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Contextos, Procesos Políticos E Identidades: Un Análisis Antropológico De La Política De Educación Superior Intercultural


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2013  •  3.111 Palabras (13 Páginas)  •  510 Visitas

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Contextos, procesos políticos e identidades:

Un análisis antropológico de la política de educación superior intercultural

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María Guadalupe Huerta Morales

Universidad Autónoma Metropolitana – Unidad Iztapalapa

mghm13@gmail.com

Temática general: Educación superior (universitaria, tecnológica y normal)

Eje transversal: Gobierno, gestión y políticas educativas

Porcentaje de avance: 16%

Programa de posgrado: Doctorado en Ciencias Antropológicas

Institución donde realiza los estudios de posgrado: Departamento de Antropología, Universidad Autónoma Metropolitana – Unidad Iztapalapa

Resumen

Esta ponencia presenta un diseño de investigación que propone un análisis antropológico de la política de educación superior intercultural, el cual aborda su implementación desde los puntos de vista y las prácticas de los actores involucrados. En este sentido se trata de abonar formas de análisis de las políticas educativas que den cuenta de la complejidad que implica su implementación para los diferentes actores involucrados, así como de los retos en la construcción de una educación superior intercultural.

Así pues, se asume una perspectiva teórico-metodológica interpretativa y etnográfica que retoma los aportes de la sociología y la antropología social. Para ello, me centro en los conceptos de proceso político e identidades para analizar la recontextualización de las políticas educativas. Se aborda el caso de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla, ubicada en la comunidad de Lipuntahuaca, municipio de Huehuetla en la sierra norte del estado de Puebla.

El trabajo está dividido en tres apartados. En primera instancia hago referencia a los antecedentes de la investigación. En el segundo presento el planteamiento del problema y el marco conceptual-metodológico de la investigación. Finalmente, a manera de conclusión, hago una reflexión sobre lo que la antropología de las políticas públicas puede aportar a la educación superior intercultural.

Palabras clave: política educativa, educación superior, interculturalidad, etnografía.

Identidades y procesos políticos:

Un análisis antropológico de la política de educación superior intercultural

Introducción

Esta ponencia presenta un diseño de investigación que propone un análisis antropológico de la política de educación superior intercultural, el cual aborda su implementación desde los puntos de vista y las prácticas de los actores involucrados. En este sentido se trata de abonar formas de análisis de las políticas educativas que den cuenta de la complejidad que implica su implementación para los diferentes actores involucrados, así como de los retos en la construcción de una educación superior intercultural.

Así pues, se asume una perspectiva teórico-metodológica interpretativa y etnográfica que retoma los aportes de la sociología y la antropología social para el análisis de las políticas públicas. Para ello, me centro en los conceptos de proceso político e identidades para analizar la recontextualización de las políticas educativas. Se aborda el caso de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla, ubicada en la comunidad de Lipuntahuaca, municipio de Huehuetla en la sierra norte del estado de Puebla.

El trabajo está dividido en tres apartados. En primera instancia hago referencia a los antecedentes de la investigación. En el segundo presento el planteamiento del problema y el marco conceptual-metodológico de la investigación. Finalmente, a manera de conclusión, hago una reflexión sobre lo que la antropología de las políticas públicas puede aportar a la educación superior intercultural.

De políticas educativas y universidades interculturales

Las universidades con enfoque intercultural comienzan a ser visibles en América Latina a finales del siglo pasado y principios del siglo XXI. La discusión sobre el enfoque intercultural se consolidó a nivel internacional así como el interés por el desarrollo de la educación superior tanto en foros académicos como en organismos internacionales. En México, la política de educación superior intercultural comenzó a operarse a partir de 2001 con la creación de la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB), instancia administrativa en la cual se creó un modelo de universidad intercultural que sería puesto en marcha a partir de 2003 en algunos estados del país.

