La historia documental del Zulia

ACTIVIDAD DE FORMACION CULTURAL I Unidad II

La historia documental del Zulia comienza con el descubrimiento del Golfo y Lago de Maracaibo por Alonso de Ojeda, quien recorrió toda la costa de Venezuela partiendo desde el Esequibo y el 22 de Agosto de 1499 descubrió el Golfo de Venezuela.

La versión atribuida a Américo Vespucio refiere a que el nombre de nuestro país proviene de "pequeña Venecia", lo cual ha sido cuestionado. Otra explicación es que el nombre se debe a un lugar de casas de indios que se llamaba Venezuela y que apareció publicado en un mapamundi en 1500.

El 24 de agosto de 1499 la expedición de 4 naves penetró en la inmensa laguna que Ojeda denominó San Bartolom‚ y que los nativos llamaban Coquivacoa y es así como se produjo el descubrimiento del Lago de Maracaibo.

Ojeda fue informado por los naturales, que toda esa región era dominio de un gran cacique de nombre Maracaibo, que era señor y dueño de poblados y tierras.

La fábula sobre el Indio Mara (quien vivió en la Isla de Providencia), según la cual, al caer herido en fiera batalla, un soldado español exclamó "Mara cayó. Mara cayó" y que por distorsión fonética dio origen a la palabra Maracaibo, es sólo una leyenda. Sin embargo, sea leyenda o realidad, este personaje ha formado parte del acervo heroico del pueblo zuliano.

Ojeda se casó con la hija de un cacique de la región que fue bautizada con el nombre de Isabel, y con quien procreó tres hijos legítimos. Históricamente representan los primeros mestizos legitimados de origen latinoamericano.

Coquivacoa era el nombre que los nativos le daban a la Península de la Guajira. El 8 de junio de 1501, se nombra a Ojeda gobernador de la nueva provincia de Coquivacoa que se extendía desde el Cabo de la Vela (Guajira) hasta cerca del actual Chichiriviche.

En 1502, Ojeda fundó un asiento-fortaleza llamado Santa Cruz en la península de la Guajira, muy cerca de Castilletes que estuvo ocupado desde mayo hasta septiembre de 1502.

Las riberas del Lago eran tan pobres en riquezas fáciles que los descubridores se marcharon. Un lapso de 29 años transcurrió entre el descubrimiento del Lago y la llegada de los conquistadores Welser.

El 8 de septiembre de 1529 Ojeda fundó la ciudad que denominé Villa de Maracaibo. El mal trato hacia los indígenas provocó que las tribus vejadas reaccionaran agresivamente hasta que en 1534 el Rey orden¢ el despoblamiento de Maracaibo.

En 1569, cuarenta años después de ocurrido el primer asentamiento, el poblado fue oficialmente fundado de nuevo por Alonso Pacheco y cincuenta pobladores, con el nombre de Ciudad Rodrigo, no sin antes afrontar cierta resistencia por parte de los indios. Igual que ocurrió con la Maracaibo de Alfinger, los indios continuaron con su oposición y durante tres años guerrearon y sitiaron la ciudad hasta que Pacheco, ya obstinado, se marchó en 1573.

Pero el Gobernador no estuvo conforme con la despoblación de Ciudad Rodrigo y a los meses envié al capitán Pedro Maldonado a repoblar el sitio con treinta y cinco colonos a quienes les ofreció devolverles sus tierras, esclavos y garantías de seguridad. Maldonado, con más experiencia, mejor armado y preparado, fundó en 1574 la definitiva Nueva Zamora del Lago de Maracaibo, que con el tiempo se llegó a conocer como Maracaibo. No obstante, estas tres fundaciones la fecha aniversario que se celebra es la correspondiente a Ambrosio Alfinger: el 8 de septiembre de 1529.

El 22 de julio de 1600 ocurrió¢ el asalto a la población de Gibraltar. Ciento cuarenta canoas y quinientos indios amanecieron sobre el pueblo. La familia Argüelles, que había sido trasladada recientemente a dicha población, sufrió en carne propia las atrocidades de dicha agresión. De este asalto proviene el Cristo Negro o Santa Reliquia de Maracaibo. Ambas estructuras fueron construidas por la familia Ortiz del Basto y han permanecido ininterrumpidamente en funcionamiento y en el mismo sitio de su fundación desde hace casi 400 años. (1607. Fundación de la ermita de Santa Ana y 1607 Hospital de Caridad (Central)

TIEMPOS DE PIRATAS

Para el año 1640, la Nueva Zamora de la Laguna de Maracaibo había progresado bastante. En sus calles principales se levantaban casas de dos pisos, con elegantes balcones, muros de mampostería y techado de tejas. Por los barrios abundaban las casas de techumbre de paja y paredes de bahareque. Sus habitantes pasaban de 8.000 y el poblado tenía tres iglesias y un hospital. Las contiendas europeas de la época no les preocupaban mucho a los apacibles maracaiberos; por eso no sospechaban ni remotamente que de aquellas guerras que ocurrían a tanta distancia surgiría un gran peligro para ellos: los piratas.

En 1641 el pirata holandés Henrique Gerardo, armado con cinco buques, entró al Lago, pasó frente a Maracaibo, sin tocar en ella, y enfiló hacia Gibraltar, donde hizo un inhumano pillaje y destruyó¢ gran parte de la ciudad. Luego recorrió el Lago saqueando haciendas.

El 23 de diciembre de 1642, cuando los habitantes se preparaban para celebrar la fiesta de Navidad, el corsario inglés William Jackson con una flotilla de once buques junto con mil piratas saquea la ciudad y permanece en ella hasta el primero de febrero de 1643.

La población tuvo tiempo de huir a los campos, pero dejé la mayoría de las pertenencias en las casas que fueron saqueadas totalmente. Posteriormente se desató una cacería humana (utilizando la tortura y el suplicio) en busca de las personas que habían huido a los hatos y montes vecinos. Después el pirata marchó a Gibraltar, población que se estaba reconstruyendo del ataque del año anterior pero que también fue asaltada.

A raíz del asalto del pirata Jackson, se inicia la construcción (1643) de las fortalezas de la barra cuyos trabajos se prolongar n durante muchas décadas. Para entonces existían fortificaciones a orillas de la bahía de Santa Lucía, Punta Arrieta, El Empedrado y frente al Hospital de Caridad (Central Dr. Urquinaona). En el Lago existían el fuerte Fuerza de Santa Cruz en el cabo Paijana, y el castillo San Sebastián de la Barra Principal en la isla de San Carlos. Todos los esfuerzos resultaron inútiles. De las fortificaciones construidas con posterioridad, sólo quedan la del Castillo de San Carlos y una torre en Zapara.

Habían transcurrido veintitrés pacíficos años de la última incursión de piratas y ya el comercio de la región se había repuesto y olvidado (si olvidar podía), de los estragos del último saqueo, cuando en 1665 una bestia humana, el filibustero francés llamado El Olonés, aterroriza la ciudad provocando ruina y desolación, en lo que se conoce como la más sangrienta y costosa incursión

...