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Crisis De La Democracia Representativa En América Latina


Enviado por   •  13 de Octubre de 2012  •  4.496 Palabras (18 Páginas)  •  934 Visitas

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Las crisis de la democracia en America Latina

Jul-02-02

Podemos estar de acuerdo con los que dicen que vivimos un momento histórico, donde las grandes utopías en pugna han desaparecido -lo que Fukuyama llama el fin de la historia- y que la concepción política de occidente representada por el sistema democrático liberal experimenta una clara ascendencia. El ideal democrático tiene pocos adversarios y por lo general el concepto de soberanía popular es ampliamente aceptado, con raras excepciones -como ser, en el mundo islámico-, como la piedra angular que determina la legitimidad política. Sin embargo, esto no significa que en la práctica, formas autoritarias y pretorianas no sigan vigentes y que la consolidación de la democracia o su defensa no sigan siendo desafíos importantes tanto en el mundo, como en nuestro continente.

El surgimiento después del 11 de septiembre de un nuevo imperativo internacional, la lucha contra el terrorismo, y sus implicaciones para la seguridad nacional, plantean desafíos adicionales a los complejos y difíciles procesos de articulación de instituciones y prácticas democráticas.

Es por ello que es fundamental reflexionar sobre las estrategias más viables para la inauguración y consolidación de instituciones democráticas duraderas. El desafío no es sólo de implementar un sistema político con elecciones libres, derechos civiles para la población, garantías de expresión y de reunión, sistema judicial independiente, y el imperio de la ley. También se requieren instituciones políticas que puedan funcionar, canalizando las divisiones naturales en cualquier sociedad en forma pacífica y produciendo políticas públicas que respondan a las necesidades de la población garantizando al mismo tiempo la seguridad humana y la seguridad nacional.

La democracia es un sistema para regular el conflicto político, en forma ordenada y pacífica -según reglas claras- y acordes a la voluntad ciudadana. Es un sistema donde actores políticos se ponen de acuerdo para estar en desacuerdo impulsando distintas estrategias para lograr el bien público, siguiendo reglas claras en una competencia leal y pacífica por el poder basado en el veredicto de las mayorías conforme al estado de derecho. Es un sistema para mantener la paz interna y el orden público garantizando las libertades de las personas y la responsabilidad de los gobernantes ante los ciudadanos electores.

En mi ponencia quisiera primero recordarles cuáles son los elementos principales de la democracia. Luego haré un breve resumen de los desafíos de la democracia contemporánea para terminar con algunas reflexiones sobre los desafios de la democracia en el contexto venezolano.

Definimos democracia como aquel sistema que incorpora tres dimensiones. La primera, siguiendo a Robert Dahl, es la competencia política. En una democracia, el gobierno es constituido por líderes que compiten con éxito por el voto popular en elecciones periódicas. La esencia de la competencia política es la aceptación de la legitimidad de la oposición política; el derecho de cualquier persona o grupo a desafiar a los que detentan el poder público y reemplazarlos en los principales puestos de autoridad.

A su vez este derecho se basa en la existencia de elecciones libres y transparentes que en forma regular son capaces de traducir las preferencias ciudadanas en opciones de liderazgo gubernamental. El proceso de competencia electoral requiere la formación de partidos políticos que promueven programas e ideologías distintas, capaces de representar las divergencias de opinión que surgen en cualquier sociedad. En otras palabras, las democracias requieren un sistema de representación que dé garantías de participación genuina y que permita articular los intereses sociales. La existencia de partidos y organizaciones de la sociedad civil requieren de libertad de expresión y de asociación y el respeto a la independencia de los medios y los derechos

fundamentales de los individuos y las minorías, garantizados estos por el legítimo uso de la fuerza conforme a la ley.

La segunda dimensión es la participación. Por definición las democracias se basan en el concepto de la soberanía popular. Al ir evolucionando, también ha evolucionado la noción de ciudadanía hasta incluir hoy a la totalidad de la población adulta con derecho a voto. Pero la participación no debiería pensarse sólo en términos electorales, por muy fundamentales que son las elecciones para la democracia representativa. La democracia no es sólo un sistema de competencia entre actores que buscan el apoyo popular. La democracia requiere la participación de la ciudadanía en una amplia gama de responsabilidades cívicas que directa, o indirectamente, potencian la civilidad de un régimen democrático, dentro de reglas claras del juego democrático.

La tercera dimensión, sobre la cual quiero explayarme más por su relevancia al caso Venezolano, es la dimensión de constitucionalismo y estado de derecho-- el respeto al orden constitucional y leyes basado en documentos y prácticas, su resguardo con el poder legítimo del uso de la fuerza, a su vez velado por un sistema judicial, y todo contraviniendo el sentido estricto de gobierno de mayorías. La soberanía popular, base fundamental de la democracia, no significa la soberanía de la mayoría por encima de la ley.

Es en este sentido, que la democracia contemporánea debe entenderse como "democracia constitucional." Una democracia constitucional, al garantizar el derecho de la oposición a desafiar a los que detentan el poder apelando al apoyo ciudadano, define y restringe los poderes de las autoridades gubernamentales configurando también chequeos mutuos entre instituciones representativas para atenuar la posibilidad del imperio de una sobre la otra. También restringe la hegemonía de las mayorías electorales y sus representantes, con el propósito de defender los derechos y preferencias del individuo y de las minorías, opciones de mayorías futuras, y las reglas y procedimientos fundamentales de las democracias como tales. O sea, por muy popular que sea un gobierno en una coyuntura temporal, la democracia no significa que se puedan cambiar las instituciones y leyes gracias al imperio de las mayorías. La mayoría puede convertirse en una tiranía con gran facilidad y por ello tiene que someterse al estado de derecho y a las restricciones impuestas por la constitución.

Los mecanismos de restricción legal varían mucho y van desde las prohibiciones a la reelección presidencial y la protección de los órganos judiciales, electorales y de seguridad de lo que podría ser la tiranía de una mayoría pasajera, a menudo identificada con un líder carismático. De allí también

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