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EL DIVORCIO COMO HECHO SOCIAL Y JURÍDICO.


Enviado por   •  27 de Octubre de 2012  •  2.490 Palabras (10 Páginas)  •  1.972 Visitas

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EL DIVORCIO COMO HECHO SOCIAL Y JURÍDICO.

En el matrimonio no debe haber pasos para atrás, sino para adelante…

En el divorcio no solo debe tratarse el marco jurídico, existen otras áreas que deben ser tratadas con mayor énfasis y profundidad, como serian las relativas a lo social, económico, religioso y psicológico entre otras.

La tradicional estabilidad de las familias mexicanas se enfrenta a una tendencia ascendente del divorcio y la separación conyugal que a su vez, está siendo acompañada por un cambio de la edad promedio en que las mujeres se divorcian o se separan. Los fenómenos de divorcio y separación ocurren a edades más Jóvenes en las mujeres. Esta tendencia se observa a nivel nacional, pero sobre todo en la región norte

Partiendo del entorno actual del materialismo, consumismo y pérdida de valores, resulta muy simplista que los jóvenes de hoy, al tomar la decisión de casarse llevan bien grabado la idea de que si no les va bien en su matrimonio, se divorcian y borrón y cuenta nueva. Al igual muchas parejas con algunos o muchos años de casados, también están optando por el divorcio para terminar con sus problemas matrimoniales, con un crecimiento escandaloso, como lo demuestran las estadísticas del INEGI , en donde se sitúa al estado de Baja California junto con Morelos, Distrito Federal y Tabasco en los primeros lugares en divorcios en México al momento de la última encuesta.

Al investigar sobre el tema hemos encontrado causas y efectos del divorcio, por tanto hay que hacer conciencia que este no es la mejor solución para resolver ni acabar con los problemas que se dan en la vida matrimonial.

Casi todas las parejas atraviesan crisis y diferencias. Lo importante es no negar que existen los problemas y hacerles frente en su momento y con deseos por parte de los dos de solucionarlos.

La comunicación es uno de los pilares básicos en los que se apoya toda relación y es sorprendente ver cuántas parejas carecen de habilidades para comunicarse de forma adecuada, dando lugar a malas interpretaciones de los hechos.

En nuestra sociedad es común hablar del divorcio, es una realidad que afrontamos cotidianamente y se concibe como “la mejor solución” para los problemas de cualquier tipo en el ámbito conyugal. Lo dicho lo sostienen, lo aceptan y recomiendan muchas personas: casados, solteros, profesionales, entre otras. Lo cierto es que cada vez son más quienes promueven el divorcio, unos basados en lo que oyen, en lo que leen, en lo que ven en la televisión o revistas: tal es el grado, que el divorcio se considera como una solución mágica a cualquier problemática matrimonial, pero la mayoría de los promotores de este término, emiten juicios demasiado superficiales y sin bases solidas.

Si se realizara un estudio serio de la problemática surgida por el divorcio, habría una reducción de casos a los que verdaderamente se les pudiera aplicar la separación, pues las consecuencias son transcendentales y afectan tanto a los cónyuges, sus hijos y las familias de ambos y, por ende, a la sociedad entera por la desintegración familiar que conlleva.

Debido a que la gente adapta su conducta, de manera más o menos regular, a las prescripciones legales. Pareciera que las leyes fueron hechas a partir de sentimientos e inclinaciones más comunes entre hombres. Se observa esta situación con mayor frecuencia en las relaciones entre particulares, de donde brota espontáneamente la convivencia social. Y es aquí donde entra el marco legal a regular el fenómeno social llamado divorcio.

Partiendo de la semántica de la palabra divorcio y de acuerdo con el Doctor Jorge Mario Magallón Ibarra (maestro de la UNAM), en un estudio que realizo sobre el mismo tema, dice que “la palabra divorcio encuentra su etimología en la palabra divertere, que entraña que cada cual se va por su lado”. Por consiguiente el divorcio deja sin efecto el matrimonio celebrado con anterioridad y en la libertad o posibilidad, de ambos involucrados, de contraer otro.

En nuestro derecho se reconocen varios modos de disolver el matrimonio (al igual que causales de divorcio). El primero es la muerte (de carácter natural), por lo que al acaecer uno se los cónyuges, por lógica, el que le sobrevive queda libre del vinculo matrimonial. Continuaremos con los de naturaleza judicial como disolución por nulidad (ilegitimidad por ineficacia e invalidez), se presenta cuando el matrimonio fue celebrado sin respetar los impedimentos de este; por ejemplo: cuando existe minoría de edad entre los cónyuges, matrimonio entre consanguíneos, por mencionar algunos. El divorcio voluntario es el que solicita la pareja ante el Juez de lo Familiar, este divorcio procede cuando tienen hijos menores de 18 años o los cónyuges son menores de edad, también cuando están casados por sociedad conyugal y no se ponen de acuerdo sobre cómo repartir los bienes. El divorcio necesario se promueve a petición de uno de los cónyuges ante el Juez de lo Familiar y es necesario que tenga alguna de las siguientes causas: adulterio comprobado, que el marido le proponga a la esposa que se prostituya, que uno de los cónyuges obligue al otro a cometer un delito, si alguno padece alguna enfermedad incurable o contagiosa, es decir, alguna circunstancia o situación comprobada que haga forzosa la separación matrimonial. Otros más es el divorcio administrativo que se realiza ante un juez del registro civil, bajo los requerimientos de no tener hijos y haber estado casado por lo menos un año, así como el consentimiento de ambos.

Una vez mencionado lo anterior, es importante mencionar que lo relevante dentro del tema del divorcio corresponde a las repercusiones que contrae tanto en el ámbito emocional, psicológico, social; dicho de otra manera todo lo concerniente a la parte vivencial del proceso. Sumando el aspecto legal y sus consecuencias. Comenzando por la afectación que este provoca a los conyugues en diversos aspectos: psicológico, económico, religioso, sexual, social y jurídico.

En lo psicológico cuando una pareja se divorcia desde antes que se entregue el acta de disolución matrimonial, se comienza con una transformación emocional. Sentimientos de venganza, odio y resentimiento por lo sufrido, por una o ambas partes, se hacen presentes. El individuo se encuentra ante un papel (sentencia de divorcio) que puede ser interpretado como una incapacidad para saber convivir con otra persona, entre muchas otras apreciaciones que sin duda pueden terminar ante un cuadro poco alentador para los seres que se divorcian. Estas apreciaciones no pretenden ser alarmistas, sino llamados de atención para aquellos que han tomado tan a la ligera la palabra divorcio. Tan importante

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