ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Democracia Y Crisis De Representacion


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2011  •  3.770 Palabras (16 Páginas)  •  647 Visitas

Página 1 de 16

La democracia representativa contemporánea es el resultado de la evolución de un modelo concebido por oposición a la democracia griega. Si bien su manifestación se ha modificado a lo largo de las diferentes fases de tal tipo de democracia, algunas de las características actuales serían la elección de los gobernantes por los gobernados; la existencia de un cierto margen de maniobra de los representantes en el ejercicio de su función; la libertad de expresión y la formación de la opinión pública, y el hecho de que las decisiones se alcancen mediante debate y deliberación (Manin, 1998). A estos elementos pueden añadirse otros distintivos, tales como la existencia de una división de competencias entre los diferentes poderes del Estado (Przeworski, 1998).

Uno de los elementos definitorios del concepto de representación política es su carácter multidimensional, es decir:

i) La representación como autorización

ii) La representación como responsabilidad

iii) La representación como descripción

iv) La representación simbólica

v) La representación como actuación sustantiva

El análisis de diferentes formas de gobierno representativo muestra que la representación no siempre ha constituido un reflejo de las divisiones sociales. La representación sólo se convierte en reflejo de una situación social particular, cuando una división social supera a las demás y se impone con evidencia como la escisión primordial. Estos fenómenos se presentan bajo un aspecto diferente si se toma conciencia de que el gobierno representativo no ha sido jamás una forma mediatizada de autogobierno del pueblo, no aun en la democracia de partidos.

Según Alcántara, hay una visión de la democracia donde se enfatiza más su capacidad de provocar la participación de la ciudadanía, de estimular debates y deliberación sobre las opciones que enfrenta un país o una comunidad, de proteger los derechos de los individuos y grupos marginales frente a los grupos de poder, de promover la justicia social. Esta perspectiva es diferente a la de una democracia configurada sobre los valores de libertad, igualdad política y el control sobre las políticas públicas y sus hacedores a través del funcionamiento legítimo y legal de instituciones estables.

La democracia es una forma de norma. En una democracia representativa las decisiones son tomadas por representantes electos e implantados por funcionarios designados en quienes los representantes delegan algunas de las tareas de gobierno. Los representantes deciden lo que los ciudadanos deben hacer como lo que no pueden hacer y los coaccionan para que acaten esas decisiones. Ellos imponen el cumplimiento de las normas, aun contra la voluntad de los individuos concernidos. En este sentido ellos mandan.

Es la forma de gobierno fundada en los principios de los representantes de la gente. Los representantes forman un cuerpo predominante independiente (por un período de la elección) cargado con la responsabilidad de actuar en el interés de la gente, pero no como su poder representativo, no necesariamente siempre según sus deseos, pero con bastantes autoridad para ejercitar iniciativa rápida y resuelta frente a circunstancias que cambian. Se pone en contraste a menudo con la democracia directa, donde están ausentes o se limitan los representantes en energía como representantes del poder.

En la democracia representativa, el pueblo delega la soberanía en autoridades elegidas de forma periódica mediante elecciones libres. Estas autoridades en teoría deben actuar en representación de los intereses de la ciudadanía que los elige para representarlos.

En este sistema, el poder legislativo encargado de hacer o cambiar las leyes, lo ejerce en una o varias asambleas o cámaras de representantes, los cuales reciben distintos nombres dependiendo de la tradición de cada país y de la cámara en que desarrollen su trabajo, ya sea el de parlamentarios, diputados, senadores o congresistas. Los representantes normalmente están organizados en partidos políticos, y son elegidos por la ciudadanía de forma directa mediante listas abiertas o bien mediante listas cerradas preparadas por las direcciones de cada partido, en lo que se conoce como elecciones legislativas.

El poder ejecutivo recae en un gobierno compuesto por una serie de ministros, cada uno de ellos encargado de una parcela de gobierno o ministerio, y es encabezado por un jefe de estado, presidente o primer ministro, dependiendo de cada país concreto.

En algunos países como Chile, Argentina, Colombia, Perú, o México, (y en general en la mayoría de países americanos con regímenes democráticos) el jefe de gobierno es elegido directamente por la ciudadanía mediante un proceso electoral independiente del legislativo, es decir, mediante elecciones presidenciales. En otros países como España, Cuba, Reino Unido, Italia o Japón, es elegido de manera indirecta por los representantes de la asamblea, normalmente como culminación de las correspondientes elecciones legislativas.

Todas las democracias modernas son democracias representativas en tanto que resulta inviable un sistema de democracia directa. La democracia y la representación política parecen integrar un binomio indisoluble, en el que ambos elementos se complementan y condicionan recíprocamente. La democracia representativa está contemplada expresamente en la norma constitucional, al definirse la forma de gobierno y establecerse la manera de integrar los poderes públicos de representación popular.

Los representantes son auténticos mandatarios, en tanto que su principal función es la de actuar en nombre y representación de sus poderdantes o representados, en quienes reside esencial y originariamente la soberanía popular. Los retos del marco legal en un régimen representativo y democrático, consisten en asegurar un sistema confiable de elección de los mejores ciudadanos que habrán de convertirse en legítimos representantes populares, así como regular el desempeño de éstos en el ejercicio de sus funciones, en consonancia con las necesidades, los objetivos y la voluntad de la comunidad a la cual representan.

Aún cuando la teoría clásica de la representación alude a que los representantes gozan de fuero constitucional y de un amplio margen de libertad para la manifestación de sus ideas, cierto es también que en la misma norma constitucional y en sus leyes reglamentarias se les impone un régimen de responsabilidades. De igual manera, como poderes públicos, los órganos de representación popular están sujetos a controles intra e interorgánicos, a efecto

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (25 Kb)  
Leer 15 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com