Cabe señalar que la apertura de estas instituciones de educación superior requiere de la coordinación de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) así como de un estudio de impacto en el cual se evidencie la demanda de los pueblos originarios. La interacción de estos actores y requisitos ha llegado a obstaculizar su apertura, como fue el caso de Yucatan, en el cual la negociación entre pueblos originarios y políticos no permitió la construcción de una unidad académica (Llanes Ortiz, 2008).

El modelo de universidad intercultural caracterizaba a estas instituciones de educación superior por su enfoque intercultural, el cual busca, entre otros aspectos, fusionar los “saberes tradicionales con el conocimiento científico” (Casillas y Santini, 2006). La política estaba dirigida a toda la población mexicana, sin embargo, explícitamente y de manera especial buscaba aumentar la matrícula del alumnado indígena por lo que serían asentadas principalmente en lugares con alta población indígena. Esta ambigüedad derivó en la integración de algunas universidades interculturales al repertorio discursivo de funcionarios y políticos como un medio para atender demandas, conflictos y compromisos con los pueblos originarios. Tal es el caso de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla (UIEP).

A principios de 2005 comenzaron a realizarse reuniones para presentar propuestas de educación superior intercultural en la Secretaría de Educación Superior del estado de Puebla. Para ello se convocaron a distintas instituciones, entre ellas la Universidad Pedagógica campus Puebla, la Universidad Tecnológica de Izúcar, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad para el Desarrollo del Estado del Puebla, la Dirección de Planeación de la SEP, el Movimiento Indígena Popular, entre otros. En septiembre de 2005 se firmó el convenio para la creación para la UIEP (Entrevista con Vicente Luna Patricio, febrero 27 de 2013).

El 8 de marzo de 2006 fue creada fue creada formalmente bajo decreto del Congreso del Gobierno del Estado de Puebla y se decidió que se ubicaría en la comunidad de Lipuntahuaca, municipio de Huehuetla, en la sierra norte del estado. El financiamiento dependería de los niveles federal y estatal, el municipio dota de los terrenos y las facilidades para la construcción del inmueble. El rector fue designado por el gobernador del Estado. Cabe mencionar, que el rector elegido participó en la elaboración de la propuesta de atención a pueblos indígenas en educación superior por parte del estado de Puebla que se narró anteriormente. Lo anterior significa que previo a la apertura de la UIEP fue necesario un proceso de negociación estatal y municipal, además de realizar un estudio de viabilidad del proyecto en la zona.

Al iniciarse este proceso de negociación y de búsqueda de un lugar en el cual ubicar la UIEP, varios municipios hicieron explícito su interés por tener en su territorio esta institución. Esto generó competencia entre los municipios y desacuerdo entre varios ediles que calificaron la decisión de instalar la UIEP en Huehuetla como el resultado de intereses políticos partidistas (Jornada de Oriente, 2006). Cabe aclarar, que en Puebla la imagen y aceptación del gobernador Mario Marín era poco favorable para el PRI y que ese mismo año ocurrían elecciones presidenciales. Esto provocó que desde su apertura la UIEP fuese vista como una institución que podría vincularse a intereses electorales. Sin embargo, debido a la propia historia política de la zona, en donde la demanda de la educación era importante la universidad se situaba entre grupos de interés caciquiles y de organizaciones ingígenas.

A lo anterior es necesario referir algunas generalidades de Huehuetla. Se trata de un municipio con poco más de 15 mil habitantes, de los cuales el 70% tiene una autoadscripción étnica como totonaco o nahua. La mayor parte de la población se dedica a actividades agrícolas (INEGI, 2010). El grado promedio de escolaridad es de 4.6 años, cuenta con dos bibliotecas y un centro de salud. Además tiene una fuerte trayectoria de lucha y movimientos indígenas, cuna de la Organización Indígena Totonaca y de la UNITONA y de varios activistas, entre ellos Griselda Tirado Evangelio defensora de derechos humanos fenecida antes de la creación de la UIEP. Durante la década 2000 la presidencia municipal estuvo dirigida por el PRD, los últimos ocho años ha estado en manos del PRI. Las actividades económicas en Huehuetla, según los comentarios de algunos habitantes se han beneficiado con la llegada de la UIEP. Antes de su creación sólo había un café internet, ahora en la cabecera municipal hay alrededor de cinco cafés internet, tres hoteles, una casa de huéspedes (o pensionados, como le llaman a los becarios).

