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Ensayo Desarrollo Endogeno


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2012  •  3.220 Palabras (13 Páginas)  •  325 Visitas

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RESUMEN

El desarrollo endógeno y la competitividad territorial se han enmarcado como estrategias de desarrollo para los venezolanos para la construcción del “Socialismo del siglo XXI” Por lo tanto, el último tiene hoy en día generar un conjunto de inversiones destinadas a la consolidación de la economía nacional; nace debido a la falta de argumentos para la formación y desarrollo de conciencia política y económica del pueblo Venezolano, es necesario que la información se despliegue cada vez más en tiempo real en nuestros medios de comunicación masivo, alternativos y comunitarios para el debate de las ideas, la producción, circulación y utilización de los recursos en defensa de nuestra soberanía e identidad nacional, podemos decir, que es uno de los pilares fundamental que nos sirve como base para el fortalecimiento del desarrollo endógeno, creando vínculos entre sectores que permitan mantener el máximo de valor añadido, valorizar el entorno, y establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo.

Competitividad Territorial:

Tiene como objetivo la ampliación del desarrollo territorial rural sostenible que le permitirá un fortalecimiento institucional y la adopción de un concepto de economía territorial debe llevar a un replanteamiento del concepto de competitividad. Un aporte significativo en esta dirección ha sido efectuado por la iniciativa LEADER, que al plantear el concepto de competitividad territorial, señala cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio, a saber: la competitividad social; económica; ambiental; y la global. Un elemento central a esta noción de competitividad es el concepto de “proyecto de Territorio”, un “proceso destinado a hacer adquirir a los agentes locales y a las instituciones cuatro capacidades: la capacidad de valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga el valor añadido, y, por último, de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo” (Farrellet al., 1999:5). SINOPSIS No. 7 – Julio, 2003.

A partir de este enfoque es necesario decir que, la competitividad territorial es la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia (promoción y atracción de inversiones), que le permitan alcanzar, sostener y ampliar una determinada posición o participación en los mercados globalizados, a través de redes que los interrelacionan como medio transformador que genera el mejoramiento social, constituyéndose en un espacio que brinda pautas para la definición de políticas de desarrollo nacional e internacional.

Departamento Nacional de Planificación (Abril de 2009) Fuente: Reunión de Trabajo Interregional (Lima, 10-11 de febrero del 2003).

Competitividad Territorial:

Tiene como objetivo la ampliación del desarrollo territorial rural sostenible que le permitirá un fortalecimiento institucional y la adopción de un concepto de economía territorial debe llevar a un replanteamiento del concepto de competitividad. Un aporte significativo en esta dirección ha sido efectuado por la iniciativa LEADER, que al plantear el concepto de competitividad territorial, señala cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio, a saber: la competitividad social; económica; ambiental; y la global. Un elemento central a esta noción de competitividad es el concepto de “proyecto de Territorio”, un “proceso destinado a hacer adquirir a los agentes locales y a las instituciones cuatro capacidades: la capacidad de valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga el valor añadido, y, por último, de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo” (Farrellet al., 1999:5). SINOPSIS No. 7 – Julio, 2003.

A partir de este enfoque es necesario decir que, la competitividad territorial es la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia (promoción y atracción de inversiones), que le permitan alcanzar, sostener y ampliar una determinada posición o participación en los mercados globalizados, a través de redes que los interrelacionan como medio transformador que genera el mejoramiento social, constituyéndose en un espacio que brinda pautas para la definición de políticas de desarrollo nacional e internacional.

Departamento Nacional de Planificación (Abril de 2009) Fuente: Reunión de Trabajo Interregional (Lima, 10-11 de febrero del 2003).

Competitividad Territorial:

Tiene como objetivo la ampliación del desarrollo territorial rural sostenible que le permitirá un fortalecimiento institucional y la adopción de un concepto de economía territorial debe llevar a un replanteamiento del concepto de competitividad. Un aporte significativo en esta dirección ha sido efectuado por la iniciativa LEADER, que al plantear el concepto de competitividad territorial, señala cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio, a saber: la competitividad social; económica; ambiental; y la global. Un elemento central a esta noción de competitividad es el concepto de “proyecto de Territorio”, un “proceso destinado a hacer adquirir a los agentes locales y a las instituciones cuatro capacidades: la capacidad de valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga el valor añadido, y, por último, de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo” (Farrellet al., 1999:5). SINOPSIS No. 7 – Julio, 2003.

A partir de este enfoque es necesario decir que, la competitividad territorial es la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia (promoción y atracción de inversiones), que le permitan alcanzar, sostener y ampliar una determinada posición o participación en los mercados globalizados, a través de redes que los interrelacionan como medio transformador que genera el mejoramiento social, constituyéndose en un espacio que brinda pautas para la definición de políticas de desarrollo nacional e internacional.

