Douglas McGregor

Las teorías X, Y y Z

Douglas McGregor fue un estadounidense que realizo sus estudios en la Psicología Industrial, además de ello fue un personaje ilustre de la escuela administrativa de las relaciones humanas en la mitad del siglo XX. Sus enseñanzas, basadas en la teoría llevada a la práctica y el conocimiento del mundo actualmente prevalecen y son usadas con cotidianidad.

Es importante recordar que McGregor define los estilos de dirección de un líder en función de aquel conocimiento que se tiene del ser humano, en este caso del hombre; para ello contó con una teoría conocida como X y Y, la cual denomina al líder como autoritario o participativo.

Cabe mencionar, que cada miembro de la sociedad ve el mundo de forma diferente, tomando en cuenta que se desenvuelven en contextos diferentes. Por ello, el trato a la misma sociedad se concibe de forma diferente, por ejemplo la dirección de una empresa o compañía.

Cuando un individuo presenta una personalidad donde prevalece el autoritarismo se está comprobando la “Teoría x”, es decir, el mismo actúa con autoridad formal delimitada; como comúnmente tiene ciertas personas a su cargo, señala a cada uno lo que debe hacer y además cómo hacerlo, a partir de ello marca los tiempos de realización del trabajo, es común observar que llegue a dictar normas estrictas a seguir para que de este modo consiga que los trabajadores hagan los esfuerzos necesarios para evitar ser sancionados, a partir de ello se puede deducir que a pesar de prestar un sentido sumamente autoritario existen pequeñas muestras de protección.

En todo tipo de organización donde esté presente un individuo que practica la teoría X debemos identificar que las personas tienen antipatía para el trabajo, la mayoría de la gente debe ser controlada y amenazada con castigos para que se esfuercen en conseguir los objetivos de dicha organización (McGregor, 1994). Él mismo prefiere ser dirigido, así como no asumir responsabilidades que a su vez generan pereza, pero ante todo comúnmente exigirá su seguridad, y todo lo generara con el único fin de asegurar su dinero, es decir, un sueldo.

Cuando los individuos con un cargo primordial presentan actitudes que favorecen una personalidad participativa y democrática, comúnmente buscan proporcionar condiciones para que las personas puedan alcanzar los propios objetivos de la propia empresa (McGregor, 1994). Para ellos es de suma importancia generar confianza, información y sobre todo formación; en este caso facilitando la participación de los empleados en la toma de decisiones, así como en la transacción de los objetivos y en dado caso metas a conseguir. En este ámbito, se confían responsabilidades, cumpliendo así la denominación de la “Teoría Y”. Ante esta situación es importante identificar que las personas tienen la capacidad para autocontrolar su trabajo, para nuevamente conseguir los objetivos que desde un inicio se proponen.

Las dos teorías y/o o modelos, pueden considerarse simplemente como dos actitudes propias de los seres humanos, éstas absolutamente separadas y contrarias; en donde la teoría Y resulta en cierto grado difícil de poner en práctica en grandes actividades; sin embargo, puede desarrollarse de manera inicial en el manejo de encargados y profesionales que cumplan dicha personalidad.

Si dichas teorías se valoran en el ámbito educativo y por consiguiente en aquellas que recaen en el aprendizaje se puede reflejar la actitud del docente o los mismos directivos en el momento de la toma de las decisiones y estrategias empleadas respecto a la práctica del proceso de enseñanza, con base a ello, éstos inciden de un modo directo sobre el ambiente de aprendizaje que se crea en el aula y se encuentran centradas, tanto en las intenciones educativas como en la selección y organización de los contenidos curriculares, la concepción profundas del aprendizaje y el tiempo disponible.

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