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ESTRATEGIAS PARA LA ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA LECTURA Y ESCRITURA


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2013  •  7.194 Palabras (29 Páginas)  •  560 Visitas

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 3

ESTRATEGIAS 5

Estrategias de Comprensión en Lectoescritura 5

Técnicas de la Lectoescritura 6

LECTURA 7

Importancia de la Lectura 8

ESCRITURA 8

Niveles de Construcción de la Escritura 10

Maduración 11

Nivel de Maduración intelectual 12

Maduración y Ejercicio 13

¿Es necesario el Aprestamiento para la Lecto-Escritura? 14

¿Qué Método seguir? 15

Comprensión Lectora 19

Primer Nivel: Pre-Silábico 19

Segundo Nivel: Silábico 20

Tercer Nivel: Silábico – Alfabético 20

Cuarto Nivel: Alfabético 21

El proceso de la "enseñanza" de la escritura 21

CONCLUSIONES 28

REFERENCIAS 29

INTRODUCCIÓN

Es bien sabido que una de las necesidades prioritarias de la educación infantil, primaria e incluso secundaria, es el desarrollo de técnicas de apoyo para los trastornos que los alumnos presentan en la lectura y la escritura, aprendizaje básico que condiciona en gran medida el rendimiento óptimo en la casi totalidad de la materias curriculares.

El lenguaje juega un papel importante en la vida y en el proceso educativo. No sólo influencia en cómo las personas interactuamos con los demás sino también en qué y cómo los estudiantes aprenden o dejan de aprender en todas las materias escolares y durante su vida. Por lo tanto, la enseñanza del lenguaje no sólo debe significar la enseñanza de este, sino, principalmente, preparar a los alumnos para que puedan comunicar y comprender mensajes en todas las formas del lenguaje.

Los estudiosos de la adquisición y desarrollo del lenguaje establecen que como las cuatro habilidades del lenguaje (escuchar, hablar, leer y escribir) están interrelacionadas y cada una de ellas facilita el desarrollo de las demás, estas habilidades deben de ser enseñadas en conjunto.

Dentro de las cuatro habilidades, la lectura y la escritura están muy relacionadas y se apuntan entre sí en el proceso de aprendizaje, por lo cual los métodos modernos procuran enseñar juntas las estrategias de lectura y escritura. Sin embargo, considerando que la mayoría de estudiantes tiene mayor dificultad con la reproducción del lenguaje escrito, aun cuando han aprendido muchas reglas de ortografía y gramaticales, tienen problema para usar la escritura como una manera de expresar significados en diferentes situaciones, y como una herramienta para el aprendizaje nos centraremos en la enseñanza de la escritura para lo cual se han se han considerado las observaciones e investigaciones realizadas por los métodos Whole Language, Organizador Semántico y Seikatsu Tsuzurikata, métodos desarrollados por Goodman, Pehrsson y Robinson; y educadores japoneses respectivamente.

En este apartado se plasma la experiencia del aprendizaje – enseñanza inicial de la lecto- escritura, los conceptos y las definiciones de las mismas, se centran en el aprendizaje según el contexto. Hace memoria del cómo y para qué el aprendizaje de la lecto – escritura.

Por otro lado, se recomienda los procesos indicados para la adquisición del conocimiento de los signos, símbolos, representaciones metales entre otros, que permiten una viabilidad efectiva del aprender y enseñar la lectura y escritura.

La enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura ha sido motivo de constante interés y preocupación por parte de estudiosos de esta temática. Sin embargo, en cuanto al contexto escolar, podemos decir que ambos procesos han ocupado un lugar insignificante y confuso en la práctica y teoría educativa. Así, la enseñanza de la lectura y la escritura presente en el Programa de Lengua y Literatura de la Primera etapa de Educación Básica, está concebida en términos instrumentales, en un marco formalista y sintáctico que responde sobre todo a un modelo de aprendizaje lógico, incapaz de resolver las urgencias del contenido cualitativo de la asignatura.

Básicamente, se reincide en exigir al niño el dominio de la mecánica del proceso lecto-escritor, el reconocimiento de letras y palabras, la pronunciación correcta de fonemas y la reproducción de textos, que han conformado los propósitos fundamentales de la enseñanza y el aprendizaje en este campo del saber.

ESTRATEGIAS

Son todas aquellas técnicas y métodos de enseñanza que selecciona el maestro para exponer a los estudiantes con la intención de que reciba, Internalice, modifique y evalúe las experiencias de aprendizaje a las cuales se confronta. Las estrategias contestan la pregunta: ¿cómo lo voy hacer?

Ejemplos:

• Trabajo Cooperativo

• Aprendizaje basado en problemas (PBL)

• Enseñanza individualizada

• Integración de la tecnología

• Instrucción directa, indirecta e interactiva

• Aprendizaje basado en experiencias

• Estudio Independiente

• Enseñanza directa de destrezas

Nota: En educación, las estrategias representan el marco para el proceso enseñanza. Dentro de las estrategias se tienen los métodos y dentro de los métodos, las técnicas. Por ejemplo, las clases enmarcadas dentro del trabajo cooperativo (estrategia) se pueden llevar a cabo utilizando como medio el inquirir (método), utilizando las técnicas de demostración y laboratorio. Es importante establecer que existen diversas combinaciones de estrategias, métodos y técnicas. Por otro lado, las estrategias y los métodos se pueden intercambiar entre sí, dependiendo cómo se utilicen.

