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CIRROSIS HEPÁTICA


Enviado por   •  23 de Mayo de 2015  •  1.085 Palabras (5 Páginas)  •  177 Visitas

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CIRROSIS HEPÁTICA

La cirrosis hepática es la consecuencia final de muchas enfermedades hepáticas crónicas que lleva a la pérdida de la arquitectura normal del hígado y una disminución progresiva de sus funciones.

Cualquier enfermedad que produzca una inflamación crónica del hígado puede, en el curso de los años, llegar a producir cirrosis.

Hay muchas causas de cirrosis. Las principales en nuestro medio son dos: el consumo excesivo de alcohol (cirrosis etílica o alcohólica) y la hepatitis crónica por virus C (cirrosis por virus C), que son responsables del 80 por ciento de los casos de cirrosis en España.

SÍNTOMAS:

Los síntomas dependen de la gravedad del daño hepático.

En las fases iniciales, los pacientes pueden estar asintomáticos. Progresivamente, el paciente se encuentra cansado, sin energía, sin apetito, puede tener molestias digestivas y perder peso y masa muscular.

Cuando la enfermedad está avanzada, el paciente se encuentra siempre enfermo, no puede llevar vida normal y aparecen, entre otros, los siguientes síntomas:

• Ictericia. Coloración amarillenta de la piel por la incapacidad del hígado de eliminar la bilirrubina de la sangre.

• Cambios en la piel. Dilataciones vasculares, sobre todo en mejillas, tronco y brazos. Además, puede aparecer enrojecimiento de las palmas de las manos y pulpejos de los dedos. Las uñas tienen un tono más blanquecino.

• Retención de sal y agua. Acúmulo de líquido en las extremidades inferiores (edemas) y en al abdomen (ascitis).

• Facilidad para el sangrado. Al fallar el hígado, es frecuente el sangrado por las encías, por la nariz y la aparición de hematomas con golpes suaves.

• Algunos pacientes presentan hemorragias internas graves, sobre todo en el aparato digestivo por rotura de varices en el esófago o el estómago. Estas hemorragias son graves, pueden ser mortales y requieren ingreso en un hospital para su tratamiento.

• Cambios en la conducta y en el nivel de consciencia. El hígado retira de la sangre sustancias tóxicas para el cerebro. Si el hígado fracasa, estas sustancias producen una intoxicación cerebral manifestada por insomnio nocturno, somnolencia diurna, cambios en la conducta y en el humor y desorientación y progresiva disminución del nivel de consciencia, que puede llegar al coma. Esta complicación es grave y requiere ingreso hospitalario.

• Cambios en la función sexual. Debido a cambios hormonales y a la desnutrición, es frecuente la pérdida del deseo y la potencia sexual en los varones y de la menstruación y de la fertilidad en las mujeres. Además, en los varones, pueden producir aumento del tamaño de las mamas, a veces dolorosas.

• Desnutrición. El hígado es muy importante en la absorción y aprovechamiento de los nutrientes que ingerimos. Por ello, en fases avanzadas, los cirróticos se hallan desnutridos y pierden mucha masa y fuerza muscular.

DIAGNÓSTICO

Las personas con cirrosis hepática en etapa inicial normalmente no presentan síntomas. Por lo general, la cirrosis se detecta primero en algún análisis de sangre o revisión médica habitual.

• Análisis de laboratorio. Se revisa en la sangre la presencia de ciertas enzimas y exceso de bilirrubina, sustancia que podría indicar la existencia de daños hepáticos.

• Elastografía por resonancia magnética (ERM). Este avanzado examen detecta de manera no invasiva el endurecimiento del hígado.

• Tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (IRM) y ecografía.

• Biopsia. Se podría obtener una muestra de tejido (biopsia) para identificar la gravedad y extensión del daño hepático.

MEDIDAS GENERALES EN EL TRATAMIENTO DE LA CIRROSIS

Aunque esta enfermedad es irreversible, es posible tomar diferentes medidas para reducir el daño hepático:

• Dejar el alcohol.

• Limitar el uso de fármacos. Al existir una deficiente función hepática, no se pueden metabolizar y eliminar bien la mayoría de los medicamentos.

• Evitar otras enfermedades. La lesión del hígado provoca en el organismo una mayor dificultad para combatir las infecciones, lo que las hace más peligrosas para estos pacientes. Es muy importante que los cirróticos eviten el contacto con posibles focos de infección y se vacunen contra las hepatitis víricas A y B, la gripe y la neumonía neumocócica.

• Tener una alimentación rica en frutas, verduras y cereales. En ocasiones es necesaria la administración de suplementos vitamínicos (vitaminas A, D y K). Entre los consejos dietéticos, también se incluye la restricción de la sal en las comidas, para evitar la acumulación de líquidos. En la cirrosis es fundamental que la dieta no contenga excesivas proteínas porque pueden favorecer el desarrollo de una encefalopatía hepática.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

En general, el paciente con cirrosis no complicada no precisa ningún tratamiento, salvo que su cirrosis se deba a una enfermedad que requiera un tratamiento específico.

El control de las varices esofágicas, para evitar que se rompan y produzcan un sangrado digestivo, se puede realizar mediante fármacos que reduzcan la presión venosa, y técnicas quirúrgicas que consistan en cerrar estas varices.

La acumulación excesiva de líquido se puede reducir mediante la administración de diuréticos que ayuden a eliminarlo.

El picor que puede producirse por las altas concentraciones de metabolitos en la sangre, se puede tratar mediante colestiramina u otros medicamentos.

El tratamiento de la encefalopatía hepática se realiza con laxantes y antibióticos, para reducir los niveles de amoniaco en sangre.

ENTRE SUS CAUSAS MÁS COMUNES ESTÁN:

• Adquirir una infección prolongada de hepatitis C. (cirrosis por virus C).

• Hepatitis B crónica y la infección por virus de la hepatitis B junto con virus de la hepatitis D.

• El consumo excesivo de alcohol (cirrosis etílica, alcohólica o eólica).

• Trastornos en el sistema biliar (sistema de drenaje del hígado) como cirrosis biliar primaria y colangitis esclerosante primaria.

• Como reacción al consumo prolongado de ciertos medicamentos.

• Hígado graso no alcohólico (también llamada esteatohepatitis no alcohólica): Condición frecuente en la población general, asociada a diabetes y obesidad.

• Enfermedades autoinmunes: Hepatitis autoinmune y cirrosis biliar primaria.

• Enfermedades hereditarias o congénitas como: Hemocromatosis, en la cual se acumula hierro dentro del hígado dañando el tejido.

• La enfermedad de Wilson, la cual es causada por una alteración en el transporte del cobre, acumulándose en el hígado y en otros tejidos.

• Ausencia de proteínas específicas o enzimas que ayudan a metabolizar diferentes substancias en el hígado, como la deficiencia de alfa 1-antitripsina.

• Ciertas enfermedades del corazón (insuficiencia cardiaca).

• Por exposición prolongada a agentes tóxicos en el medio ambiente.

CONSECUENCIAS

El 70% de los pacientes con cirrosis pueden llegar a enfrentar su principal complicación que es la encefalopatía hepática, en la cual el hígado pierde la capacidad de cumplir todas sus funciones, entre ellas la de limpiar o depurar la sangre de varias sustancias como el amoniaco, el cual se acumula y al llegar al cerebro interfiere y altera las funciones de manera progresiva.

Por otro lado son propensos a desarrollar infecciones bacterianas, trastornos en el funcionamiento del riñón, úlceras estomacales, cálculos en la vesícula, cierto tipo de diabetes y llegar hasta cáncer del hígado.

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