Comentario De Enron: Los Tipos Que Estafaron A América

Enron: Los tipos que estafaron a América

El fraude multimillonario en el que se envuelve el nombre de Enron sin duda puede considerarse como el escándalo financiero del siglo en los Estados Unidos y es un ejemplo de lo que el hombre puede hacer por avaricia y orgullo.

La empresa llamada Enron Oil, fue fundada por Ken Lay y se dedicaba principalmente a la administración de gaseoductos. Esta empresa experimentó un crecimiento exorbitante en un periodo de diesciséis años y sólo bastaron cuatro meses para que cayera en picada directo a la bancarrota. La pregunta es ¿Cómo es posible que una empresa que nunca había reportado pérdidas se declarara sorpresivamente en quiebra? Nadie podía creerlo; mientras unos cuantos tipos listillos se embolsaron hasta 300 millones de dólares, los empleados que trabajaban para Enron perdieron todo y junto con ellos todos los que se habían hecho de acciones de la empresa.

Ken Lay puso en tela de juicio su credibilidad cuando con el escándalo de Valhalla en dónde se acusaba a Louis Borget y Thomas Mastroeni de malversación de fondos, conservó a ambos como empleados. Evidentemente Lay no estaba dispuesto a perder a Borget, quién le hacía ganar millones. Pero la jugada no le sirvió de mucho ya que Borget fue encontrado culpable de fraude; con su mejor hombre en prisión Ken Lay estaba en problemas. Fue en ese entonces cuando Jeff Skilling entró en escena. Llegó con ideas nuevas y grandes proyectos que, aseguraba él, haría ganar a la empresa miles de millones. Enron logró colocarse en el mercado bursátil y a cotizar cada vez más alto gracias a las estrategias del nuevo miembro que pronto se convirtió en el presidente dela compañía. Mientras a la vista de todos, la empresa parecía ser más próspera cada periodo la realidad era que ninguno de los ambiciosos proyectos de Skilling estaban dando resultados. Sin embargo el enorme ego del presidente de Enron le impedía reconocer que sus brillantes ideas no dieron resultado y se las arregló para que los números al final de cada periodo siempre cuadraran.

Ken Lay, Jeff Skilling y todo su séquito eran indudablemente las personas más ambiciosas del mundo, sin ética ni moral y sin ningún otro interés además del dinero. A ninguno de ellos les molestó hacerse ricos a costa de los demás. Inteligentes como eran supieron encontrar la manera de manipular y convencer a todos de que Enron era una empresa sólida, estable y además muy rentable. Pero Jeff Skilling, amante del riesgo, cometió una serie de errores millonarios y cada vez le costaba más trabajo hacer parecer que todo estaba bien, y es que cuando se hace una pequeña trampa, poseriormente deben hacerse más trampas para tapar las trampas anteriores y así se fue formando una red enorme de trampas cada vez más grandes. Resulta increíble la cantidad de gente que estaba involucrada en todos los movimientos sucios y todos

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