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Conducta Y Capacidades Hombre Neonato E Infante


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2011  •  2.352 Palabras (10 Páginas)  •  1.072 Visitas

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Conducta y capacidades del neonato y del infante.

Se considera qué el periodo neonatal abarca las primeras dos semanas o el primer mes de vida postnatal. La diferencia neurológica entre el recién nacido y el adulto se irá compensando gradualmente en el curso del primer año de vida, cuando la locación de los centros funcionales se desplace desde el pallidum a los hemisferios cerebrales.

En algunos aspectos, la conducta de los neonatos se puede estudiar con mayor facilidad que la de los bebés y los niños de más edad.

Apariencia general y características físicas.

La apariencia general del recién nacido no es nada atractiva, su cabeza y sus ojos son desmesuradamente grandes, mientras que su tronco y miembros son desproporcionadamente pequeños, debido a la presión sufrida al pasar por el canal de parto, es probable que aparezca con la cabeza deformada y con la piel rojiza y rugosa, cubierta de una sustancia grasosa.

El peso promedio en el nacimiento varía entre 3,175 y 3,400 kilos, y la longitud media es de unos 50 cm.

Organización conductal en el nacimiento.

Como en el recién nacido la individualización de la actividad refleja ya ha casi alcanzado su estado culminante, es posible provocarle una gran cantidad de reflejos aislados, el cuadro general de la organización de la conducta neonatal se resume entre los reflejos segmentales y coordinados, y las respuestas no reflejas.

Conducta no refleja

Actividad masiva. Muchos investigadores del desarrollo neonatal quedaron impresionados ante la gran proporción de conducta no refleja y se les denominó “actividad masiva”. Este tipo de conducta tiende a aumentar durante los primeros diez días de vida, puede ser provocada por una variedad de estímulos y consiste en movimientos altamente generalizados e inconexos.

Para poder apreciar el significado de la actividad masiva es necesario tomar en cuenta los factores que contribuyen a determinar sus propiedades distintivas.

En primer lugar: los estímulos menos intensos tienden a suscita[***]r movimientos más específicos.

En segundo lugar: dado que dicha estimulación tiende a distribuirse difusamente, no es sorprendente que las respuestas sean igualmente difusas e irradiadas.

En tercer lugar: la actividad corporal se ve facilitada por la reducción de todos los umbrales de respuesta.

En cuatro término: hasta ahora no se han encontrado relaciones entre la movilidad y el sexo o la raza, no obstante, las diferencias individuales en el “nivel de actividad” al nacer persisten hasta los dos años.

Movimientos específicos. En contraste con la actividad masiva, la conducta específica no refleja, comprende una respuesta localizada caracterizada por una mayor precisión motriz, que se produce a un ritmo bastante lento.

Incluye las siguientes clases de respuestas segmentarias simples: giro del tronco, movimiento de la cabeza hacia atrás, hacia adelante y hacia los costados, abrir y cerrar los parpados, fruncir, lamerse y hacer chasquear los labios, succionar, gimotear y vocalizar. Pero la mayor parte de las expresiones orales del recién nacido consisten en llantos que no se dan solos si no acompañando la actividad masiva.

Conducta refleja.

Consiste en unidades precisas de actividad, claramente definidas de naturaleza localizada y segmentaria. Las conexiones estímulo-respuesta están determinadas por factores génicos.

La conducta refleja está ligada al estímulo en el sentido de que no se puede iniciar por medio de la estimulación.

Examen por regiones.

A fin de ilustrar el repertorio de conductas reflejas en el neonato, se detallarán y describirán los reflejos más importantes y más comúnmente observados. Trataremos luego con más detalle tres de estos reflejos (plantar, prensil y de Moro)

1) Ojos: cierre de párpados en respuesta a la iluminación o a una ráfaga, contracción y dilatación pupilar en respuesta al cambio de iluminación.

2) Tracto respiratorio superior y gastrointestinal: salivación, deglución, estornudo, tos, bostezo, nauseas.

3) Vísceras abdominales y pelvianas: hipo, vómito, orina, y defecación.

4) Cabeza y cuello: movimientos de balanceo de la cabeza en respuesta a la modificación de la posición corporal.

5) Brazos y manos: flexión del brazo ante un golpe súbito en la mano; reflejo prensil.

6) Tronco: reflejos abdominales y contracción de los músculos rectales y retracción del escroto en respuesta a la estimulación táctil.

7) Piernas y pies: sacudidas de rodillas y tobillos en respuesta a golpes leves en los tendones patelares y de Aquiles; movimientos de marcha cuando se sostiene al neonato por las axilas.

8) Respuestas coordinadas: movimientos de arrastre y de natación del neonato cuando está boca abajo y se aplica resistencia a las plantas de sus pies; reflejo Moro.

El reflejo plantar en sí, consiste en la flexión del pulgar cuando se estimula el borde exterior de la planta del pie. En los recién nacidos y bebés pequeños tal estimulación provoca la extensión del pulgar y el despliegue de los otros dedos del pie (reflejo de Babinski) y la retracción de pie, pierna y muslo (reflejo masivo)

El reflejo prensil o palmar se caracteriza, cuando la palma y los cuatro dedos (excluyendo el pulgar) se cierran en respuesta a la estimulación táctil. Aproximadamente un 10% de todos los recién nacidos pueden soportar su propio peso sosteniéndose de una vara delgada del modo descrito.

El reflejo Moro, se trata de una respuesta coordinada, consiste en la extensión inicial bilateral de los brazos y piernas, seguida de un retorno a la línea media del cuerpo. La respuesta se provoca mediante estímulos intensos, como golpear la superficie de una mesa cercana a la cabeza del bebe, o levantarle la cabeza y soltarla. Si el estímulo es lo bastante prolongado o intenso, el reflejo de Moro en el neonato puede ser seguido por todos los signos corporales de la excitación, incluyendo el llanto.

Tendencias de organización posteriores.

Una vez que ha alcanzado la máxima especificidad y discriminación, la conducta refleja experimenta relativamente pocos cambios evolutivos después del periodo neonatal.

Los demás cambios conductales incluidos genéricamente en el desarrollo

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