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El Traspatio Escolar


Enviado por   •  15 de Octubre de 2013  •  4.819 Palabras (20 Páginas)  •  1.414 Visitas

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ENSEÑANZA:

DE LA SUBJETIVIDAD A LA INVENCIÓN

María Eugenia Toledo Hermosillo

Introducción

En este capitulo la autora incluye una gran cantidad de anécdotas y vivencias acerca del desarrollo de las experiencias educativas durante la guerra salvadoreña, así como la vida en las aulas -en muy diversas aulas- y de algunas invenciones que han tenido lugar en el ámbito de la ciencia.

Intenta demostrar y argumentar que “la subjetividad es el eje estructurante de la enseñanza que da lugar a la invención”. Analiza también los efectos que tiene la inclusión de la subjetividad en la enseñanza, así como la relación de esta con la invención.

Para esto ha agrupado la subjetividad en tres apartado: a) Las respuestas inesperadas de los niños durante la enseñanza de los contenidos escolares, b) distracción, atención y disciplina durante la enseñanza de los contenidos escolares, c) las imágenes y las palabras de los niños durante la enseñanza de los contenidos escolares.

La subjetividad de los niños:

La subjetividad surge en la guerra y en la paz; en escuelas públicas y privadas; en escuelas ubicadas en zonas de recursos socioeconómicos altos, medios y bajos.

LAS RESPUESTAS INESPERADAS DE LOS NIÑOS

DURATE LA ENSEÑANZA DE LOS CONTENIDOS ESCOLARES.

Durante la década de 1980 en El Salvador, la guerra estaba en su apogeo y el territorio dividido. En los poderes populares locales, hombres y mujeres de todas las edades sobrevivían a los ataques del ejército gubernamental.

En esas circunstancias ocurrieron los hechos que narran las anécdotas siguientes, relatadas por una maestra popular voluntaria de El Salvador:

El año pasado (1985) llegó el alcalde de Berkeley a Chalatenango y se reunió con un grupo de escolares para platicar con ellos

Después de un rato, los niños preguntaron:

¬ -¿Berkeley los niños viven en guerra?-

-No- contestó el alcalde.

Al día siguiente, la maestra, quien había tomado como pretexto la visita del alcalde para enseñar geografía y situar Estados Unidos con respecto a Centroamérica, inició su clase preguntando: ¿Dónde queda Berkeley?” “Los niños de Berkeley viven en el cielo”, -respondió un alumno después de un largo silencio.

Esto pone sobre la mesa respuestas inesperadas para la maestra, quien en su relato también explicaba su sorpresa y su no saber que hacer frente a ellas porque todo lo que estaba realizando era una actividad de repaso de los contenidos de aprendizaje que había enseñado a los niños durante días anteriores. Para ella lo previsible era, entonces, recibir respuestas relacionadas con geografía y matemáticas.

Sin embargo, esos niños no podían responder así porque vivían y enfrentaban cotidianamente la guerra y lo que ella significa.

En este ejemplo, la subjetividad mueve a los alumnos del lugar de los contenidos enseñados por la maestra, y los hace responder en otro registro.

El sujeto no se ubica en el mismo eje que la inteligencia, la virtud, a excelencia o la perfección.

En consecuencia, el sujeto responde en un registro que no es el de los contenidos de aprendizaje, ni el del conocimiento institucionalizado por la educación ni por el de la lógica de las disciplinas. Responde desde el lugar de su subjetividad y en el preciso momento “el sujeto está descentrado con respecto al individuo”. Por eso es excéntrico y “escapa a cualquier condicionamiento individual”. Ahí, en su excentricidad, se ubica lo inesperado e imprevisible de las de los niños porque ése es el lugar de la subjetividad.

Ver al sujeto desde esta perspectiva hace posible advertir que la subjetividad también se pone en juego en situaciones en las que la violencia no se presenta de manera tan explicita y brutal como en la guerra.

Entre los ejemplos que menciona la autora encontramos varias situaciones donde la formación cultural y personal de los niños influye a la hora de externar sus respuestas, así como la redacción o la forma de cuestionar, los contenidos a abordar y su repercusión en las vidas de los niños, es decir si el contenido se relaciona con la experiencia del niño inevitablemente este tendrá una posición acerca de él derivada de sus conocimientos empíricos, resultando en esas respuestas inesperadas que no por ello son respuestas equivocadas o absurdas; pues en ellas interviene un conocimiento distinto.

Calificar de incorrectas o absurdas dichas respuestas significa, en realidad descalificarlas, de modo que esto desautoriza al niño para responder a partir de lo que puede pensar, leer, decir, escribir o elegir de los contenidos de aprendizaje que le enseña el maestro.

Pensar muy bien la situación antes de descalificar una respuesta pone a la enseñanza en un lugar en el que propicia condiciones para que el niño haga algo con sus respuestas “equivocadas” o “absurdas” a fin de producir otra cosa que, además, le permita reconocer y apropiarse de los contenidos de aprendizaje.

DISTRACCIÓN, ATENCIÓN Y DISCIPLINA

DURANTE LA ENSEÑANZA DE LOS CONTENIDOS ESCOLARES

La distracción se convierte en un problema relacionado generalmente con lo que se califica como flojera, desorden, indisciplina, irresponsabilidad o falta de respeto hacia el maestro.

El siguiente ejemplo nos coloca en un ángulo distinto para mirar la distracción de otra manera;

En un salón de segundo grado de primaria de la ciudad de México, los niños de cada fila se van formando para que la maestra les revise y corrija el dictado que acaban de hacer. Los niños deben volver a sus lugares y repetir las palabras que escribieron incorrectamente. Tres de ellos, en lugar de hacerlo, están muy entretenidos observando ilustraciones en diccionarios distintos, uno de los cuales es más grande que los otros dos.

-¡Mira éste lo que puede hacer!- dice uno de los niños al tiempo que muestra un dibujo a los demás.

-¡éste es un trasbordador espacial!- ¡mira, trasbordador espacial! –Interviene otro niño-

-¡Y este!- dice el tercero, al tiempo que muestra un dibujo.

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