Departamento Nacional de Planificación (Abril de 2009) Fuente: Reunión de Trabajo Interregional (Lima, 10-11 de febrero del 2003).

Competitividad Territorial:

Tiene como objetivo la ampliación del desarrollo territorial rural sostenible que le permitirá un fortalecimiento institucional y la adopción de un concepto de economía territorial debe llevar a un replanteamiento del concepto de competitividad. Un aporte significativo en esta dirección ha sido efectuado por la iniciativa LEADER, que al plantear el concepto de competitividad territorial, señala cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio, a saber: la competitividad social; económica; ambiental; y la global. Un elemento central a esta noción de competitividad es el concepto de “proyecto de Territorio”, un “proceso destinado a hacer adquirir a los agentes locales y a las instituciones cuatro capacidades: la capacidad de valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga el valor añadido, y, por último, de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo” (Farrellet al., 1999:5). SINOPSIS No. 7 – Julio, 2003.

A partir de este enfoque es necesario decir que, la competitividad territorial es la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia (promoción y atracción de inversiones), que le permitan alcanzar, sostener y ampliar una determinada posición o participación en los mercados globalizados, a través de redes que los interrelacionan como medio transformador que genera el mejoramiento social, constituyéndose en un espacio que brinda pautas para la definición de políticas de desarrollo nacional e internacional.

Departamento Nacional de Planificación (Abril de 2009) Fuente: Reunión de Trabajo Interregional (Lima, 10-11 de febrero del 2003).

Competitividad Territorial:

Tiene como objetivo la ampliación del desarrollo territorial rural sostenible que le permitirá un fortalecimiento institucional y la adopción de un concepto de economía territorial debe llevar a un replanteamiento del concepto de competitividad. Un aporte significativo en esta dirección ha sido efectuado por la iniciativa LEADER, que al plantear el concepto de competitividad territorial, señala cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio, a saber: la competitividad social; económica; ambiental; y la global. Un elemento central a esta noción de competitividad es el concepto de “proyecto de Territorio”, un “proceso destinado a hacer adquirir a los agentes locales y a las instituciones cuatro capacidades: la capacidad de valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga el valor añadido, y, por último, de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo” (Farrellet al., 1999:5). SINOPSIS No. 7 – Julio, 2003.

A partir de este enfoque es necesario decir que, la competitividad territorial es la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia (promoción y atracción de inversiones), que le permitan alcanzar, sostener y ampliar una determinada posición o participación en los mercados globalizados, a través de redes que los interrelacionan como medio transformador que genera el mejoramiento social, constituyéndose en un espacio que brinda pautas para la definición de políticas de desarrollo nacional e internacional.

Departamento Nacional de Planificación (Abril de 2009) Fuente: Reunión de Trabajo Interregional (Lima, 10-11 de febrero del 2003).

Competitividad Territorial:

Tiene como objetivo la ampliación del desarrollo territorial rural sostenible que le permitirá un fortalecimiento institucional y la adopción de un concepto de economía territorial debe llevar a un replanteamiento del concepto de competitividad. Un aporte significativo en esta dirección ha sido efectuado por la iniciativa LEADER, que al plantear el concepto de competitividad territorial, señala cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio, a saber: la competitividad social; económica; ambiental; y la global. Un elemento central a esta noción de competitividad es el concepto de “proyecto de Territorio”, un “proceso destinado a hacer adquirir a los agentes locales y a las instituciones cuatro capacidades: la capacidad de valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga el valor añadido, y, por último, de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo” (Farrellet al., 1999:5). SINOPSIS No. 7 – Julio, 2003.

A partir de este enfoque es necesario decir que, la competitividad territorial es la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia (promoción y atracción de inversiones), que le permitan alcanzar, sostener y ampliar una determinada posición o participación en los mercados globalizados, a través de redes que los interrelacionan como medio transformador que genera el mejoramiento social, constituyéndose en un espacio que brinda pautas para la definición de políticas de desarrollo nacional e internacional.

Departamento Nacional de Planificación (Abril de 2009) Fuente: Reunión de Trabajo Interregional (Lima, 10-11 de febrero del 2003).

Competitividad Territorial:

Tiene como objetivo la ampliación del desarrollo territorial rural sostenible que le permitirá un fortalecimiento institucional y la adopción de un concepto de economía territorial debe llevar a un replanteamiento del concepto de competitividad. Un aporte significativo en esta dirección ha sido efectuado por la iniciativa LEADER, que al plantear el concepto de competitividad territorial, señala cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio, a saber: la competitividad social; económica; ambiental; y la global. Un elemento central a esta noción de competitividad es el concepto de “proyecto de Territorio”, un “proceso destinado a hacer adquirir a los agentes locales y a las instituciones cuatro capacidades: la capacidad de valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga el valor añadido, y, por último, de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo” (Farrellet al., 1999:5). SINOPSIS No. 7 – Julio, 2003.