Estrategias de Comprensión en Lectoescritura

Las estrategias de comprensión lectora son: anticipaciones o predicciones, inferencias, paráfrasis y conclusiones.

• Anticipaciones: Adelantar o deducir el contenido de una lectura o su final.

• Inferencias: Deducir un significado que está implícito en el texto.

• Paráfrasis: Explicar el contenido del texto con nuestras propias palabras.

• Conclusiones: Criterio final que se emite como resultado de un tema discutido.

Técnicas de la Lectoescritura

Permiten obtener destreza y habilidades para el dominio de la lecto-escritura. Estas son:

• Rayado: Se trazan diversos tipos de línea para aligerar la mano.

• Garabateo: Se trazan garabatos para adquirir fácil movilidad en la mano.

• Dibujo: Se forman figuras mediante el trazado de los tipos de línea.

• Pintura: Uso del dibujo y el color para expresarse y comunicar sus ideas.

• Lectura oral: Se lee un texto en voz alta, audible al grupo.

• Lectura silenciosa: Se lee en silencio, con plena concentración en el texto.

• Lectura rápida: Se pasa la mirada en forma veloz por las líneas del contenido del texto para obtener una visión general del mismo.

• Lectura exploratoria: Se realiza una revisión anticipada de los textos para conocer si los contenidos son los deseados.

• Lectura comprensiva y crítica: Se hacen observaciones sobre el contenido del texto. Se emiten criterios de valor sobre algunos aspectos importantes.

• Lectura recreativa: Se disfruta la lectura y se siente placer por el contenido del texto leído.

• Lectura analítica: Se describen y comparan aspectos básicos sobre el contenido del texto. Se emiten juicios de valor sobre éstos.

• Copia: Se escribe exactamente igual el contenido de un texto leído, seleccionado según la deficiencia detectada para superarla por medio de una escritura textual.

• Dictado: Se escribe un texto oral que dicta el docente. Luego, se lee lo escrito. También, estudiante dicta mientras el docente escribe; después el educando lee el texto: es el dictado interactivo.

• Composición libre: el niño o niña dibuja y pinta una escena; luego, produce un texto escribo alusivo a esta. Lo lee y explica su significado.

• Adivinanza: El niño o niña lee una adivinanza; escribe la respuesta o la dibuja. Es un acertijo que tiene que descifrar. Se guía por las pistas.

• Trabalenguas: Lectura rápida de un párrafo, escrito deliberadamente sin que se le trabe la lengua al pronunciar las palabras.

LECTURA

Leer es un acto de pensamiento que implica una intensa movilización cognitiva para interpretar y construir el sentido de la lectura, en una permanente interacción entre el lector y el texto, que requiere, también, la intervención de la afectividad y las relaciones sociales. Leer no es, entonces, un simple proceso de decodificación de un conjunto de signos; no es una tarea mecánica, leer es comprender: el sentido del mensaje, quién escribe, para quién escribe, para qué lo hace, qué quiere comunicar... Enseñar a leer es más que enseñar el código lingüístico y sus mecanismos de articulación, lo más importante es entender el lenguaje escrito como otra forma de expresarse, otra forma de “decir” las ideas, de manifestar lo que se quiere. Aprender a leer es llegar a comprender que la lectura transmite mensajes.

Según Ralph Staiger, "la lectura es la palabra usada para referirse a una interacción, por lo cual el sentido codificado por un autor en estímulos visuales se transforman en sentido de la mente del autor" . Por otro lado, Isabel Solé define: "leer es un proceso de interacción entre el lector y el texto, proceso mediante el cual el primero intenta satisfacer los objetivos que guía a su lectura"

Importancia de la Lectura

Leer es esencial para una educación popular liberadora, de transformación personal y de la realidad. La «lectura de la realidad» requiere de eficientes habilidades lectoras para: mantenerse informado, conocer, ubicarse, comprender e interpretar el entorno, sus situaciones de inequidad y exclusión, para así asumir un compromiso por la transformación. Se debe hacer de los niños lectores críticos, capaces de leer e interpretar los mensajes expresos y los subyacentes, para no ser solamente “consumidores pasivos” como decía Freire.

ESCRITURA

Al igual que la lectura, la escritura tiene su definición propia y su procedimiento. Según el Dic. Español Moderno, "escribir" es: "representar ideas por medio de signos y más especialmente la lengua hablada por medio de letras"; "figurar el pensamiento por medio de signos convencionales"; "la escritura es la pintura de la voz"

A partir de ésta definición se puede decir que la escritura como una forma de expresión y representación prescrita por medio de signos y códigos que sirven para facilitar, y mejorar la comunicación. Este varía según al grupo social donde se practica, además va ligado juntamente con el lenguaje pertinente, por medio de la diversidad en cuanto al uso de las materiales naturales y artificiales.

El niño que aprende a escribir debe percibir primero que a cada expresión del lenguaje oral le corresponde una representación gráfica, así a cada fonema le corresponde una grafía pero, también, existen otros signos o símbolos que se utilizan en esta representación, como: las tildes que representan la fuerza con que se pronuncian algunos fonemas, los signos de interrogación y exclamación que representan determinadas entonaciones que se usa al hablar, las comas y puntos que representan las pausas, los espacios en blanco entre palabras que representan el final de un término y el inicio de otro... Ir enseñando esto de manera integral y no de manera aislada, mostrarlo en textos completos, usarlos desde el inicio en la producción de textos, ayuda a que el niño entienda la escritura como el sistema que registra el habla y que, tal como ocurre con el lenguaje oral, el lenguaje escrito sirve para comunicar lo que se quiere decir.