Lipuntahuaca es una comunidad del municipio de Huehuetla. Con la apertura de la UIEP se creó un café internet y un proyecto de un hotel de turismo alternativo. La UIEP inició operaciones con una matrícula de 225 alumnos, de los cuales se graduarían 137 en el año de 2010. Atienden a mestizos, nahuas y totonacas. Sus instalaciones brindan a sus estudiantes un espacio escolar adecuado. Tienen una biblioteca, computadoras óptimas, conexión a Internet. Cuentan con terreno suficiente para invernaderos. Actualmente hay una planta de entre 25 y 30 docentes y una matrícula de 200 alumnos. Han organizado ya sus primeros foros académicos. Y tienen vinculación con algunos habitantes para llevar a cabo rituales de la zona.

Más allá de la política educativa

Como se observó, la implementación de esta política atañe a una multiplicidad de actores que va desde los organismos internacionales, pasando por los funcionarios públicos, los políticos, los docentes y estudiantes, y que llega hasta las propias comunidades receptoras. En este sentido cabe preguntarse:

Pregunta general

1. ¿De qué forma es reinterpretada la política intercultural de educación superior al ponerse en marcha la Universidad Intercultural del Estado de Puebla, en múltiples contextos con distintos actores y múltiples intereses que están en confrontación política y cultural?

Preguntas específicas

1. ¿De qué manera, en distintos contextos, distintos actores involucrados en la puesta en operación de la UIEP han interpretado y reinterpretado los valores prescritos en relación a la noción de educación intercultural?

2. ¿De qué forma el proceso político de la reinterpretación de la política educativa está orientado por las relaciones de poder y las identidades de los actores?

3. ¿Cómo la propia política puede construir y/o reconfigurar las relaciones de poder de las cuales parte y a las cuales dirige y que van más allá del ámbito educativo?

Objetivos

General

Comprender la política intercultural de educación superior desde el punto de vista de los distintos actores, intereses y contextos involucrados en la operación de la UIEP.

Específicos

1. Analizar la forma en que, en distintos contextos, los actores involucrados en la puesta en operación de la UIEP han interpretado y reinterpretado los valores prescritos bajo la noción de educación superior intercultural.

2. Comprender la forma en que los actores de distintos contextos interactúan para construir y reconstruir sus relaciones de poder e identidades en torno a la política de educación superior intercultural.

3. Comprender las implicaciones de estas reinterpretaciones, relaciones de poder e identidades en la dinámica cotidiana de los contextos de la UIEP

Para llevar a cabo esta investigación se parte de una perspectiva interpretativa, en donde la conceptualización de política pública se aleja de los estudios de política pública tradicional centrados en “cuidadosísimos cálculos de gasto público, estimaciones de eficiencia económica en las decisiones, economía pública realista, evaluación de las operaciones y búsqueda de opciones que maximizaran los beneficios y disminuyeran los costos en la solución de los problemas públicos (Aguilar, 2000: 36). Más bien se acerca a la sociología y antropología de las políticas públicas.

Desde la sociología de las políticas, se han desarrollados propuestas en donde la la política pública se ha definido como los orígenes, los alcances y las normas que señalan lo que es posible y deseable para una determinada sociedad (Ozga, 2000: 52). Desde esta óptica, las políticas públicas son vistas como procesos sociales totales que permiten establecer una determinada visión del mundo que aspira a la organización de las acciones sociales.

