El Principe De Maquiabelo

El Príncipe

Para Maquiavelo hasta ahora la riqueza y el poder son hermanos de sangre que parece que van por diferentes caminos pero siempre van a donde mismo, es decir siempre van agarrados de la mano porque como dice el, son los dos grandes motivos de la conducta humana. Hace mención al principado hereditario, dice que es una dinastía, una forma la cual los habitantes del estado ya están acostumbrados, se podría decir que solo se cambia lo que es la persona, pero no se cambia lo que es la forma de dirigir. Las leyes de la naturaleza, rigen también entre nosotros, la diferencia solo es la manera de las relaciones humanas.

Aquí pues, nos habla de los principados que son hereditarios cuando en ellos impera de tiempo atrás el linaje de una familia, los dominios así adquiridos pueden estar habituados a vivir en libertad, por lo que hay que ganarlos por medio de las armas propias o ajenas, contando con la fortuna y la virtud. Sobre los estados hereditarios, que existe la costumbre del sometimiento al príncipe por linaje, por lo que hay menos dificultad para regirlos y mantenerlos que cuando se trata de principados nuevos.

Surgen las dificultades de los principiados nuevos, cuando el hombre cambia a su señor, creyendo mejorar y esta creencia los impulsa a tomar armas contra él. Aun cuando se tenga un ejército poderoso para tomar una provincia, es necesario contar con el favor de sus habitantes. Se dieron dificultades en diversas épocas y ciudades con respecto a su forma de dirigir el estado.

Tras conocer diversas dificultades, de diversas épocas y ciudades con respecto a su forma de dirigir a su estado, surge una pregunta en el siguiente capítulo de este interesante libro: ¿Por qué el estado no se revelo en contra de sus sucesores, después de la muerte de Alejandro Magno?, bueno yo pienso que la diferencia que existe entre los súbditos que elije cada príncipe, están los que se imponen por autoridad propia, por antigüedad o linaje y están también los de Alejandro Magno que tenía sus súbditos propios, que los reconoce por señores y les tiene una natural afección, mientras en los estados donde se eligen siervos el príncipe goza de mayor autoridad y despotismo.

Otra cosa importante es que nos dice de qué modo deben gobernarse las ciudades o principados que antes de ocuparse por un nuevo príncipe se gobernaban con sus leyes particulares y que son tres las maneras de conservar los estados.

a) Destruirlo

b) Radicarse en el

c) Dejarlo regir por sus leyes, obligarlo a pagar un tributo y estableces un gobierno compuesto por un corto número de personas, para que se encargue de velar por la conquista.

Como ese gobierno sabe que nada puede sin la amistad y el poder del príncipe, no ha de reparar en medio para conservarle el estado, porque nada hay mejor para conservar una ciudad acostumbrada a vivir libre que hacerla gobernar por sus mismos ciudadanos.

Todos los hombres tenemos virtudes, estas nos pueden llevar al buen camino o a fracasar en este, estamos acostumbrados a recorrer senderos que otros ya han recorridos y muchas de las cosas que hacemos son producto de las imitaciones, pero no debemos igualar virtudes de otros porque no sabemos si estas son perjudiciales para nosotros porque la vida lleva un proceso y este nos siempre es el mismo. Es propio del hombre prudente el intentar recorrer los caminos que han seguido ante los grandes hombres, e imitar a quienes han destacado sobre los demás en ejercicio de sus talentos.

Existen otros modos

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