Lo más importante, entonces, en el aprendizaje inicial de la escritura no es aprender las “letras” sino aprender el sentido (comunicar) y el mecanismo (representar) del lenguaje escrito; junto con ello se va aprendiendo el trazo de las grafías y su mecanismo de articulación, pero siempre partiendo de un contexto significativo que tiene que ser un mensaje.

La Lectura y Escritura

Función e Importancia, Niveles del Desarrollo Cognoscitivo del Niño

Actualmente, se considera que leer y escribir son habilidades del desarrollo mismo del lenguaje, que no se aprenden aisladamente sino en un proceso integrado. Así como se aprende a hablar en un proceso constructivo personal, en interrelación con los demás, no a partir de reglas, del mismo modo la lectura y la escritura responden a un proceso similar de construcción del lenguaje escrito.

Una situación cotidiana que enfrenta un niño pequeño que está en el proceso de aprender es el uso del lenguaje oral. Cuando dice por ejemplo “Se ha rompido...” y la mamá le explica “Se dice roto, no rompido”, el niño aprende, en la práctica, que hay excepciones en la formación de las palabras que emplea usualmente”. De igual modo, los “errores” que comete inicialmente cuando aprende a leer y a escribir, se deben a sus construcciones, a las generalizaciones que está elaborando.

Con la acción mediadora del docente se percata de ellos, corrige y ajusta sus “reglas”. Las reglas del mensaje oral las ha ido aprendiendo sistemáticamente, a través de múltiples experiencias, de manera empírica, con muchos referentes a su disposición; en cambio, el lenguaje escrito es un aprendizaje totalmente nuevo para él, las reglas son más complejas, casi no tiene experiencias previas ni referentes de los que guiarse. La lectura le será, en todo caso, más cercana que la escritura, ya que probablemente ha tenido oportunidad de que alguien le haya leído cuentos y de decodificar, él mismo, símbolos y signos frecuentes en la vida cotidiana; por otro lado, la lectura ofrece menor dificultad cognitiva y motora que la escritura por lo que es frecuente observar que la mayoría de niños domina antes la actividad de leer que la de escribir.

Sin embargo, el aprendizaje y ejercicio debe darse de manera simultánea, no es posible esperar a que los niños lean para recién empezar a escribir. Como podemos comprobar, la lectura y la producción escrita se desarrollan paralelamente; para escribir se necesita leer y releer continuamente, por lo que no existen espacios solamente para leer o solamente para escribir.

Niveles de Construcción de la Escritura

Emilia Ferreiro y seguidores, basándose en la teoría de Piaget, demostraron, que antes de ingresar al primer grado, los niños tienen ya información sobre el sistema de la lengua escrita, sobre todo en zonas urbanas donde existen variadas posibilidades de tomar contacto en la vida cotidiana con diversas manifestaciones del lenguaje escrito. Por ejemplo, cuando ven leer a otras personas, cuando les leen cuentos, cuando observan letreros comerciales o informativos, en las marcas de productos de consumo familiar, al ver en la televisión o cine, películas con subtítulos, al observar u hojear revistas, periódicos, libros y todo tipo de material impreso. Este contacto con el lenguaje escrito permite descubrir la relación directa entre los sistemas oral y escrito, así como su utilidad.

Maduración

El aprendizaje de la lecto-escritura es un proceso de carácter complejo ya que su dominio no se agota en la tarea mecánica de codificación y decodificación, tal como ya se ha señalado. El proceso requiere que el niño haya alcanzado determinados niveles de maduración con respecto a tres factores que intervienen, estos son: desarrollo de la psicomotricidad, de la función simbólica y de la afectividad.

La primera se refiere a la maduración general del sistema nervioso, expresada por la capacidad de desplegar un conjunto de actividades motrices; la segunda, a la maduración del pensamiento en su función simbólica, como para comprender, o al menos sentir, que la escritura conlleva un sentido y transmite un mensaje, lo que requiere también de un determinado nivel de desarrollo del lenguaje; y la tercera se refiere a la madurez emocional que le permita no desalentarse ni frustrarse ante el esfuerzo desplegado para lograr los automatismos correspondientes a esas primeras etapas. Múltiples investigaciones señalan que este nivel se logra alrededor de los 6 años de edad cronológica, siempre que se hayan realizado actividades preparatorias, ya que la maduración no sólo depende de la edad cronológica o mental. Estas primeras experiencias deben darse siempre en un clima lúdico y de creatividad ya que la presión de padres o profesores, ansiosos y competitivos, pueden crear formas deficientes y contraproducentes, tanto en las destrezas que se espera lograr como un rechazo por una actividad que al niño le puede resultar difícil y sin sentido.

El comienzo de la etapa escolar es vivido con gran ilusión por niñas y niños, a lo que se suma muchas veces la exigencia de algunos padres que esperan resultados a muy corto plazo, pero es al maestro al que le corresponde evaluar la situación y determinar el inicio y ritmo del proceso, teniendo en cuenta que es preferible esperar a que el niño alcance la madurez que requiere. Por otro lado, diversas investigaciones realizadas demuestran que aunque los niños muestren interés por aprender a leer a temprana edad y logren hacerlo, esto no garantiza que en el futuro haya una diferencia notable entre sus logros y el de los niños que inicien este aprendizaje después. Lo que sí puede marcar diferencias es introducirlos en la lecto-escritura sin contar con los pre-requisitos necesarios, lo que, además de perjudicar el propio proceso de aprendizaje, puede perjudicar su autoestima, confianza y seguridad en sí mismo.

