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Contorno Social Del Fauvismo


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  762 Palabras (4 Páginas)  •  4.125 Visitas

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CONTORNO SOCIAL DEL FAUVISMO Y HENRI MATISSE

A fines del S. XIX se impuso en Francia la ideología positivista de Auguste Comte, según la cual el progreso moderno agotaría por definición la conflictividad social y conduciría a una situación de orden generalizado, con prescindencia de todo movimiento político revolucionario (tal como los materializados en las revueltas de 1830, 1848 y 1870).

En dicho contexto, el fauvismo se alzará como una respuesta artística crítica a las consecuencias de la modernización socio-económica y a las falsas promesas de bienestar y felicidad derivados del progreso industrial, resultantes, básicamente, en la miseria de la vida urbana y la situación alienante de la clase trabajadora.

Fauvismo

El fauvismo constituye la rama francesa del movimiento expresionista, nacido sobre la base de la protesta y la crítica de la modernidad: se trata de un arte de oposición.

El fauvismo (encarnado, entre otros, en Marquet, Derain, Vlaminck, Friesz, Van Dongen, Rouault, Braque, Dufy y Matisse) se opone al cientificismo (en base al cual Renoir aseguraba que “es el ojo el que hace todo” y Seurat intentaba dar un fundamento científico al estudio de los colores) y al “tono de felicidad” del impresionismo, ajeno a los problemas que se agitaban bajo la aparente calma del entramado social. Para los fauvistas, la pintura es un modo de desencadenar sobre el lienzo la violencia de las emociones.

Por tal motivo, el fauvismo significa liberación del temperamento y del instinto (naturalismo subjetivo). Según Derain, “los colores eran para nosotros cartuchos de dinamita”.

En las obras de Henri Matisse, por su parte, pueden ordenarse fácilmente los pares de colores complementarios que las estructuran, lo que hace que la visión no se detenga en ningún punto en particular.

La línea verde en el rostro de Madame Matisse testimonia la arbitrariedad del cromatismo fauve.

Dicha arbitrariedad funciona de manera semejante a la lingüística de Saussure: el significante es arbitrario con respecto al significado y el valor de la obra de arte está determinado por la vinculación interna de todos los significantes entre sí.

Se trata de una “autorreflexión” formal inherente al modernismo: la forma (es decir, el significante) se independiza del significado, se “autolegisla” y adquiere una gradual opacidad respecto al significado último de la obra.

El Interior en Collioure y los “paneles decorativos” La Danza II y La Música ejemplifican el descubrimiento de que las relaciones de color son, ante todo, una articulación entre superficie y materia pictórica.

Henri Matisse

Interior

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