El Maestro Ignorante

El maestro ignorante

Jacques Rancière

El maestro ignorante, cinco lecciones sobre la emancipación intelectual: ¿el maestro puede enseñar desde su ignorancia?

Este libro publicado por primera vez en 1987, permite que el autor establezca que todos los seres humanos poseen la capacidad de aprender por sí mismos, esta idea se fortalece durante cinco capítulos a través de la argumentación de ‘la igualdad de las inteligencias’, en donde el maestro, juega un papel de emancipador. Por concerniente se obtiene la teoría de la ‘educación universal’, en la que todos podemos aprender como cuando éramos niños, la evidencia de este método sería el objetivo del texto.

Por lo tanto, la tesis central está encaminada según Rancière (2003) a que “todo hombre tiene la capacidad de instruirse solo sin maestro”, esta máxima está apoyada en los siguientes argumentos; los maestros no son necesarios entre la inteligencia del libro y la inteligencia del estudiante, es decir, no se necesita su explicación, aunque defiende su papel como motivador y facilitador para que ellos logren encontrar sus respuestas mediante su propia voluntad ‘emancipación’, por tal razón maestro y alumno poseen la misma inteligencia, aprendiendo uno del otro. Por lo anterior quien quiere puede y todo existe en todo.

Los argumentos que sostienen esta tesis inician con el primer capítulo “Una aventura intelectual”, donde Ranciere narra las experiencias de Jacotot, quien empezó a trabajar en Bélgica por razones políticas, (1814-1830), y fue contratado por la universidad de Lovaína para enseñar francés, sus estudiantes no manejaban esta lengua y él no tenía conocimiento del Holandés, así que dio a sus alumnos el texto Telémaco de Fénelon, que se encontraba en los dos idiomas, sin ningún tipo de ayuda los estudiantes con su voluntad terminaron por hablar y escribir francés, durante este proceso no cabe duda de la importancia del maestro como quien emancipa es decir ‘encerrar a sus alumnos en el círculo de donde podían salir solos’ , opuesto al papel de quien explica.

En el segundo capítulo “La lección del ignorante” Rancière busca evidenciar los procesos de aprendizaje mediante las preguntas ¿qué ves?, ¿qué piensas? Y ¿qué haces?, en relación con el texto, que a su punto de ver es un todo. Este poder que desarrolla el ignorante se convierte en el poder de la igualdad, situación que no se presenta en los métodos tradicionales de enseñanza a los cuales llama (el viejo), en donde la superioridad y la inferioridad dan razón a la desigualdad y “el atontamiento” social, “el ciego hablando a su perro es el apólogo del mundo de las inteligencias desiguales” (p.26).

Siguiendo con el capítulo tres “La razón de los iguales”, se identifica la medida en que las personas pueden creer que los seres humanos son diferentes en su inteligencia, sin embargo, toma la atención y la voluntad como factores para explicar los diversos desenlaces intelectuales. Fortalece a si mismo su teoría que todos los sujetos la poseen de igual manera, pueden obtener los mismos resultados y hacer cualquier cosa, Rancière (2003) afirma “la inteligencia es atención y búsqueda antes de ser combinación de ideas. La voluntad es potencia de actuar según su propio movimiento antes de ser instancia de elección” (p. 32).

En el capítulo cuatro, “La sociedad del menosprecio”, Rancière especifica como la inteligencia se encuentra en unidades intelectuales y estas a su vez se unen bajo una sociedad, donde se establecen superioridades basadas en la desigualdad de las inteligencias, estos seres superiores menosprecian a los inferiores aunque se encuentran atados a ellos. Sumado a esto el poder de la retórica contra la masa.

Finalmente

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