Nivel de Maduración intelectual

Cuando el niño se inicia en el proceso de la escritura debe haber alcanzado un grado de madurez biopsicosocial, evolutivamente ajustado a los niveles del desarrollo del niño.

Por otro lado, la realidad de la población escolar es que no todos los niños que ingresan a primer grado han participado en programas de Educación Inicial, ya sea porque no existen suficientes CEI o porque muchas familias desconocen o no valoran las ventajas de la estimulación brindada en el proceso de aprestamiento y lo que significa para el desarrollo integral del niño; por ello, es necesario que al inicio del año escolar, en primer grado, se destine un tiempo para realizar un diagnóstico sencillo de los niveles de madurez alcanzados por niñas y niños, para ajustar la programación a la realidad constatada. Si bien existen algunos cuestionarios o tests que evalúan los niveles de maduración o disposición de los niños, lo más frecuente, en la práctica cotidiana, es que los educadores empleen procedimientos basados en sus propias observaciones. Lo importante es construir instrumentos y llevar un registro real y preciso sobre el desempeño de los niños en las áreas que comprende el programa de aprestamiento. La educación inicial potencia y desarrolla muchas habilidades de los niños preparándolos para la escolaridad, entre ellas las relacionadas con la lectoescritura, a este aspecto de la formación se le denomina aprestamiento para la lectoescritura.

Maduración y Ejercicio

El desarrollo de la inteligencia, implica procesos naturales o espontáneos; en este sentido pueden ser utilizados y acelerados por la educación familiar o escolar, pero no se derivan de ellas, sino que, por el contrario, constituyen la condición previa y necesaria de toda enseñanza (cf. los oligofrénicos: las mejores formas de educación no son suficientes para hacer aparecer la inteligencia de la que están desprovistos). El carácter espontáneo del desarrollo operatorio viene atestiguado por los estudios comparados que se han hecho en varios países (por ejemplo: se ha advertido en las retenciones operatorias de los niños analfabetos de las zonas rurales iraníes y en los sordomudos un ligero retraso sistemático, pero menor que en los ciegos).

Por tanto, se podría suponer que las operaciones intelectuales constituyen la expresión de coordinaciones nerviosas elaborándose en función de su propia maduración orgánica. En efecto, la maduración del sistema nervioso sólo está terminada al nivel de los 15 o 16 años y, en consecuencia, parece evidente que juega un papel necesario en la formación de las estructuras mentales, aunque ese papel sea muy mal conocido.

Sin embargo, una condición necesaria no es siempre suficiente y es fácil mostrar que la maduración no es el único factor en juego en el desarrollo operatorio; la maduración del sistema nervioso se limita a abrir posibilidades excluidas hasta ciertos niveles de edad, pero falta actualizarlas y eso supone otras condiciones, la más inmediata de las cuales es el ejercicio funcional ligado a las acciones.

La prueba del carácter limitado del papel de la maduración es que, si los estadios de desarrollo se suceden siempre en el mismo orden, así como sus subestadios, lo que muestra perfectamente el carácter “natural” y espontáneo de su desarrollo en secuencias (siendo cada uno necesario para la preparación del siguiente y para el final del precedente), por el contrario, no corresponden a edades absolutas, y según los distintos medios sociales y la experiencia adquirida se observan aceleraciones o retrasos. Por ejemplo, los psicólogos canadienses han puesto de relieve retrasos que llegan hasta cuatro años, desde el punto de vista de nuestras experiencias operatorias, en niños de la Martinica cuya escolaridad primaria es la del programa francés.

¿Es necesario el Aprestamiento para la Lecto-Escritura?

Se entiende por “aprestamiento” a los ejercicios preparatorios para la lecto-escritura. Este período es fundamental y necesario para aprender a leer y escribir en un proceso fluido y exitoso, siendo los más importantes:

a) Desarrollo del movimiento, que debe llevar al niño desde la exploración hasta el control del ambiente.

b) Psicomotricidad integral progresiva, empezando por los segmentos más gruesos que son aquellos que se encuentran más cerca del tronco (brazos) hasta llegar a los extremos (mano, dedos).

c) Estimular las funciones básicas: esquema corporal, orientación espacial y temporal, percepción táctil, visual y auditiva, memoria y lenguaje (expresivo y comprensivo).

d) Contenidos relativos a la escritura (formas básicas, vocales).

e) Lograr trazos finos organizados en sistemas coordinados y precisos.

Si bien el aprestamiento es un proceso largo, que se desarrolla de manera integral en toda la educación inicial, debe retomarse de manera específica y sintética en la primera etapa de primer grado, antes de iniciar el proceso de aprendizaje de lecto-escritura.

¿Qué Método seguir?

Lo primero que habría que decir es que todos los métodos conducen al aprendizaje de la lecto-escritura; algunos más rápido que otros, con mayor o menor dificultad, con mayor o menor trabajo para el niño y para el docente. La siguiente pregunta es: ¿Da lo mismo, entonces, emplear cualquier método? La respuesta a esta pregunta es: NO, no da lo mismo. La diferencia radica en la significación que puede adquirir el proceso de aprendizaje para el desarrollo del niño. No se puede hoy seleccionar un método con el único criterio de lograr efectividad en la destreza de la lecto-escritura, ya que hay muchos otros criterios que contemplar. Sin embargo, lo que puede resultar peor es no emplear ningún método, no tener criterios claros sobre la secuencia y los procesos, no dosificar adecuadamente el grado de dificultad que se le propone a los niños en las actividades que se programan, improvisando, cogiendo materiales y estrategias de uno y otro lado y usarlas sin saber por qué ni para qué.

