Convivencia De Los Docentes De Educación Media Superior, Con Alumnos, Y Pares En La Promoción De Valores Intelectuales, Afectivos Y Volitivos.

UPN – CECYTE

Diplomado : HD

Tarea Final

Ensayo

BOBCAT_01

S.L.P. / 28 Marzo 2008

Convivencia de los docentes de Educación Media Superior, con alumnos, y pares en la promoción de valores intelectuales, afectivos y volitivos.

Para la realización de éste ensayo, estaré retomando algunas de las ideas vertidas por Van Peursen en su Libro Orientación Filosófica, capitulo XIV “EL HOMBRE Y SU SEMEJANTE”, así como el Texto de José Antonio Marina “Aprender a Convivir” en su capítulo I y algunos textos Bíblicos.

Ciertamente la convivencia es un asunto difícil de atender y entender por los seres humanos, ya que implica sacrificio, supone renuncia, es decir, una práctica de un amor mucho más allá de una simple relación amistosa casi siempre superficial.

La convivencia es y ha sido una cuestión que desde un principio ha resultado conflictiva y ha traído como consecuencia una pérdida: Recordemos a Caín y Abel, como el primero al ver que su hermano ofreció un sacrificio más excelente a Dios, se sintió lastimado en su ego.

Como seres humanos, somos seres sociales, necesitamos vincularnos con otros y establecer comunicación. El ser humano no puede vivir aislado, requiere llenar la necesidad de convivencia y pertenencia que es inherente a nosotros como seres hechos a la imagen y semejanza de Dios.

Dios mismo, al crear al hombre, lo hizo con el fin de tener una convivencia con él, por que El así lo deseaba, quería tener esa relación de amor.

Entonces ¿Por qué es tan difícil la convivencia entre los seres humanos, tachada algunas veces de egoísta? La respuesta parece ser que la dificultad estriba por lo regular en un choque de intereses y/o puntos de vista.

La naturaleza caída del ser humano trae como consecuencia el ver solo por y para nuestros intereses, además de un corazón soberbio y lleno de concupiscencias.

Pero, ¿que se necesita para convivir, es decir, el tener una convivencia “sana” y productiva? El ser humano, a diferencia de los animales, se ha visto inmiscuido en un proyecto de vida “inteligente”, perseguido e inventado por la humanidad, el cual se cristaliza en la denominada “cultura”, y del cual la educación se encarga de transmitir la sabiduría aprendida. Educar es “fundamentalmente socializar, es decir, desarrollar capacidades, asimilar los valores, adquirir las destrezas que una sociedad considera imprescindibles no solo vivir, sino el buen vivir” (1)

La educación según Kant, es un arte perfeccionado a través de muchas generaciones que, se supone, permitirá a la especie humana, alcanzar su meta. ¿Cual es la meta que se ha convertido en prioritaria hoy en día para la especie humana si no es la supervivencia?

Es innegable que esta cuestión se ha convertido para todo el mundo en un asunto prioritario, por lo acelerado de los cambios y males que estamos viviendo en nuestro planeta, por lo que efectivamente se vuelve imperativa la idea de Van Peursen, sobre la tesis que él expone al decir que “El ser humano camina hacia el futuro pendiendo del delgado hilo de la solidaridad humana (la Mitmenschlichkeit )”.(2)

En esto podemos observar que el problema de la convivencia se convierte también en un problema de solidaridad.

Si la educación y los sistemas educativos han sido por muchos años los encargados de transmitir y ser los promotores del proyecto llamado cultura, además de que se han invertido recursos de toda índole, cabe preguntarnos, ¿Por qué hemos llegado hasta el punto en que nos encontramos, con un riesgo inminente de extinción de la humanidad, con grupos de países que únicamente actúan en función de sus intereses, donde todo se sacrifica en aras de un aparente bienestar,

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