Escuela Y Desigualdad Social ( Visiones De Elena Achilli Y Laura Rodriguez)

Las dos autoras hacen referencia a los cambios sociales, culturales, económicos y políticos, así también en el cómo influyen los mismos en la educación. Ambas sostienen que es importante recuperar el baggage de la cultura que se trae como modo de aprendizaje para reconocer lo que somos, lo que sabemos y pensamos, de esta manera poder formar un sujeto más humano.

Rodríguez hace hincapié en la necesidad de construir redes sociopolíticas y comprometerse para la función educadora; esto implica construir una pedagogía que recupere las culturas e identidades de los chicos y sus familias. Hay que tener en cuenta que no solo se accede al conocimiento en la escuela sino que adquieren los saberes fragmentados desde diversos medios. Es importante también mencionar la falta de compromiso de la creación de escuelas inclusivas y de calidad que respondan a las necesidades del sujeto; esto conlleva a una desvalorización del docente y de su trabajo, que se constituye en inhibitoria el quehacer pedagógico.

Achilli se refiere a la diversidad cultural vinculada a el otro social, lo que se ha hecho visible en las aulas y son consideradas como un problema en donde se produce un entre modo de significación que sólo rectifican lo diferente que tiene como finalidad establecer fronteras. La escuela sigue siendo el lugar en que los chicos de todos los sectores populares acceden a saberes y construyen conocimiento social. Asique la escuela no puede permanecer ausente a las formas en que las identidades de los niños y jóvenes hoy se constituyen.

Comparando, ambas autoras, tratan de entender, rescatar y aprender de esas culturas auténticas y poner en marcha actividades escolares que permitan sus costumbres y juegos, de esa manera se puede contar con una pedagogía culturalizada. La escuela no solamente debe reconocer la diversidad, también de tratar las diferencias y las instancias de diálogo e interacción que se expliciten socialmente, donde a su vez se articulen las diferencias pero también se potencien los reconocimientos de las semejanzas de los sentidos compartidos. Se trata de generar aproximaciones que posibiliten, no sólo un conocimiento y reconocimiento de la diversidad de matrices culturales, sino fundamentalmente del replanteo de las relaciones que se establecen entre las mismas en el marco de la fragmentación y exclusión social crecientes.

Para finalizar consideramos importante que lo cultural va construyendo al niño lejos de las ideas estereotipadas que se memorizan en los conocimientos escolares, hay que reconocerlos en su dimensión identitaria, compleja y diversa y resignificar social y conjuntamente las representaciones y sentidos. Se debe pensar el rol del docente como promotor cultural que brinde herramientas para reflexionar sobre esas representaciones para analizar los contextos de producción y comparar y crear nuevos sentidos incorporar esta diversidad en el aula, retomando los culturas

...