La evolución de los conceptos de enseñanza y de aprendizaje, iluminados con los aportes de la psicología del aprendizaje, nos indican que los procesos educativos son más ricos y favorables al desarrollo de la persona en la medida en que superen el simple memorismo, mecanicismo o el adiestramiento y que potencien, simultáneamente, la capacidad de pensar, de construir saberes y de integrar habilidades y conocimientos previos con nuevos como de una ciencia con otra (interdisciplinariedad). Esto nos lleva a decidirnos por un método para la enseñanza de la lecto-escritura que cumpla con estas condiciones.

Por otro lado, el aprendizaje de la lecto-escritura es probablemente el primer aprendizaje formal y sistemático más importante que adquieren los niños en la escuela. Este proceso o «manera de aprender» se convierte en un modelo o referente para otros procesos que irán desarrollando a lo largo de la escolaridad, por lo que nos parece vital seleccionar un método que relacione el saber con su valor para el enriquecimiento personal, que fomente la percepción del aprendizaje como una actividad reflexiva y creativa más que mecánica.

Si se emplea para el aprendizaje de la lecto-escritura un método puramente operativo, como el ALFABÉTICO-SILÁBICO tradicional, el niño pierde la posibilidad de adquirir, junto con las destrezas de leer y escribir, otros aprendizajes mucho más significativos. El método que se propone es el GLOBALIZADO-FONÉTICO, cuya conveniencia y sus principales estrategias se explican a continuación:

• El método propuesto es globalizado, lo que quiere decir que no trabajamos con letras ni sílabas aisladas. Tal como se viene diciendo, el lenguaje es una herramienta de comunicación y su aprendizaje se hace más fácil cuando se valora su necesidad. Los niños quieren aprender a escribir porque quieren “comunicar” mensajes, quieren saber cómo se escribe su nombre, el de sus amigos, quieren “decir” cosas por escrito. Aprender letras sueltas no satisface esta necesidad, lo mismo pasa con las sílabas y las familias silábicas que se usan en el método tradicional. Si queremos que aprendan a leer y escribir, para que puedan comunicarse a través del lenguaje escrito, tenemos que enseñar a partir de mensajes con sentido.

• La mínima unidad con sentido completo, es decir, que constituye un mensaje, es la oración. De allí que cuando introducimos a los niños en el aprendizaje de la lecto-escritura debemos partir de oraciones. Es obvio que no aprenderán todas las grafías de golpe, de una sola vez, las iremos enseñando y practicando una por una, pero ubicadas en un contexto significativo: oraciones y palabras. Se muestra a los niños oraciones o textos completos breves (párrafo, poesía, adivinanza...) para fijar luego la atención en la grafía que se desea trabajar. Dicha grafía no se trabaja tampoco sola, siempre dentro de una palabra o una oración. Hasta que no tengan un repertorio más o menos variado de grafías trabajadas no importa que la caligrafía de las otras no sea perfecta, las irán consolidando con la práctica, lo importante es que vayan entendiendo que en ese conjunto de signos dice: “.......” y que esa palabra lleva la grafía que acaba de aprender. El maestro tiene siempre la posibilidad de buscar palabras que combinen las grafías que se han ido aprendiendo para facilitar y reforzar los aprendizajes.

• Es fonético porque en lugar de aprender el nombre de las letras del abecedario “ele”, “eme”, “pe”... los niños aprenden su sonido (fonema), o sea /l/, /m/, /p/, ya que en el habla usamos una sucesión de sonidos para articular las palabras, no el nombre de las letras. Esto induce a ir asimilando la idea de estructuración, integración, asociación, enlace, que es la idea de fondo del proceso de comunicación: los sonidos o las letras no tienen ningún sentido propio, adquieren sentido en la medida en que se enlazan unos con otros para formar palabras y oraciones que sí tienen sentido porque comunican ideas o mensajes. Los sonidos (fonemas) y las letras (grafías) organizados y articulados formando palabras y sólo tienen sentido en la medida que se asocian a una idea. El lenguaje es una herramienta que sólo tiene valor en la medida que sirve para estructurar mensajes que comuniquen algo. Con el método globalizado-fonético, aunque los niños no están en capacidad de razonar este aprendizaje, van asimilando de manera inconsciente y empírica.

• Por otro lado, este método ayuda a descubrir el sentido del lenguaje escrito, que no es sino la representación gráfica del lenguaje oral. A cada sonido, tono o inflexión que usamos al producir mensajes orales, le corresponde algún signo gráfico al escribir. Los niños van asimilando que el lenguaje escrito es otra forma de expresarnos, al punto que existen, además de las letras, otros signos que sirven para graficar lo que decimos. Si quiero expresar ese tono especial que doy a mi mensaje cuando pregunto, lo hago a través de los signos de interrogación; el tono de sorpresa o cualquier otro énfasis, a través de los signos de exclamación; la duda o suspenso, con los signos suspensivos; los silencios breves entre palabras con un espacio en blanco, el tono de declinación al final de una oración con el punto. El niño empieza a asimilar que escribir es, de alguna manera, “dibujar” con signos convencionales lo que se habla, se dará cuenta y empezará a valorar la necesidad de contar con más recursos para expresarse por escrito.

