Dualismo De La Vida Privada Y La Vida Profesional De Los Docentes

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo hace énfasis en la labor del educador como mediador de los aprendizajes de los estudiantes, a través de los conocimientos previos considerando la diversidad, ya que no todos los ellos aprenden al mismo tiempo ni de la misma forma. Así mismo se resalta el papel de los docentes como reforzadores los valores éticos de la sociedad.

Destaca el compromiso por parte de los docentes de llevar una vida digna que sirva de ejemplo positivo donde quiera que esté.

También se analiza la importancia de la privacidad como un derecho de todo ser humano incluyendo los docentes; se hace diferencia entre los conceptos de intimidad y privacidad los cuales algunas veces se toman como sinónimos equivocadamente.

Por último se establecen las conclusiones a las que se llegaron al finalizar el trabajo.

OBJETIVOS DEL TRABAJO

1. Analizar la influencia que tiene el educador para el desarrollo de conocimiento y su importancia como un agente promotor de los valores en la sociedad.

2. Reconocer el derecho a la privacidad para el educador como un derecho propio de todo ser humano.

3. Valorar la importancia de llevar una vida digna profesional y personal estableciendo una huella positiva en los diferentes contextos donde se desenvuelve el docente.

DESARROLLO

Dualismo de la vida privada y la vida profesional de los docentes

Toda persona que comienza a estudiar o ejerce la carrera docente debe tener bien clara la importancia de su labor como colaborador en el proceso de crecimiento personal y preparación para la vida de los estudiantes.

El educador es el encargado de mediar la adquisición de conocimientos, y de fortalecer los valores, costumbres y formas de actuar.

El convivir con los estudiantes, entenderlos, tener paciencia, el darles cariño y comprensión, eso alienta a los docentes a ser mejores profesores, amigos y compañeros de los estudiantes, con ello se convierten en pilares para la formación de nuevas generaciones dentro de las aulas y fuera de ellas.

El educador ha de ser capaz de investigar y reflexionar acerca del efecto transformador del trabajo educativo que realiza con los estudiantes, la familia y la comunidad, en función de extraer el máximo provecho a las potencialidades de estos, así como llevar a cabo soluciones para los problemas de la práctica cotidiana derivados de sus acciones de investigación.

Estas características indican que el educador ha de tener conciencia de su condición de personas en construcción permanente de su ser, de un constante mejoramiento, con derecho a equivocarse, pero con interés por aprender y asumir su rol en la dirección del proceso educativo, educadores de mente abierta dispuestos a un análisis constante de su quehacer para perfeccionarlo cada día.

La función social del educador, adquiere una importancia trascendental, puesto que actúa sobre la conciencia de sus educandos, por tanto, además de los conocimientos, hábitos y habilidades como profesional, debe poseer cualidades y rasgos del carácter que le permitan cumplir la alta misión de forjar la personalidad de las nuevas generaciones.

Ante tal responsabilidad, es evidente que la esencia del verdadero docente, no radica solamente en la cantidad de conocimientos o en las técnicas didáctica para la enseñanza que aplique, sino principalmente, en la formación humana que demuestra en todo los actos de su vida, aquí radica la importancia de la ética en la vida personal y profesional del educador, más allá de cualquier apego ideológica, religioso o carisma en particular.

Con el propósito de hacer conciencia en el educador sobre la influencia de sus actos en la sociedad el Estatuto Civil en su Título II, Capítulo II, Artículo 57 , inciso l, indica que todo educador tiene el deber de: “ Observar, dentro y fuera del plantel, una conducta acorde con los principios de la moral y las buenas costumbres” . Es decir debe haber una coherencia de acciones positivas tanto a dentro como fuera de las instalaciones educativas donde se labore.

Los escenarios pedagógicos propicios para la formación de personas felices deben estar enmarcados en un contexto de amor, de valores, de conocimiento y de experiencias significativas. Estas cualidades sólo las ofrecen docentes que las posean y las transmitan. Un docente de alto nivel debe capacitarse y actualizarse académicamente, está inmerso en los avances tecnológicos, saber de actualidad social pero preservar y practicar los valores aprendidos desde la escuela tradicional. Cabe recordar que el buen ejemplo vale más que un gran discurso.

No obstante, el educador como ser humano no está exento a equivocarse. Lamentablemente en nuestro país, la figura del educador ha estado ligada a una serie de problemas relacionados con los principios morales y valores que coexisten en una sociedad y que no se pueden ocultar ni negar abiertamente, convirtiéndose en muchas ocasiones, en una figura a la vista de todos, afectando su familia, trabajo, relaciones y su imagen.

Por otro lado, el educador como trabajador no deja de ser persona y por consiguiente goza de todos los atributos de la personalidad reconocidos universalmente en los diversos tratados sobre los derechos del hombre. “Hay una parte de la existencia humana que, necesariamente, tiene que mantenerse individual e independiente y que queda, por derecho, fuera de toda competencia social"(Baroja, 2011, pag.1). Esta parte es la que involucra la privacidad del educador.

Según (wikipedia.org, n. f) “La privacidad puede ser definida como el ámbito de la vida personal de un individuo que se desarrolla en un espacio reservado y debe mantenerse confidencial”.En otros documentos es sinónimo de intimidad sin embargo destacaremos que no son lo mismo.

El término intimo viene de intimus, superlativo latino que significa "lo más interior". De acuerdo con Baroja (2011)”La intimidad corresponde entonces al ámbito psicológico e inconmensurable del individuo, comprende su personalidad, sus valores morales y religiosos, sus tendencias sexuales y amorosas, sus

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