Deficit Habitacional

El siguiente informe tiene como finalidad realizar una propuesta de evaluación y solución acerca de la supuesta situación potencial de riesgo, que conllevan las edificaciones construidas y entregadas en los dos últimos años en el país por el ejecutivo nacional, El Instituto Nacional De La Vivienda (INAVI) y el Ministerio De La Vivienda Y Hábitat.

Desde siempre la vivienda en Venezuela ha significado un reto inalcanzable para todos los gobiernos que han tenido en sus manos los destinos de la nación. Hoy en día la situación habitacional en el país se ha convertido en un total reto y de no atacarla como debe ser, en poco menos de 15 años las principales ciudades del país se convertirán en un laberinto impenetrable, altamente susceptibles a movimientos telúricos, erosiones y cambios climáticos.

Actualmente la falta de vivienda es uno de los principales problemas que aqueja a la población. Venezuela presenta un preocupante déficit habitacional de 2.5 millones de viviendas y con el pasar de los años este monto aumenta progresivamente. La carencia de alojamiento apropiado y de calidad de vida urbana, es atribuible a las malas políticas públicas y a la ausencia de políticas sostenibles, al abandono del cuido, renovación y mantenimiento de las ciudades; y a la desaparición de la planificación urbana y formulación, ejecución y cumplimiento efectivo de programas de construcción de viviendas a largo plazo

La difícil situación económica, política y social que afronta el país y la gran explosión demográfica o migración desde zonas rurales a las principales ciudades de Venezuela en los últimos 50 años, ha traído como consecuencia la proliferación desorganizada de las ciudades y degeneración de los espacios públicos, así como también la construcción de los coloquialmente llamados “ranchos”, viviendas improvisadas que carecen de las condiciones mínimas para vivir dignamente.

El sector privado tampoco se salva de la crisis, la demanda habitacional supera con creces a la oferta. La inestabilidad económica del país, la alta inflación, la escasez de materiales de construcción, los conflictos laborales y sindicales, las políticas del gobierno nacional en los últimos 15 años, las innumerables expropiaciones de terrenos y viviendas, las trabas en las alcaldías para otorgar las debidas permisologías, entre otros, han golpeado fuertemente el sector inmobiliario y han producido una elevación considerable de los precios de las viviendas, sumado a la disminución de facilidades y planes de pago, haciéndole más difícil la labor a los Venezolanos de adquirir una vivienda propia a un costo razonable.

Por otro lado a finales del año 2011 se promulgo la Ley para la Regularización y Control de los Arrendamientos de Viviendas, la cual causo un gran impacto en el país y elimino prácticamente por completo el mercado de alquileres de viviendas, agravando la crisis habitacional en el país e incrementando considerablemente los precios y condiciones para adquirir una vivienda propia y/o alquilada.

Bajo todas estas premisas mencionadas anteriormente, y luego del fracaso de todos los planes habitacionales en los últimos 12 años, los

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