A partir de este enfoque es necesario decir que, la competitividad territorial es la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia (promoción y atracción de inversiones), que le permitan alcanzar, sostener y ampliar una determinada posición o participación en los mercados globalizados, a través de redes que los interrelacionan como medio transformador que genera el mejoramiento social, constituyéndose en un espacio que brinda pautas para la definición de políticas de desarrollo nacional e internacional.

Departamento Nacional de Planificación (Abril de 2009) Fuente: Reunión de Trabajo Interregional (Lima, 10-11 de febrero del 2003).

Competitividad Territorial:

Tiene como objetivo la ampliación del desarrollo territorial rural sostenible que le permitirá un fortalecimiento institucional y la adopción de un concepto de economía territorial debe llevar a un replanteamiento del concepto de competitividad. Un aporte significativo en esta dirección ha sido efectuado por la iniciativa LEADER, que al plantear el concepto de competitividad territorial, señala cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio, a saber: la competitividad social; económica; ambiental; y la global. Un elemento central a esta noción de competitividad es el concepto de “proyecto de Territorio”, un “proceso destinado a hacer adquirir a los agentes locales y a las instituciones cuatro capacidades: la capacidad de valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga el valor añadido, y, por último, de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo” (Farrellet al., 1999:5). SINOPSIS No. 7 – Julio, 2003.

A partir de este enfoque es necesario decir que, la competitividad territorial es la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia (promoción y atracción de inversiones), que le permitan alcanzar, sostener y ampliar una determinada posición o participación en los mercados globalizados, a través de redes que los interrelacionan como medio transformador que genera el mejoramiento social, constituyéndose en un espacio que brinda pautas para la definición de políticas de desarrollo nacional e internacional.

Departamento Nacional de Planificación (Abril de 2009) Fuente: Reunión de Trabajo Interregional (Lima, 10-11 de febrero del 2003).

Competitividad Territorial:

Tiene como objetivo la ampliación del desarrollo territorial rural sostenible que le permitirá un fortalecimiento institucional y la adopción de un concepto de economía territorial debe llevar a un replanteamiento del concepto de competitividad. Un aporte significativo en esta dirección ha sido efectuado por la iniciativa LEADER, que al plantear el concepto de competitividad territorial, señala cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio, a saber: la competitividad social; económica; ambiental; y la global. Un elemento central a esta noción de competitividad es el concepto de “proyecto de Territorio”, un “proceso destinado a hacer adquirir a los agentes locales y a las instituciones cuatro capacidades: la capacidad de valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga el valor añadido, y, por último, de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo” (Farrellet al., 1999:5). SINOPSIS No. 7 – Julio, 2003.

A partir de este enfoque es necesario decir que, la competitividad territorial es la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia (promoción y atracción de inversiones), que le permitan alcanzar, sostener y ampliar una determinada posición o participación en los mercados globalizados, a través de redes que los interrelacionan como medio transformador que genera el mejoramiento social, constituyéndose en un espacio que brinda pautas para la definición de políticas de desarrollo nacional e internacional.

Departamento Nacional de Planificación (Abril de 2009) Fuente: Reunión de Trabajo Interregional (Lima, 10-11 de febrero del 2003).

Competitividad Territorial:

Tiene como objetivo la ampliación del desarrollo territorial rural sostenible que le permitirá un fortalecimiento institucional y la adopción de un concepto de economía territorial debe llevar a un replanteamiento del concepto de competitividad. Un aporte significativo en esta dirección ha sido efectuado por la iniciativa LEADER, que al plantear el concepto de competitividad territorial, señala cuatro componentes que se combinan de manera diferente en cada territorio, a saber: la competitividad social; económica; ambiental; y la global. Un elemento central a esta noción de competitividad es el concepto de “proyecto de Territorio”, un “proceso destinado a hacer adquirir a los agentes locales y a las instituciones cuatro capacidades: la capacidad de valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga el valor añadido, y, por último, de establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo” (Farrellet al., 1999:5). SINOPSIS No. 7 – Julio, 2003.

A partir de este enfoque es necesario decir que, la competitividad territorial es la capacidad de las regiones de promover y atraer inversiones de manera sostenible, producir bienes y servicios con alto valor agregado, realizar acciones unificadas para el desarrollo del capital humano, cultural y social, cuidando el capital natural y medioambiental; de manera que el mayor crecimiento asociado sea sostenible en el tiempo, y genere mayores niveles de vida a su población, en un marco de competencia (promoción y atracción de inversiones), que le permitan alcanzar, sostener y ampliar una determinada posición o participación en los mercados globalizados, a través de redes que los interrelacionan como medio transformador que genera el mejoramiento social, constituyéndose en un espacio que brinda pautas para la definición de políticas de desarrollo nacional e internacional.

Departamento Nacional de Planificación (Abril de 2009) Fuente: Reunión de Trabajo Interregional (Lima, 10-11 de febrero del 2003).

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