Por su parte, la antropología ha puesto su atención en el análisis de los discursos en el proceso de las políticas. Desde esta perspectiva, la noción de discurso es entendida de manera más amplia, no sólo lo que se dice y cómo se dice, sino lo que implica eso que se dice. Desde este enfoque se retomó la noción de tecnología de poder de Foucault. Así pues, una política pública es una tecnología de poder en tanto régimen de verdad, lo que permite evidenciar de la manera en que un problema esencialmente político puede ser neutralizado en el discurso de la ciencia y la racionalidad de la política pública (Shore, 2010).

Ante este panorama del estudio de las políticas públicas, mi propuesta de análisis de la política pública retoma algunos elementos de la sociología y la antropología de las políticas para dar mayor especificidad al análisis de políticas educativas. Stephen Ball (1990: 7) propone que la política educativa es un conjunto de enunciados que operacionalizan valores con una intención prescriptiva, por tanto, se trata de la disposición autorizada de valores ideológicos. Su análisis implicaría entenderlos como textos y discursos.

Pero no se trata de e enunciaciones claras y completas al definir sus propósitos, sus procedimientos y sus metas. Más bien, los textos van a ser el producto de la recontextualización que de ellos se hace, porque crean circunstancias en las cuales hay opciones disponibles a partir de las cuales se moldean metas y aspiraciones (Ball, 2006: 46). Por tanto, al considerar que los textos son interpretados en distintos contextos y por distintos tipos de actores, se entiende que una política tendrá más consecuencias inesperadas que resultados planificados y explicitados (Bowe, et. al., 1992: 10).

Por ello, el análisis de los discursos permite la identificación tanto de lo que puede decirse y pensarse en la política educativa, como de quién puede hablar, de quién o qué debe hablar, cuándo, dónde y con qué autoridad (Ball, 2006: 48-49). Es decir, los discursos a través de su legitimidad institucional confieren autoridad a las voces que serán las que interpreten y participen en las negociaciones de la política educativa, así como el paradigma de conocimiento científico que la sustenta.

En consecuencia, los discursos de la política educativa así como las interpretaciones de los textos contendrán una estructura de poder en la cual los sujetos tienen cierta inserción y cierta acción. La política educativa, como ya se mencionó legitima relaciones sociales entre el “nosotros” (hacedores de políticas) y “los otros” (beneficiarios de políticas”), mismas que connotan un status quo deseado y proyectado. Debido a que toda relación social es una relación de poder, las relaciones que reconoce y legitima la política educativa son intrínsecamente políticas. De esta manera, el proceso de la recontextualización y reinterpretación de la política educativa puede entenderse como un proceso político inserto en un campo político, es decir, un continuum espacio-temporal de tensión entre antagonistas inteligentes, determinados, solos y agrupados, que están motivados por la ambición, el altruismo, el interés personal y por el deseo del bien público (Tuden, Turner & Swartz, 1994).

Dado que este campo político refiere a relaciones sociales entre grupos antagonistas que se identifican y diferencian, desde una mirada antropológica es pertinente referirse a la noción de identidad social. Para Gímenez (2009: 280), la identidad social es un “conjunto de repertorios culturales interiorizados (representaciones, valores, símbolos) y relativamente estables a través de los cuales los actores (individuales o colectivos) se reconocen entre sí, demarcan simbólicamente sus fronteras y se distinguen de los demás actores en una situación determinada”. Siguiendo lo anterior, las identidades expresan las relaciones de poder que están imbricadas en un campo político donde ciertos recursos, ya sean simbólicos o económicos, están puestos en juego para conseguir ciertos intereses. En el caso de la política educativa, las identidades que se construyen, deconstruyen y reconstruyen en la interpretación y recontextualización de los textos y los discursos reflejan las tensiones entre la estructura social y los sujetos. En este sentido, esta propuesta de análisis permite analizar el vínculo micro-macro, es decir, la subjetividad de los sujetos así como la estructura social de poder.