Es oportuno decir que estos aprendizajes se irán dando poco a poco, de manera empírica (pues no se trata de desarrollar, con los niños que aprenden a leer y escribir, un curso de teoría del lenguaje), en el momento que surgen las dudas y dificultades, o cuando es necesario emplear estos signos en la producción de textos. El niño que aprende con el método fonético está listo para acoger y comprender el uso de todos los signos del lenguaje escrito, de manera natural, cuando los necesita, y no como un sistema aislado cuyo uso se da conforme a reglas; así será más fácil que los incorpore a su propio sistema de escritura, como una herramienta vinculada a sus necesidades de comunicación.

El método globalizado-fonético que propone Fe y Alegría para la enseñanza de lecto-escritura requiere trabajarlo desde el enfoque personalizado porque se propone que cada sujeto logre su autonomía, perfeccionando su capacidad de dirigir su propia vida y de participar, según sus características peculiares, en la vida comunitaria y en el desarrollo de su comunidad. La educación personalizada concibe la educación como un proceso centrado en la persona en su relación con el mundo y su actitud frente a la vida.

Comprensión Lectora

La comprensión es el proceso de elaborar el significado por la vía de aprender las ideas relevantes del texto y relacionarlas con las ideas que ya se tienen: es el proceso a través del cual el lector interactúa con el texto. Sin importar la longitud o brevedad del párrafo, el proceso se da siempre de la misma forma. Ésta es también una habilidad que se irá desarrollando progresivamente a lo largo de los años. Sus desempeños van desde la identificación de información explícita en el texto hasta la interpretación inferencial, crítica y valorativa de mensajes expresos y subliminales.

Cuando el niño diferencia el dibujo de la escritura comienza a representar por escrito lo que quiere comunicar, empleando al principio signos arbitrarios; a medida que se apropia del código escrito convencional su escritura cambia hasta emplear las letras del alfabeto. Estas formas sucesivas de representación escrita se denominan los niveles de construcción de la escritura. Estos niveles son presilábico, silábico, silábico–alfabético y alfabético.

Primer Nivel: Pre-Silábico

Este nivel comienza cuando el niño descubre la diferencia entre el dibujo y la escritura. Cuando relaciona que el dibujo es la representación de las características del objeto y la escritura es algo diferente. Al principio “escriben” empleando garabatos y letras yuxtapuestas con una libre interpretación.

Características de la escritura

• Diferencia el dibujo de la escritura.

• Reconoce que las cadenas de letras son objetos sustitutos que representan nombres de objetos del mundo, personas, animales, etc.

• Escribe en una línea horizontal de izquierda a derecha, empleando signos arbitrarios. No crea nuevas formas o signos.

• Se concentra en las palabras como globalidad. No percibe la relación entre los signos del lenguaje escrito y los sonidos del lenguaje oral.

Segundo Nivel: Silábico

En este nivel el niño fortalece su “conciencia fonológica”, comienza la asociación entre sonidos y grafías, se pregunta por qué determinadas letras son necesarias para “decir” una palabra y no otras, para explicarlo formula la hipótesis silábica que es el primer intento para resolver el problema de la relación entre el todo, la cadena escrita y las partes constituyentes, las letras.

Características de la escritura

• Establece correspondencia entre el sonido silábico y su grafía. Representa una sílaba con una grafía.

• Continúa usando las hipótesis de cantidad y variedad.

• Busca diferencias gráficas en los escritos porque “dos cosas diferentes no se pueden escribir igual”.

Tercer Nivel: Silábico – Alfabético

Es un período de transición por lo que es una etapa híbrida, en la que los niños combinan la hipótesis silábica con inicios de la hipótesis alfabética.

Características de la escritura

• Escribe partes de la palabra según el nivel silábico, otras tienen correspondencia alfabética, por lo que algunas grafías representan sílabas y otras representan ya fonemas.

• Usa grafías convencionales, pero también espontáneas. A veces representa las consonantes con cualquier grafía, pero las vocales siempre con la grafía correspondiente.

Cuarto Nivel: Alfabético

Surge cuando los niños han comprendido la naturaleza de nuestro sistema de escritura al hallar la relación de una letra para cada fonema.

Características de la escritura

• Establece correspondencia entre fonema – grafía (sonido – letra).

• Usa las grafías convencionales.

• Se puede comprender lo que escribe.

El proceso de la "enseñanza" de la escritura

Muchos autores afirman que la lectura y escritura deben ir unidos, porque ambos se dan gradualmente e interactúan en el proceso de enseñanza -aprendizaje. A partir, de ésta experiencia personal, considero que la escritura es el resultado del aprendizaje de la lectura, o sea, el reconocimiento de las letras: signos, símbolos, representaciones, entre otros. Es decir, cuando el niño conoce y reconoce los signos y símbolos, procede a expresar en forma escrita. Plasmando con su mano de tinta a papel. Para escribir necesariamente, debe tener una coordinación de motricidad fina; sensorio – motora, en la coordinación de sus sentidos; visomotora, la coordinación específica entre su visión – táctil. Para tal procedimiento se propone el siguiente método de aprendizaje de la escritura:

Paso 1. Coordinación sensorio motora

Paso 2. Ejercicios de manipulación de lápiz

Paso 3. Caligrafías

Paso 4. Ejercicios de copias de figuras, signos y códigos.

La lecto - escritura se concibe como la forma de comunicación más compleja que posee el hombre y vehículo por excelencia de registro de las variaciones culturales y técnicas de la humanidad.

