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EL NIÑO PREESCOLAR Y LOS VALORES


Enviado por   •  27 de Febrero de 2013  •  1.667 Palabras (7 Páginas)  •  1.873 Visitas

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EL NIÑO PREESCOLAR Y LOS VALORES

A los maestros, junto con los padres, nos toca la gran responsabilidad de guiar al niño, paso a paso, de tal manera que él vaya interiorizando las reglas y las diferentes formas de relacionarse con sus compañeros y con los adultos, para que él se vaya dando cuenta de lo que es la sociedad y el rol que él tiene en ella.

La ética es la ciencia que tiene como objetivo investigar y explicar determinados comportamientos de las personas desde la perspectiva de sus normas morales, no necesariamente de juzgar la conducta de las personas desde la perspectiva moral.

Mientras que, la educación moral se encarga de la formación o manera de ser que se requiere del hombre, de su manera de pensar y de actuar. La podemos lograr tratando temas relevantes que significan controversia o cuando existen conflictos de valores, de manera autónoma y libre si es que queremos formar personas autónomas.

Es necesario que se preste mucha atención al currículum de educación moral y no tomar nada más en cuenta los aspectos cognitivos y de socialización.

Nosotros como maestras debemos tener como objetivo el desarrollo de la autonomía en nuestros niños. No se trata nada más de inculcar valores, sino propiciar su desarrollo moral para que ellos sean capaces de distinguir entre lo bueno y lo malo, lo que es correcto y lo que no lo es.

Debemos motivar a nuestros alumnos para que tengan la libertad de expresar sus inconformidades y manifestar sus convicciones. Por supuesto que esto no quiere decir que le vamos a permitir que haga lo que quiera, ellos deberán aprender a obedecer determinadas reglas, a disciplinarse ya seguirlas, de acuerdo a la libertad moral. Se trata de obedecer reglas que se han creado para el bienestar de la sociedad y que consisten en obligaciones y prohibiciones para todos.

No se trata de que nos limitemos a transmitir conocimientos, debemos formar personas autónomas y libres, esa es la meta principal de la educación preescolar.

Piaget, en su libro El Criterio Moral del Niño, nos dice que la razón moral se va formando como resultado del desarrollo cognitivo y de las relaciones interpersonales, es decir que conforme el niño va madurando y de acuerdo a lo que vaya percibiendo a través de su interacción con los demás, él la va adquiriendo. Esto significa que no tiene mucho que ver con lo que decimos los adultos, si no con lo que hacemos.

Llegó a la conclusión de que hay dos tipos de moral, una basada en la coerción y otra en la cooperación y que las dos están encadenadas evolutivamente y son etapas sucesivas.

Piaget nos dice que el desarrollo de la autonomía moral significa que vamos construyendo valores morales que nos permiten distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo.

La manera en que nosotros nos relacionemos con nuestros niños, marca la diferencia, si las establecemos por medio del miedo y el respeto únicamente hacia el maestro sería una presión heterónoma, pero si nos relacionamos con ellos de manera cooperativa y donde el respeto sea recíproco, entonces desarrollaremos la moral autónoma.

Nos recomienda a los maestros que deben acepta r los valores y normas elaboradas por los niños, a ponerlos a trabajar en equipo, a motivar a sus alumnos a resolver problemas, descubrir alternativas y a intercambiar ideas

En nuestro salón de clases debemos de crear un ambiente basado en el respeto mutuo, donde el niño pueda opinar y dar puntos de vista que el maestro aprecie y acepte, aunque sean muy diferentes a los suyos. Debemos permitir que nuestros niños tomen decisiones y motivarlos para que expresen sus puntos de vista, ayudándolos conciliar sus desacuerdos, sin importar quién tiene la razón.

Turiel dice que brinda muy buenos resultados que a la hora de planear la educación moral de los niños, les demos la oportunidad para que ellos puedan distinguir la diferencia entre la moralidad y la convención

Debemos, en todo momento, buscar estrategias para que ellos solucionen sus problemas con un sentido de justicia, donde haya intercambio de maneras de pensar y ellos aprendan a llegar a acuerdos y a la solución de problemas entre ellos mismos, ayudándolos a preguntar y a buscar respuesta a las problemáticas que se presenten en la vida cotidiana, de tal manera que vayan aprendiendo a respetarse, a ser honestos y en especial a ser solidarios, la base de la convivencia humana. Si nosotros trabajamos esto con los niños, también estamos estimulando muchas otras áreas como son la afectiva, el lenguaje, habilidades sociales y su desarrollo cognoscitivo.

Los niños cuando son más pequeños sólo se preocupan por las consecuencias de sus actos, no le dan importancia a sus intenciones, pero conforme va creciendo se va haciendo más responsable y va entendiendo las reglas con juicios de responsabilidad subjetiva.

KOHLBERG por su parte, afirma que el niño de 3 años no es capaz de asumir el roles, sin embargo puede hacerlo a partir de los 6, cuando tiene la capacidad de ponerse en lugar de otro. Este es el punto de partida para el juicio moral.

El niño pequeño piensa que lo que el percibe o lo que desea es la realidad. Para poder liberarse de su egocentrismo tiene que desarrollarse cognitivamente y así lograr comprender que lo físico y lo social son dos mundos diferentes. Tiene que estar en el nivel de las operaciones concretas

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