ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

DIVIAN COMEDIA CANTO IV EL INFIERNO


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2012  •  595 Palabras (3 Páginas)  •  366 Visitas

Página 1 de 3

Suscríbase Acceso Contáctenos

Ensayos de Calidad, Tareas, MonografiasEnsayos Gratis

Español / Divina Comedia Canto 4

Divina Comedia Canto 4

Ensayos Gratis: Divina Comedia Canto 4

Ensayos de Calidad, Tareas, Monografias - busque más de 438.000+ documentos.

Enviado por: moliqueso 07 noviembre 2012

Tags:

Palabras: 559 | Páginas: 3

Views: 15

Leer Ensayo Completo

Suscríbase

El infierno canto 4

Rompió el profundo sueño de mi mente un gran trueno, de modo que cual hombre que a la fuerza despierta, me repuse; la vista recobrada volví en torno ya puesto en pie, mirando fijamente, pues quería saber en dónde estaba.

En verdad que me hallaba justo al borde del valle del abismo doloroso, que atronaba con ayes infinitos.

Oscuro y hondo era y nebuloso, de modo que, aun mirando fijo al fondo, no distinguía allí cosa ninguna.

«Descendamos ahora al ciego mundo --dijo el poeta todo amortecido -: yo iré primero y tú vendrás detrás. » Y al darme cuenta yo de su color, dije: « ¿Cómo he de ir si tú te asustas, y tú a mis dudas sueles dar consuelo?» Y me dijo: «La angustia de las gentes que están aquí en el rostro me ha pintado la lástima que tú piensas que es miedo.

Vamos, que larga ruta nos espera. » Así me dijo, y así me hizo entrar al primer cerco que el abismo ciñe.

Allí, según lo que escuchar yo pude, llanto no había, mas suspiros sólo, que al aire eterno le hacían temblar.

Lo causaba la pena sin tormento que sufría una grande muchedumbre de mujeres, de niños y de hombres.

El buen Maestro a mí: «¿No me preguntas qué espíritus son estos que estás viendo? Quiero que sepas, antes de seguir, que no pecaron: y aunque tengan méritos, no basta, pues están sin el bautismo, donde la fe en que crees principio tiene.

Al cristianismo fueron anteriores, y a Dios debidamente no adoraron: a éstos tales yo mismo pertenezco.

Por tal defecto, no por otra culpa, perdidos somos, y es nuestra condena vivir sin esperanza en el deseo. » Sentí en el corazón una gran pena, puesto que gentes de mucho valor vi que en el limbo estaba suspendidos.

«Dime, maestro, dime, mi señor

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (3.5 Kb)  
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com