Para este estudio, y con fines de delimitación del objeto de estudio solamente me intereso en los actores que intervinieron en la apertura y puesta en marcha de la UIEP, centrándome en la CGEIB, el Congreso del Estado de Puebla, la UIEP, la OIT y el Ayuntamiento de Huehuetla. Utilizaré el método etnográfico y el análisis de documentos.

Hacia una antropología de las políticas educativas

Hasta el momento son pocos los trabajos que se ocupan del análisis del diseño, implementación y/o evaluación de la política de educación superior intercultural (Huerta, 2010; Barquín, 2012), lo que hace que desde el campo de investigación fértil para la perspectiva de la antropología de las políticas públicas. Ante este panorama la presente investigación busca ofrecer un análisis antropológico de las dinámicas políticas e identitarias que se suscitan en la implementación de una política de educación superior intercultural. La intención es analizar las consecuencias que de las reinterpretaciones de la interculturalidad en la reconfiguración de relaciones de poder e identidades sociales en la cotidianidad de la UIEP.

Esta investigación más que hacer una evaluación de la política pública lo que busca es hacer un estudio comprensivo e interdisciplinario que dé cuenta la forma en que se suscitan las dinámicas socioculturales en torno a esta política. Los resultados coadyuvarán a comprender las formas en que la política educativa toma forma más allá de su planeación. A su vez esto visualizará los logros, y atender debilidades y amenazas a los propósitos de la educación superior universitaria en un contexto específico. Además al enmarcarse en los estudios de política pública de corte interpretativo explora el desarrollo de herramientas que enriquezcan las policy sciences. En este sentido, busca abrir espacios para que la antropología y la sociología incidan en la forma en que actualmente se formulan, implementan y evalúan las políticas públicas.

Referencias

Aguilar, Luis F. (Comp.). (2000), La implementación de las políticas públicas. México, Editorial Miguel Ángel Porrúa.

Ball, Stephen (1990), Politics and policy making in education, Gran Bretaña, Routledge.

Ball, Stephen (2006), Education Policy and Social Class, Gran Bretaña, Routledge.

Barquín, Alfonso. (2012). Antropología y poder político. El ejercicio del poder en las políticas públicas del Estado: las universidades interculturales. Tesis de doctorado. Universidad Autónoma Metropolitana – Unidad Iztapalapa.

Bowe, Richard, Stephen Ball y Anne Gold (1992), Reforming Education and Changing Schools, Gran Bretaña, Routledge.

Casillas, Lourdes y Laura Santini. (2006). Universidad Intercultural. Modelo educativo. México, SEP-CGEIB.

Huerta, María Guadalupe. (2010). La política de educación superior intercultural en México. Tesis de maestría. Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.

Jornada de Oriente. (2006). “Busca la Universidad Intercultural ser más que un proyecto indigenista” en La Jornada, Estados, http://www.jornada.unam.mx/2006/03/02/index.php?section=estados&article=044n1est [31 de mayo de 2010].

Llanes Ortiz, Genner de Jesús. (2008). “Interculturalización fallida: desarrollismo, neoindigenismo y universidad intercultural en Yucatán, México”, Trace, núm. 53, junio, pp. 44-63.

Ozga, Jenniffer (2000), Policy Research in Educational Settings: Contested Terrain, Buckingham, Open University Press.

Schmelkes, Sylvia. (2003). “Educación Superior Intercultural: El caso de México”, ponencia presentada en Encuentro Internacional de Intercambio de Experiencias Educativas Vincular los caminos a la Educación Superior, México, http://www.anuies.mx/e_proyectos/pdf/La_educ_sup_indigena.pdf [31 de mayo de 2009].

Shore, Chris. (2010). “La antropología y el estudio de la política pública”, Antípoda, núm. 10, enero-junio, pp. 28-49.

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