El Grupo Focal Como técnica De Investigación Cualitativa Y Su Relación Con La Lingüística

La investigación cualitativa se considera como un proceso activo, sistemático y riguroso de indagación dirigida, en el cual se toman decisiones sobre lo investigable, en tanto se está en el campo objeto de estudio (Pérez, 1998). Este tipo de investigación se origina en respuesta al paradigma positivista, que se consideraba como el método válido de conocimiento científico. Este nuevo paradigma se configura a partir de diversas perspectivas que la diferencian de la investigación cuantitativa. Al respecto, Pérez (1998) describe cuatro grandes corrientes: la funcional-estructural de la antropología social británica, de cultura y personalización de la antropología cultural americana, la lingüística antropológica, representada por la sociolingüística y la etnociencia, y finalmente la corriente de interacción simbólica o etnometodologìa, desarrollada por sociólogos, lingüistas y fenomenólogos, cuyos fundamentos se basan en la teoría que emerge de los hechos, datos y que tienen relevancia y significado.

La investigación cualitativa se basa en el principio de que todo fenómeno humano para ser comprendido debe ser examinado desde la perspectiva de quienes lo viven, por lo tanto para recoger información se demanda situarse en la perspectiva del investigado. En este sentido, Canales (2006) señala que el conocimiento cualitativo opera como escucha investigadora del habla investigada, lo anterior posibilita la manifestación del habla de la instancia investigada, por lo que desde allí emerge es una estructura, un ordenamiento, una estabilidad reconocible de lo social. En el marco del supuesto básico de este tipo de investigaciones, se requiere para su desarrollo la utilización de técnicas que den cuenta que el investigador entiende el fenómeno desde la forma que el sujeto investigado lo vivencia. En este contexto, Vieytes (2004) indica que los grupos focales se convierten en una práctica de recolección de información en profundidad sobre las necesidades, preocupaciones o percepciones de un colectivo social determinado.

Los grupos focales son definidos por Mella (2003) como entrevistas de grupo, en donde un moderador guía una entrevista colectiva, en la cual un conjunto reducido de personas discute en torno a un tema propuesto por el investigador. El grupo focal es una técnica ampliamente utilizada en diversos estudios de corte cualitativo, que incluyen a las investigaciones lingüísticas. Ahora bien, cabe preguntarse si en el ámbito de los estudios de la lengua los datos generados por este tipo de técnica son validos y confiables por si solo o requieren la complementación con otros métodos. Para intentar resolver dicha interrogante, este ensayo presenta un sustento teórico referido al grupo focal como técnica de recolección de información, y su vinculación con las investigaciones lingüísticas, para finalmente exponer en las reflexiones finales las conclusiones relativas a la problemática.

Alboreda (2008) señala que la reflexión teórica del grupo focal se nutre de diferentes fuentes, al respecto, podría plantearse que cada autor lo justifica teóricamente de manera particular. En este sentido, algunos autores ligados a la investigación cualitativa como Ibáñez (2003) se basa en estructuralismo y el sicoanálisis, Mucchielli (1969) lo justifica desde la sicología humanística, y Morgan (1998) busca trazar una línea de continuidad con el empirismo de Merton (1990).

El grupo focal, por sus elementos constituyentes es un proceso comunicativo. En este contexto, Alonso (1996) enmarca esta técnica en la perspectiva dialógica. Por su parte, Lamiguiz (1994) sostiene que la base dialógica de la producción discursiva resulta evidente porque se da en interrelación con los otros actores y con referencia a las formas y modos de intercambio comunicativo a través de lo cual se presenta una significación social del habla. De esta manera se construye lo humano como lo social, como conversación o diálogo de múltiples voces. El grupo focal, por tanto, avanza en la búsqueda de significados compartidos por sus miembros, quienes se reconocen en esquemas interpretativos en la misma elaboración de significados.

El grupo focal es una buena técnica cualitativa para recolectar y analizar información de manera de dar respuesta a la pregunta de investigación. En este contexto, el objetivo de los grupos focales, desde la perspectiva de Vieytes (2004), es la captación de percepciones y reacciones públicas, es decir, las que una persona está dispuesta a expresar y dar a conocer a extraños. Al respecto, Canales (2006) señala que esta técnica es esencialmente una entrevista focalizada pluri-individual, donde la noción de grupo es reducida a un momento subordinado dentro de un esquema, y la conversación libre también es reducida en forma interna y supeditada a un ordenamiento exterior por el investigador, tanto en los temas como los turnos de habla, en que se expresan un conjunto de relatos de experiencias de varios individuos y en varias dimensiones.

Dependiendo de los propósitos del investigador, y dada la flexibilidad de esta técnica, Mella (2003) sostiene que los grupos focales tienen cuatro usos básicos: identificación de problemas, planeamiento, implementación y monitoreo. En la identificación de problemas los grupos focales son especialmente útiles para las exploraciones iniciales. En este caso, el énfasis del investigador es descubrir problemáticas, las discusiones no son estructuradas, y se pueden levantar hipótesis a partir de los insumos que reportan los participantes. A nivel de planeamiento, el investigador tiene un conjunto de metas definidas, en este contexto, éstas se someten a opinión de los participantes, los que pueden aportar sugerencias útiles para el logro de las metas propuestas. En la implementación de un proyecto, los grupos focales responden a la necesidad de información cualitativa que aporte profundidad y contexto. Y en la etapa de monitoreo, se busca revisar resultados de un estudio, es una forma de retroalimentación para futuras investigaciones.

Desde la perspectiva de Morgan (1998), los grupos focales se planifican en base a tres elementos constitutivos de toda investigación cualitativa, a saber: exploración y descubrimiento, contexto y profundidad e interpretación. En el primer elemento, los grupos focales son utilizados frecuentemente para aprender sobre opiniones y comportamientos de la gente de lo cual se sabe muy poco o nada. El segundo elemento, contexto y profundidad, son dimensiones fundamentales para comprender el trasfondo que existe detrás de las actitudes de las personas. Los grupos focales llegan a estas dimensiones a través de impulsar en los participantes el deseo de investigar las modalidades y formas mediante las cuales ellos son,

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