Para Tsvétkova, (citado por Pardo, 1977), la lectura es un proceso que tiene mucho en común con la escritura y que a la vez se distingue de ella en muchos aspectos. Mientras que la escritura va desde la representación de la expresión que procede anotar, pasa por su análisis sónico y termina en el recifrado de los sonidos (fonemas) en letras (grafemas), la lectura comienza por la percepción del conjunto de las letras, pasa por su recifrado en sonidos y termina con la identificación del significado de la palabra. Tanto la escritura como la lectura son procesos analíticos - sintéticos que comprenden el análisis sónico y la síntesis de los elementos del discurso.

ESCRITURA LECTURA

Aparece la idea en la mente Papel con grafías

Se genera una secuencia inicial de imágenes o palabras relacionadas Recifrado de las letras en sonidos

Representación de la Idea en Oraciones y Palabras Análisis Sónico

Análisis Sónico Identificación del Significado de la Palabra

Recifrado de los sonidos en letras Se genera una secuencia inicial de imágenes relacionadas con las palabras

Graficado en el papel Comprensión de la idea transmitida

Por su parte, Studdert - Kennedy (citado por Pardo, 1987) expresa que los estudios sobre el habla y la escritura se enfrentan a una paradoja: las discretas unidades de la representación escrita de una producción no pueden aislarse en su cuasi - continua estructura articulatoria y acústica. Es posible resolver la paradoja, señalando que las unidades de la escritura (ideogramas, signos silábicos, letras alfabéticas) son símbolos para estructuras discretas, perceptivo - motoras, de control neural, estrechamente enlazadas en el habla y la escucha.

Sawyer y Butler (citado por Pardo, 1991) explican que al adquirir la competencia para leer construimos sobre bases ya disponibles (LENGUA) en el sistema primario del discurso hablado: la fonología, o estructura del sonido de la lengua que incluye sílabas y fonemas; la sintaxis, o conjunto de reglas que gobiernan el ordenamiento secuencial de las palabras en frases y oraciones; y la semántica, o sistema de significado que se adhiere a las anteriores como una consecuencia de las experiencias en una variedad de contextos. Todas las tres dependen de las capacidades y funcionamiento de la memoria a corto y largo plazo para su desarrollo y refinamiento. Adicionalmente, el puente entre el habla y la impresión gráfica, o las tareas de establecer las correspondencias entre sonido / símbolo al comienzo de las trazas para la lectura -no solamente desde las competencias fonológicas y la memoria-, también dependen del descubrimiento de que las palabras están hechas de partes muy pequeñas y aislables. Este conocimiento es a menudo referido como segmentación auditiva, que es un aspecto de la conciencia metalingüística.

Vellutino (citado por Pardo, 1977), en su revisión de un rango de estudios investigativos, que consideraban la ejecución de los lectores deficientes en varias clases de tareas de procesamiento, concluyó que los trastornos en el procesamiento fonológico, sintáctico o semántico del lenguaje, o cualquier combinación de éstos, probablemente contribuían para las severas dificultades que muchos de los niños experimentan al adquirir la lectura. Estas hipótesis en el déficit verbal han ganado un considerable respaldo en los pasados años, desde una amplia variedad de reportes de estudios.

Cabe resaltar que tal déficit puede resultar de una de dos condiciones: 1) experiencias inadecuadas con el lenguaje, como consecuencia del limitado acceso al discurso para la comunicación o solución de problemas; o 2) dificultades en el procesamiento neurológico, que provocan un retardo o desorden en el lenguaje.

El lenguaje es una facultad de la mente humana con base en la cual se codifica o descodifica un mensaje. Tal facultad se operacionaliza mediante una estructura neuropsicológica que está conformada por una red de alta complejidad de mecanismos y centros nerviosos especializados genéticamente en:

• La organización de la producción y el reconocimiento de las cadenas sonoras del habla,

• Las reglas que gobiernan el ordenamiento secuencial de las palabras en frases y oraciones; y

• El sistema de significado que se adhiere a éstas como consecuencia de las experiencias cotidianas y la interacción social del individuo en una variedad de situaciones comunicativas.

Por medio de la actividad didáctica, percibida no aisladamente, sino inscrita en el contexto anterior, se trascienden los niveles puramente sensoriales, perceptivos y psicomotrices-privilegiados casi siempre en la enseñanza de la lectura y la escritura, al abordar desde unos presupuestos teórico- críticos la formación del pensamiento, sentimientos, actitudes y valores del ser que aprende. Aceptamos que es necesario encontrar medios más eficaces, en sentido creador, para incentivar el interés del niño por utilizar el lenguaje como herramienta que le lleve a desarrollar sus potencialidades en relación a las demandas sociales. Por consiguiente, no podemos plantearnos la enseñanza de la lectura y la escritura, simplemente como una tarea de habilidad técnica, sino que hemos de valorarla como proceso que facilita la comprensión del mundo y como recurso en la adquisición de conocimientos, más que simple actividad mecánica.

Al respecto afirma Vygotsky:

“Parece evidente que el dominio de este complejo sistema de signos no puede realizarse de modo puramente mecánico y externo, sino que más bien es la culminación de un largo proceso de desarrollo de determinadas y complejas funciones de la conducta del niño, únicamente si se comprende toda la historia de la evolución de los signos en el pequeño y el lugar que en ella ocupa la escritura, puede uno acceder a una solución correcta de la psicología de la escritura.” (Vygotsky, L., S., 1978. p. 160).

