Colibri003

ORGANIZACIÓN DEL PROCESO DE CRECIMIENTO

El crecimiento del niño es un proceso muy regular y muy organizado. En su mayor parte de la estructura del organismo adulto está contenida en el texto en clave, altamente condensado, que portan los genes, por eso los gemelos idénticos, cuyos juegos de genes son idénticos, se parecen tanto. Sin embargo, no son absolutamente iguales.

Por ejemplo, cuando el óvulo fertilizado se divide para dar gemelos idénticos, no es probable que a cada mitad le toque exactamente la misma cantidad de citoplasma.

Luego, a medida que continúa el crecimiento, los dos organismos son afectados diferentemente por el medio, ya que nunca son enteramente las mismas sus posiciones en el útero ni la sangre que reciben.

La gran similaridad de los gemelos idénticos requiere, pues, una explicación, aun cuando sus genes origínales sean los mismos. Dos niños pueden seguir cursos de crecimiento ligeramente diversos y acabar con constituciones físicas prácticamente iguales.

Un empujón compensador parecido se manifiesta en el crecimiento de los niños después de enfermedades graves como se discutirá en el capítulo 6.

El plan fundamental del crecimiento es establecido muy al principio, en el período intrauterino comparativamente seguro. Por ejemplo, un hueso inmaduro extraído de un ratón recién nacido o en estado fetal implantado bajo la piel del lomo de un ratón adulto de la misma cepa (de modo que no produzca anticuerpos contra el injerto) seguirá desarrollándose hasta hacerse muy parecido a un hueso adulto normal.

La acción posterior del medio –los músculos que tiran del hueso y las coyunturas que lo articulan

Con otros huesos- se limitan a toques finales.

GRADIENTES DE CRECIMIENTO

Una manera en que se exhibe la organización de crecimiento es mediante la presencia de radiante de crecimiento. A todas las edades cubiertas por los datos, el pie está más cerca de estado adulto que la pantorrilla, cuyo estado a su vez es más próximo al adulto que el del muslo. Se dice que existe un gradiente de c crecimiento en la pierna: de la madurez adelantada del extremo del miembro a la madurez retrasada de lado que lo liga al cuerpo.

La expresión “gradiente” proviene de supuesto mecanismo al que se deben semejantes fenómenos. Un gradiente de concentración de la sustancia conduce a un gradiente de madurez en una estructura física. (Hay que recordar que compartimos muchas de nuestras pautas de crecimiento con otros mamíferos, y casi todas ellas con otros primates – antropoides y monos-, cuyas curvas de crecimiento se parecen mucho a las humanas). Hay que señalar otras dos cosas: primero, la diferencia sexual en la madurez reaparece aquí, sin afectar de ningún modo al gradiente mano- hombro (las niñas tienen más largos que los niños todos los segmentos del brazo, y lo mismo ocurre con las piernas). El adelanto del brazo en comparación con la pierna refleja otro gradiente de crecimiento que conoce todo aquel que haya visto un recién nacido. En éste la cabeza es relativamente mucho mayor que el cuerpo – en comparación con el adulto -, y las piernas son relativamente menores. Los gradientes pueden existir durante cierto tiempo nada más en el crecimiento, y ser cubierto por otros procesos en otras ocasiones.

De los 13 a los 17 el gradiente desaparece lo suplanta una influencia particular sobre un componente sobre todo en el empujón de la adolescencia. No todos los gradientes conducen a diferencias en los adultos; el adelanto de determinada área en el feto de una cepa no es causa de un tamaño final mayor de dicha área al alcanzarse el estado adulto, ya que la cepa más retardada pudiera crecer más de prisa posteriormente.

DESORGANIZACIÓN DEL CRECIMIENTO

La multitud de reacciones químicas que ocurren durante la diferenciación y el crecimiento exige engarce de la máxima precisión. Para obtener agudeza visual normal tiene que armonizarse estrechamente el crecimiento del cristalino del ojo con el crecimiento en profundidad del globo del ojo. La forma del cristalino determina hasta qué grado se quebrarán los rayos luminosos para converger en un foco, que debe caer en la retina, pared posterior del ojo. Parecería, asimismo, que muchos rasgos de cara y cráneo son gobernados individualmente por genes que no influyen gran cosa sobre otros rasgos cercanos. Si las fuerzas genéticas originales empiezan siendo demasiado desequilibradas, no puede haber desarrollo normal. Por ejemplo, si uno de los cromosomas humanas se duplica, de modo que el óvulo fertilizado haya un número y una distribución anormales de genes, aparecen barias anomalías del crecimiento, de las cuales el mongolismo es la mejor conocida: es un trastorno que aúna anormalidades físicas y mentales.

Algunas anormalidades psicológicas, o desviaciones culturalmente excesivas con respecto al término medio, se considera que surgen de armonización insuficiente de las velocidades con que se desarrollan varias estructuras y funciones. El desarrollo inarmónico en la esfera psicológicapudiera no significar más que desarrollo inarmónico de la estructura cerebral, conducente a una anormalidad de la personalidad, como en el caso del defecto mental que tantas veces aparece en las personas con anormalidades cromosómicas.Diferente funciones psicológicas se desarrollan en un individuo en un orden fijo, sin caer en petición de principio acerca de su relación con la estructura neurológica, podemos afirmar que también pueden desarrollarse de modo inarmónico, tal vez por interacción del niño y su padres o maestros. Así si la interacción es necesaria para el desarrollo de una actividad es psicológica.

PERÍODOS CRÍTICOS

Los períodos críticos es el crecimiento y desarrollo de los niños este periodo se entiende que es una determinada etapa de duración limitada puede ser benéfica, y hasta esencial para para el desarrollo normal o puede ser patológica. Por ejemplo el período crítico para un acontecimiento patológico es bien conocido por todos: algunos niños cuyas madres padecen sarampión alemán entre la primera y la duodécima semanas de embarazo nacen con cataratas y otro. El desarrollo sano se da el período durante los que deben recibirse cierto estimulo normal. Uno de ellos, al menos, lo podemos inferir con alguna confianza. Hombres y mujeres difieren genéticamente

...