano se ha visto en la necesidad de aprender, es un medio de sobrevivencia, distinguir a los animales que podía domesticar para su beneficio y de los que debía alejarse; aunque el aprendizaje no es una capacidad exclusivamente humana, lo es el hecho de que el ser humano está aprendiendo continuamente, a lo largo de toda su vida.

Se dice que el ser humano pasa por dos gestaciones: la primera en el útero materno y la segunda en la matriz social en que se cría, desde niños somos obligados por los mayores a fijarnos en lo que hay que hacer, pero no de manera accidental sino de manera intencional, siempre hemos visto a los mayores como modelos a seguir, nuestro aprendizaje está condicionado al entorno en el que nos desarrollamos, el aprendizaje humano es un cambio conductual en función del entorno dado; según Alfred Kroeber: “La distinción que cuenta entre animal y el hombre no es la que se da entre lo físico y lo mental, que no es más que de grado relativo, sino la que hay entre lo orgánico y lo social….” si nos hemos criado en una familia de pintores es probable que uno de nosotros o nuestros hijos, sea pintor.

Otra diferencia entre el aprendizaje en los animales y en los humanos, es: la constatación de la ignorancia, esto es que la sociedad humana no solo sabe lo que sabe sino que percibe y persigue corregir la ignorancia de los que aun no saben, Jerome Bruner concluye que si no hay atribución de ignorancia, tampoco habrá esfuerzo por enseñar, y es muy cierto, porque no tendría sentido enseñar si todo el mundo sabe o si da lo mismo que sepan o no; es eso lo que nos hace humanos, la acción de compartir nuestros conocimientos con los que no los tienen.

El aprendizaje ocurre también, a través de la experiencia, es por eso que en las tribus se considera a los ancianos personas sabias, que se encargan de transmitir sus experiencias de la vida a los más jóvenes, y es esta necesidad de educar la que según el autor ha creado finalmente la sociedad humana.

Según John Passmore, lo que todos los seres humanos enseñan es el hecho en virtud del cual pueden transmitir las características adquiridas, es una combinación de amor y pedagogía, exclusiva de los seres humanos; sin embargo, en épocas antiguas, la enseñanza ha sido manipulada por aquellos que creen tener la razón.

Según el autor, no es suficiente con que el hombre aprenda de su propia experiencia, que solo tenga conocimientos del mundo, de las cosas, sucesos naturales a todo aquello que llamamos cultura, es necesario tener otro modo de aprendizaje, proveniente de la interacción con otras conciencias; lo que pasan por alto algunas corrientes filosóficas que superponen la enseñanza de la cultura.

Según Michael Carrithers, la interrelación de los individuos y el carácter interactivo de la vida social son ligeramente más importantes que esos objetos que denominamos cultura, es esa interacción con otras personas lo que nos permite crear significados, podemos saber por nosotros mismos lo que son las cosas pero no lo que significan, para ello necesitamos relacionarnos con los demás; según el autor el hecho de enseñar a nuestros semejantes y de aprender de ellos, es más importante para el establecimiento de nuestra humanidad que cualquiera de los conocimientos que se transmiten, vivimos en sociedad, el ser humano, desde su nacimiento tiene la necesidad de vínculos sociales.

Según Kant, la educación nos viene siempre de otros seres humanos y señala las limitaciones de ello: las carencias de los que instruyen reducen las posibilidades de perfectibilidad de sus alumnos, esto es, que estamos limitados al conocimiento de los que nos instruyen, lo que no permite que desarrollemos a pleno nuestras capacidades, tenemos una sola manera de ver las cosas y así seguimos durante nuestra vida. Por eso Kant menciona el hecho de que si nos educara alguien superior, se vería lo que se puede hacer del hombre; lo que encuentro relacionado a todas las hipótesis que han originado civilizaciones anteriores, con construcciones magnificas y un desarrollo impensable para su época, que tenían influencias

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