Ciudadania Y Clase Social

CIUDADANIA Y CLASE SOCIAL

Marshall se basaba en la creencia de que lo que caracterizaba distintivamente a la clase obrera era una carga de trabajo pesada y excesiva, y de que ese volumen de trabajo se podía reducir considerablemente. Planteaba que con el avance técnico se conseguiría reducir el trabajo pesado a un mínimo y la clase obrera alcanzaría un nivel en el que todos los hombres pudiesen ser considerados “caballeros”. De esta manera se llegaría a una cierta igualdad social, no centrada en la igualdad de todos los hombres, cosa imposible según Marshall, sino en esa condición de “caballero” frente a la de obrero.

Por otra parte el autor sostenía que el estado debería de hacer uso de su fuerza de compulsión, obligando a los niños a ir al colegio, porque el que no ha sido educado no puede apreciar, y por tanto no pueden elegir libremente, las cosas buenas que diferencian la vida de los caballeros de las clases obreras.

La principal preocupación para Marshall era la ciudadanía y su influencia en la desigualdad social. La ciudadanía es el estatus que se concede a los miembros de una comunidad, siendo beneficiarios iguales en cuanto a los derechos y deberes. Actuando como norma básica y favoreciendo un sistema basado en la igualdad de base que favorecía la desigualdad diferencial y el capitalismo.

Por lo que dividió la ciudadanía en tres partes según el desarrollo de la misma durante el siglo XIX:

- Ciudadanía Civil, caracterizada por los derechos necesarios para la libertad individual, como el derecho al libre pensamiento o a la expresión, y con los tribunales de justicia como instituciones ligadas.

- Ciudadanía Política, caracterizada por el derecho a participar en el poder político como miembro pasivo y activo, ligado al Parlamento y a las juntas de gobierno locales.

- Ciudadanía Social, caracterizada por el derecho a la seguridad y un mínimo de bienestar económico, a compartir la herencia social y a poder vivir como un ser civilizado de acuerdo con los estándares sociales, ligado esto a la educación y a los servicios sociales.

La ciudadanía, que en un principio supuso una “falsa” igualdad, sí que inspiró a la sociedad a una igualdad real, con más esperanzas en el terreno de lo social, y con mayor profundización. Esto supuso guiar el camino para que se alcanzasen los derechos sociales y estimuló la conciencia nacional moderna. Los derechos sociales implantados en el siglo XX favorecieron la distribución de las rentas entre las clases sociales, que disminuyó la distancia entre mano de obra cualificada y no cualificada, así como la aplicación de un sistema de impuestos directos y la producción masiva orientada a satisfacer las necesidades sociales de la nación “democratizaron” permitiendo una mayor civilización de la sociedad.

En cuanto

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