La primera tarea de una investigación científica en el campo de la Didáctica de la Lengua, es preocuparse por el referente cultural que sustenta la lectura y la escritura en los niños a fin de descubrir qué es lo que lleva a los pequeños a leer y a escribir y cuál es la relación de ese marco experiencial con el aprendizaje escolar. La opinión de P. Freire es que:

“La lectura del universo antecede a la lectura de la palabra y, por eso, la lectura de ésta no puede prescindir de la continuidad de la lectura de aquél. Lenguaje y realidad están unidos dinámicamente. La comprensión del texto que se obtiene por la lectura crítica implica la percepción de las relaciones entre el texto y el contexto” (Paulo Freire., 1984. Correo de la UNESCO, febrero. p. 29).

Partiendo de lo anterior podemos decir que el gusto por la lectura y la escritura no es innato ni tampoco deriva de la repetición de experiencias. Aunque en algunos casos parece instintivo, la influencia de las relaciones sociales y de las condiciones del contexto histórico (organización social, familia, medios de comunicación, etc.) es determinante. Al acceder al material impreso, los niños buscan en los libros información (gráfica, ilustrada, iconográfica) vinculada con su mundo vivido o relacionada con los recursos que le ofrece su entorno.

Existe una serie de aspectos que inciden en el proceso lecto-escritor, como por ejemplo, el factor lingüístico. El niño que llega a la escuela es hablante de su lengua, tiene un conocimiento del lenguaje, conoce cierto vocabulario y ciertas estructuras sintácticas. En sus relaciones sociales aprende muchas cosas, aunque no le sean enseñadas directamente. La lengua escrita vive en el contexto donde el alumno desarrolla sus experiencias, sus saberes, sus valores y sus sentimientos. Por tanto, la lectura y la escritura no son sólo de uso escolar, son un objeto cultural.

Hemos repetido en distintos momentos, que el lenguaje del niño es eminentemente social (no socializado, señala Vygotsky, por cuanto el término “socialización” presupone algo inicialmente no social, que se vuelve así, sólo en el proceso de su cambio y desarrollo). Tal afirmación es básica para comprender la significación del lenguaje en distintos espacios científicos. Se reconoce como problema en la Didáctica de la Lectura y Escritura, la falta de adecuación entre el proceso social natural de aprendizaje del niño y la instrucción que recibe de quien enseña, al no tomar en cuenta el aprendizaje de las relaciones sociales e imponer un control arbitrario desde afuera, empleando materiales didácticos desactualizados y/o rutinarios en los cuales está ausente el lenguaje que el niño utiliza y materializa en su interactuar cotidiano.

Un nuevo paradigma de la Didáctica de la Lengua debiera asentarse en la búsqueda de los fundamentos de la comunicación, del uso comunicativo, de la relación entre lenguaje y pensamiento, en el análisis del discurso verbal y escrito, pues todo ello ha de ser considerado contenido teórico y pedagógico en un nuevo estilo de enseñanza y aprendizaje de la lengua.

De acuerdo con Lerner y Muñoz (1986), existen dos concepciones respecto del aprendizaje de la lengua escrita: la concepción tradicional (asociacionista o conductista) y la concepción constructivista. Éstas suponen ciertas características del niño y del aprendizaje. Así, la concepción tradicional plantea que:

- El aprendizaje es un proceso de asociación, una simple relación estímulo-respuesta.

- El aprendizaje está subordinado a la enseñanza.

- La maduración es el aporte del sujeto al aprendizaje.

- Los actos de escritura y de lectura son procesos de decodificación.

- El aprendizaje de la lecto-escritura es el resultado del aprendizaje de una serie de habilidades aisladas.

- El aprendizaje de la lectura pasa por dos etapas: la primera implica la decodificación de sonidos y símbolos; la segunda implica la comprensión.

La concepción constructivista, por su parte, propone que:

- El sujeto, con sus conocimientos previos, competencia lingüística y experiencias, constituye el centro del proceso de aprendizaje.

- La cooperación entre participantes es un factor fundamental para la construcción del conocimiento.

- Las situaciones de aprendizaje propuestas mantienen una estrecha relación con la función social de la lengua escrita.

- El maestro desempeña el papel de facilitador del aprendizaje.

- El aprendizaje de la lengua escrita ocurre en contextos significativos

CONCLUSIONES

• El aprendizaje de la lectura – escritura es de acuerdo donde el niño desarrolla su vivencia.

• Los educadores deben aplicar una variedad de métodos adecuados según el tiempo y espacio en el que se desarrolla.

• Los padres o progenitores deben estimular desde la edad temprana motivándoles hacia la lectura y escritura.

• Los educadores deben tener mayor consideración o tolerancia a los estudiantes, ya que la enseñanza constructiva está basada en el aprendizaje gradual del mismo educando.

• Tanto la escritura y la lectura es un proceso coordinado, gradual y simultaneo en la enseñanza aprendizaje.

REFERENCIAS

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FREIRE P. El Mundo y la Letra. Una Lectura Crítica del Entorno. En: Correo de la UNESCO. Febrero. Año. 1984. pp. 29-31.

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Lerner, D., y Muñoz de Pimentel, M. (1986). La lectura: concepciones teóricas y perspectivas pedagógicas. Caracas, Venezuela: Instituto Pedagógico de Caracas. Trabajo mimeografiado.

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PARDO, Néstor. La Secretaría de Educación y Cultura de La Ceja: Hacia la Excelencia Educativa. Informe al Concejo. La Ceja, Febrero de 1998.

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SAWYER, Diane y BUTLER, Katharine. Early language intervention: a deterrent to reading disability. En: Annals of dyslexia, Vol 41.The Orton Dyslexia Society, 1991.

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