Ensayo - La Revolución mexicana

¡Hola!

No sé cómo llamarte, tal vez Daniel, aunque suena muy formal. ¿Te parece si te digo Dany? Aunque quisiera una respuesta directa, simplemente mis nervios e inseguridades, no me permiten acercarme a ti.

No pretendo decírtelo en persona, no porque sea cobarde, sino porque sé que sientes atracción por alguien más. Nunca pensé en alguna oportunidad contigo, pues físicamente me superas, honestamente, eres muy atractivo.  

Una carta parecerá muy anticuada y ridícula, pero es la única manera que considero pertinente para expresar lo que en algún momento comenzó como gusto.

Tu esencia y personalidad emanan felicidad, me siento alegre y serena al verte, un gusto insípido y vago se convirtió en ese amor que nadie puede explicar, en la que yo daría todo por ti, pero al mismo tiempo duele saber que no puedo ni siquiera aproximarme a ti, por muchas causas, seguramente tu pequeño y gran corazón pertenecen a alguien más.  

Este amor anómalo, que no todos lo sienten, y muchos lo confunden con deleites fugaces o pasiones sexuales. Lo más puro y sagrado que puede existir en la vida misma. Amor por otra persona, inexplicable como el origen de todo, arriesgado y atormentador para quien la padece.

Tus ojos claros y perfectos, transmiten resplandor y seguridad, son mi protección en mi soledad y miseria, es la luz del camino que sigo en la obscuridad, tu sonrisa es mi felicidad y tu felicidad mi vida.

¡Estoy enamorada!

Me enamoré de ti. Hace más de un año que te conocí de vista y me dije a mí misma “es un gusto más, como otros”. Sin embargo, en los primeros segundos de haberte visto, me atrajo tu ternura, lo más dulce que había visto, con un instrumento musical contigo y una fruta en la mano, me pareció lo más lindo del mundo, por otra parte, al paso del tiempo me di cuenta del gran ser humano que eres.

Culto e inteligente, un caballero del siglo XXI, hoy en día no existen hombres respetables como tú, eres único como todos los seres humanos, pero eres especial, puesto que no eres del montón, creo que aprecias más el interior que el exterior (espero no equivocarme), supongo que te conozco bien. A veces, investigar sobre tu amor platónico no es acoso, es sólo CARIÑO.

No niego algún pensamiento que haya creado mi memoria, pero es sólo eso, un vago pensamiento de lo que no puede ser posible.

El amor no siempre termina en pareja, muchas veces, es sólo sentimiento de uno, pero la relevancia, es que al individuo que le toque sentirlo sin otra persona a su lado lo mantenga enganchado al alma.

Mi situación es ésta, más claro no puede ser, he explicado mi sentimientos por ti, aunque no todo, pero ya expresé lo que por dentro me está mortificando.

Largas noches de intranquilidad y los días se convierten en mi peor enemigo al saber que estás en la escuela, sin embargo, no puedo estar cerca de tu persona.

Este sentimiento un infierno mortal, pero igualmente es la gloria.

Un amor de lejos, que le pido a la vida no me despoje de él, porque es lo más hermoso que he sentido. No me bastarán las palabras para decir lo tierno y dulce que eres.

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